Capítulo IX

6.8K 570 110
                                    

Muchas de sus promesas más profundas quedaron en el aire, como cuando se prometió no volver a cantar, no recibir visitas de personas ajenas a su círculo y quedarse en esa silla de ruedas, fueron rentadas de alguna manera impresionante por las Luthor. Las tenía frente a ella, con sonrisas cálidas compartiendo como si fueran allegadas de años, eso la confundía bastante, porque jamás pensó volverse a sentir activa y muy dentro de su ser sentía la necesidad de levantarse para abrazar como era debido a la pequeña o jugar con ella sin ser detenida, era como un pedacito de esperanza que golpeó con fuerza su interior.

Miraba con detalle la interacción ambas y por unos momentos se imaginó a ella misma cargando a Lori para llevarla a ese lugar especial que ella conoció por pura casualidad. Detuvo su mirada unos segundos para luego posarla la mujer pelinegra, tampoco pudo evitar imaginarse tomar su mano caminando las tres juntas. Ante aquel pensamiento se sonrojó un poco, ganándose una mirada divertida de la causante de aquella imagen. Kara le sonrió de igual forma disimulando con astucia haber sido descubierta. Para ella resultaba extrañamente curioso que, por más frialdad que quisiera fingir ante ella, no pudo aguantar ese gélida actitud por muchas horas o inclusive dos días como mucho. No obstante, no quería tener lejos a Lori, pero tal vez pronto no sería una distancia absurda las mantendría de esa forma y, definitivamente, cuando se enterara su corazón quedaría hecho añicos. Sin embargo, no todo el crédito se lo llevaba la mini Luthor, también le encantaba ver a Lena, aunque no lo aceptara ni en voz alta, ni para ella misma, al menos no por ahora, aunque jurara que no se a pegaría a la Luthor, su orgullo la defraudaba, esa pelinegra le daba siempre una batalla dura.

Miraba con atención el cambio tan brusco de escena, ahora reían las tres (la señora Danvers, Lori y Lena), se había perdido alguna anécdota graciosa por tener la cabeza en las nubes, o más bien en quiénes. Cuando despertó de ese maravilloso sueño, jamás pensó ser visitada esa mañana por ellas, menos con una caja de donas, su amor por esas delicias azucaradas era muy grande, sabía que ella se lo mencionó a la pequeña, pero tenía conocimiento de que no tenía memoria y consciencia hasta los cuatro años aproximadamente.

— Cariño, ¿qué sucede?, no haz empezado tú desayuno — le preguntó su madre mirándola con cariño y una sonrisa cálida. La rubia miró su plato dándose cuenta de ello y comenzó a sentir como sus mejillas ardían. Lena la miraba con un gesto divertido.

— No me digas, ¿te llenaste con las donas? — le alzó una ceja con malicia, le estaba gustando empezar a burlarse con libertad de la actriz. Kara negó con una sonrisa petulante sintiéndose desafiada.

— Para nada, señorita Luthor. Me he comido hasta una caja entera y  me queda espacio para mi desayuno favorito — comenzó a partir los pancakes y los metió a su boca con una sonrisa de victoria. Eliza negó con la cabeza haciendo un gesto detrás suyo dándole a entender demasiado a Lena que la miraba con ganas de soltar una gran carcajada, con que desayuno favorito, pensó con importancia, pero luego se corrigió mentalmente, ¿por qué a ella le importaría eso?, ¿estaba pensando a futuro?, bajó un momento su mirada al sentir que su conflicto mental estaba quedando en evidencia. En cambio su pequeña estaba entre risas viendo como la rubia devoraba el desayuno casi sin respirar — Ahora soy yo que les he ganado — dijo orgullosa olvidándose el detalle de que tenía la boca un poco llena aún.

— Kara Danvers, ¿acaso estás hablando con la boca llena? — la enfrentó Eliza con el ceño fruncido sentándose nuevamente para terminar su café con tranquilidad. La ojiazul se tapó la boca avergonzada, mientras la pelinegra alzaba las cejas con malicia.

— Mamá dice que no debemos hablar con la boca llena — dijo con inocencia la pequeña Luthor haciendo reír a la señora Danvers y a su madre. La rubia terminó de ingerir sonrojada, hasta una niña tiene más modales que yo, pensó divertida por rebajarse y le sonrió ampliamente a la pequeña.

El Renacer De Una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora