Capítulo V

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Desde un rincón de la sala de estar, la rubia observaba con atención y cierta tristeza como la pequeña Lori y su madre preparaban los ingredientes para hacer las galletas, pero no eran unas galletas cualquiera, sino las famosas galletas Danvers. El ambiente en la mansión se sentía diferente, parecía que cobraba vida con las carcajadas emocionadas de la mini Luthor, iluminaba todos los rincones, como si fuera un pequeño faro con mucha potencia y, no solo iluminaba las paredes de ese hogar, también el pecho de Kara, que estaba sumergida en sus pensamientos. Se trasladaba a los hermosos recuerdos de su yo más pequeña, una que disfrutaba pelear con Alexandra por poder utilizar el rodillo, cuando Eliza las ponía a hacer galletas navideñas, algo absurdo, pero le resultaba divertido ver a su hermana mayor enfurecida por no poder utilizarlo, recordaba como subía a la habitación que compartían dando fuertes portazos enojada, hasta que llegaba Jeremiah y las convencía de trabajar juntas, como un equipo, eso hasta el día de hoy se conservaba intacto, más conocido como las hermanas Danvers. La rubia suspiraba con una sonrisa divertida en sus labios, esos momentos únicos los tenía presente siempre y pensaba compartirlos con sus hijos algún día, cuando los tuviera, aunque ya tenía sus dudas por su actual estado, a menos que se decidiera a someterse a la operación.

Por otro lado, hacía media hora desde que Lena se retiró molesta con ella, sin embargo, no se arrepentía de lo que le dijo, no le importaba que sus palabras se hayan mal entendido. Desde el accidente su orgullo había crecido enormemente, no obstante, en aquellas palabras se disfrazaba el miedo, miedo de no entender por qué su cuerpo reaccionó así con solo mirarla, no dudaba de que era la mujer más hermosa que había visto en su vida. Reconocía que su madre tenía razón cuando le dijo sobre los ojos de la pelinegra, son más profundos e hipnóticos que los de su propia hija, dos gotas de agua, se preguntaba también con curiosidad sobre la otra progenitora, si esta las abandonó por otra mujer o si Lena estaba divorciada. Pero, sin duda, esos ojos a ella transmitían muchísimas cosas, la tenacidad, el empoderamiento, carácter e inteligencia.

Quizá ella cometió un error, pero no estaba dispuesta a admitirlo, aunque su madre ya le lanzó varias advertencias con solo una mirada, de seguro me obligará a disculparme, pensó con resignación. En ese momento la pequeña desvía su mirada unos segundos de los ingredientes para mirarla a ella, tenía un brillo especial en ellos y la llamó agitando su manita para que se acercara y Kara sonrió ampliamente sin dudarlo ni un segundo lo hizo.

— Kara, ¿a ti no te gusta hacer galletitas? — le preguntó con timidez mirando el recipiente lleno de harina. Kara suelta una pequeña risa enternecida y se acerca aún más con su silla de ruedas para tomar su manita para que la mirara a los ojos, le daba diversión como bajaba su mirada avergonzada.

— ¿Por qué piensas que no, pequeña?. En realidad, mamá nos ponía a hacer para Navidad. Mi hermana Alex y yo disfrutábamos haciendo, ¿verdad, mamá? — la miró unos segundos con una gran sonrisa divertida, para mirar a la señora Danvers que se volvía a acercar y sonrió con un pequeño asentamiento. Kara le tocó la naricita con su dedo para hacerla sonrojar.

— Es cierto, cariño. Pero les encantaba pelear por el rodillo y yo pasaba mucho tiempo limpiando la cocina cuando terminábamos — la rubia mayor miró con ternura a su hija menor, le encantaba recordar esos momentos con libertad, aprovechaba todo lo que podía esos segundos de apertura. Kara comenzó a reírse encogiendo sus hombros.  Lori tomaba un poco de leche (que le sirvió Eliza antes), escuchándolas, como si fuera la mejor historia que le hayan contado — ¿Por qué no nos ayudas, cariño?, estoy segura que eso es lo que quiere Lori — le preguntó sin quitar su mirada de la rubia, sabía que no se iba a negar a su petición. Los ojitos de la pequeña Luthor se iluminaron aún más asintiendo varias veces mirando a la señora Danvers, dándole la razón por completo.

El Renacer De Una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora