Para Kara fue difícil soportar ver a la pequeña Lorian llorar desconsolada porque Santa Claus no le cumplió su deseo de que ella caminara de nuevo. Su alma entera (si esta fuera tangible), se partiría en mitad tras mitad, un ser tan inocente estaba sufriendo por culpa de su indecisión, porque todo ese tiempo ha tenido la posibilidad de hacerlo. Pero, seguía sin entender qué era eso tan grande que la frenaba hacerlo, ¿acaso era la depresión?, ¿acaso era la resignación?, hasta su propia madre y hermana se habían resignado a no discutir con ella de ese tema, en ese tiempo lo agradecía. ¿Ahora?, ahora tenía una pequeña que la miraba con cabizbajo, desilusionada de verla aún en esa silla de ruedas.
Por momentos se distraía con los regalos que todos le compraron. No obstante, no era suficiente, nada lo era en esos instantes. Ni qué decir de la progenitora, miraba a todos avergonzados por la actitud adquirida por su hija. En realidad, no era culpa de nadie, era culpa su terquedad, sin embargo, ahora tenía que pensar esa opción muchísimo mejor y dejar de ponerle una excusa para no hacerlo. Miraba de soslayo a Eliza que, en sus ojos se notaba la gran batalla mental que estaba teniendo, porque deseaba con todo su corazón desde hace mucho que lo hiciera. Y, ni qué decir de Alex, parecía que no quería verla al rostro, esta estaba contrariada a sus sentimientos, no quería dejar en evidencia a su hermana menor. Todo eso hacía sentir a Kara como el Grinch, ya que en cierta parte, era responsabilidad suya. Se retiró poniendo como excusa que tenía un poco de cansancio, pero realmente quería huir de la tensión que se generó, al menos para ella, porque los demás Luthor estaban normales, fingían que nada había pasado, comprendían los "caprichos" que podían tener los niños. Miró con tristeza a Lori dándole una sonrisa de medio lado y se retiró rodando hacia su habitación, cuando podría bien hacerlo caminando.
Cerró la puerta, avanzó un poco y se quedó mirándose en su espejo de cuerpo completo. Seguía siendo Kara Danvers, pero también estaba cansada de estar en esa silla, ni siquiera sentía del todo sus nalgas, ya no recordaba ni cómo era su figura completa, solo por los videos lo hacía. Suspiró pesadamente recostado su cabeza en la mano sin dejar de verse, ¿sería este el momento más oportuno para hacerlo?, pero no podía operarse con cualquier doctor, debía ser una que su curriculum demostrara el éxito en operaciones de ese estilo.
Minutos después tocaron a su puerta con golpes suaves de dudillos y supuso que era su madre a preguntarle como se sentía después de lo sucedido.
— Adelante, mamá — dijo quedándose en la misma posición, no quería dejar de mirarse en el espejo, estaba tratando de tomar una decisión sabia y si la tomaba nadie más se daría cuenta, solo la señora Eliza. La señora Danvers entró con una sonrisa entristecida y se sentó a la orilla de la cama.
— Hija, ¿qué piensas? Allá afuera te veías abrumada — le preguntó con suavidad cruzando su pierna para mirarla con tranquilidad. Kara suspiró y se giró con cuidado para acercarse a ella — Dime, ¿estás pensando en operarte? — se atrevió a preguntarle sin ocultarle su gran emoción por ello y la rubia encogió sus hombros.
— Lo estoy pensando, mamá. La verdad es que estoy muy cansada de tantas cosas, por estar sentada casi veinticuatro siete en esta silla. No puedo trabajar, no puedo hacer todo por mi misma, sin ofenderte mamá, amo que me cuides, pero, es hora de que descanses de hacerlo. Hasta puedes volver a ser médica — le dijo con los ojos humedecidos tomándole sus manos y la señora Eliza las acarició también con lágrimas entre los ojos.
— Mi amor, tú sabes que para mí no es ningún impedimento ayudarte. Pero, no hay nada que me haría más feliz es que tomes esa decisión — se acercó a darle un sentido beso en su frente y Kara cerró los ojos — ¿Cuándo lo harás, cariño? — le acarició sus mejillas con ambas manos mirando sus hermosos ojos color cielo. La actriz encogió sus hombros.
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El Renacer De Una Estrella
RomanceKara Danvers, una reconocida actriz y cantante de Broadway, una rubia ojiazul muy bella, dedicada a sus fans y muy humilde. Su carrera comenzó a crecer como la espuma, al lograr cautivar a importantes productores, hasta ganadora de un premio Tony po...