El Renacer De Una Estrella

Capítulo XXIV

Lena Luthor se quedó paralizada en su lugar, mientras que una Lucy Lane le daba una mirada burlesca. Seguía sin darse cuenta de lo que había provocado, hasta que  sus padres con una mirada le dijeron todo, cometió un error, pero no lo hizo con malicia, su ego a veces salía a flote sin poder frenarlo a tiempo. Kara lo era todo para ella, la hacía enamorarse cada día más, tal vez con Lucy perdió su virginidad, pero jamás le llegaría a los tobillos a su rubia, si es que lo seguía siendo.

— Salieron juntas en una portada confirmando su relación. ¿Aún así no lo confirman para ustedes? — le preguntó con un poco de sarna queriendo burlarse de su actitud — Debo admitir que Kara Danvers es muy sexy en persona, pero no se compara conmigo — le levantó la ceja sugerente mirando todo su cuerpo. Lena la miró con fastidio empezando a caminar hacia los baños de la mansión, pero se devolvió para enfrentarla.

— Kara Danvers es más que un cuerpo bonito, Lucy. Yo la amo completamente, aunque en este momento la haya lastimado — le dijo con enojo dándole su mejor mirada como Luthor. La menor Lane se puso a reír tomando un poco de su trago.

— Entonces, ella debería saber que yo fui la primera mujer en tú vida — le dijo en voz baja alejándose poco a poco de Lena quién quería sacarle los ojos en ese momento, no esperó más y se fue tras su amor, su verdadero amor. Louis fulminó con su mirada a su hermana menor y esta solo encogió sus hombros desentendida yéndose para hablar con algunos conocidos que distinguió.

En el baño se encontraba la actriz vomitando le dolía el estómago, había tenido una ingesta exagerada de camarones. Los chicos estaban afuera del baño esperándola, se sentían preocupados porque la escucharon vomitar y la rubia no era de hacerlo. Por eso se tuvo que disculpar para retirarse, porque aparte de estar dolida le dolía bastante el estómago. Jaló la cadena, se levantó limpiándose unas cuentas lágrimas que habían salido de sus ojos por el acto, suspiró, el dolor había desaparecido un poco, pero el sabor de sus cavidades bucales la estaba matando, se enjuagó la boca y se miró al espejo cerrando sus ojos.

En cierta parte de ella, sabía que no debía estar resentida, ni mucho menos molesta en cómo la presentó Lena. Ciertamente, ellas estaban juntas como confirmaron en la revista, pero entre ellas no había sido así. Sin embargo, la forma en que esa mujer coqueteaba con su pelinegra la hicieron sentir unos celos enormes, quería decirle unas cuántas cosas si no fuera por el dolor insoportable estomacal que le surgió en ese preciso instante.

— Kara, ¿estás bien? — le preguntó su hermana desde el otro lado de la puerta y Kara abrió la puerta para dejar de preocuparlos y los observó a todos incluyendo a Lena que llegaba con semblante preocupado.

— ¿Estás bien?, estás pálida — le preguntó la pelinegra acercándose a ella con los ojos transmitía su arrepentimiento y sin dejar de lado que sentía cómo los demás clavaban dagas en su cuerpo, sobretodo su cuñada. Lori se abrazó a las piernas de la ojiazul preocupada.

— Me cayó mal los camarones, me dolía mucho el estómago, tenía ganas de vomitar — les dijo a todos con una pequeña sonrisa abrazando a la pequeña para que dejara de preocuparse. Alex acomodó su cabello pelirrojo soltando un suspiro, gracias a Dios estaba Eliza en la fiesta.

— Iré por mamá, tú quédate aquí. Y, tú Luthor tenemos una charla pendiente — las señaló a ambas empezando a caminar, pero Sam y Winn no sabían qué hacer — ¿Vienen conmigo, chicos? — les preguntó dándoles a entender con sus ojos que ellas debían hablar. Estos asintieron dándoles una última mirada caminando junto a Alex que estaba bastante seria. Lena tenía agarradas sus propias manos sin saber cómo empezar a hablar y la rubia le sonrió dándole un poco de tranquilidad.

— Cielo, yo... — le dijo pero sus palabras simplemente no querían salir de su boca, no sabía cómo mirarla a los ojos. Kara tomó su mano acariciando el dorso de la misma.