Padre De Un Asesino

Capítulo 8

Luego de perderme por unos minutos volví en mi. No me había puesto a pensar en mi familia en años, asesinatos, narcotráfico, peleas por territorios, mamá si que estaría orgullosa de mi.

Al terminar de comer comenzamos a caminar con intención de marcharnos del camión de comidas, pero una discusión hizo que me frenara.

-Mira perra, no has alcanzado ni la mitad del dinero acordado, no estoy ganando nada contigo, sino perdiendo, quien te crees que eres!?- Gritó un hombre obeso de al menos unos 49 años de edad, y dándole una cachetada a la chica del camión se abalanzó sobre ella y comenzó a ahorcarla.

-Ya verás pedazo de mierda, te dije que no jugaras con mi paciencia, ahora no volverás a ver a tu familia- dijo el señor tratando de quitarle la vida, al ver esto vinieron recuerdos a mi mente, un hombre golpeándome con un cinturón, y una mujer amable tratando de hacer que se detenga. Cuando volví en mi otra vez la pobre chica estaba tirada en el suelo vomitando, y el hombre gordo estaba en el suelo con la boca rota pidiendo por su vida, diciendo que tenía familia, hijos, una esposa.

-No es lo mismo que ella te estaba diciendo?- Dijo una voz gruesa, no me había percatado, pero era Dante, estaba parado frente a el, con su mano buena cubierta de sangre.

-Todo esto es tu culpa maldita zorra, cuando ellos se vayan verás, me aseguraré de que tu y toda y jodida familia sufran las consecuencias!- Grito el hombre adulto entre lagrimas y sangre.

-Veo que no aprendiste nada- Le dije sacando mi pistola de mi cintura y apuntándola hacia su cabeza, el la miró y antes de que pudiera decir algo, disparé a su gorda cara, mi hijo miro asustado, había demostrado mis verdaderos colores, ya no tenía que seguir siendo ese padre bueno y decente que el necesitaba, vi su cara de terror al ver el charco de sangre que se formo rápidamente, comenzó a temblar, estaba realmente asustado, horrorizado, quien sabe si algo más, pero la otra chica en cambio estaba normal, le agradeció a Dante por ayudarla en un primer lugar y lo abrazó para que se calme un poco, diciéndole que en esta ciudad era normal ver un cadáver cada dos cuadras.

-Gracias por asesinarlo, no la habría contado sino fuera por vos, yo me desharé del cuerpo, no te preocupes, no es mi primera vez en una situación así, y para colmo, con un sujeto tan grande como el.- Le agradecí y nos fuimos caminando con Dante.

-Oye papá, es tan fácil para ti asesinar a alguien?- Preguntó de manera seria, ¿Qué debería responder a eso? Pensé en ese momento.

-Con años de experiencia aprendes a no sentir piedad por infelices así, si no fuera porque tu y yo llegamos ella no la habría contado. Y como escuchaste, ella es madre soltera, y dejaría a sus pequeños o pequeño huérfano.- le dije mientras me prendía un cigarrillo.

-Entiendo, eso significa que no trabajas pintando casas, ¿Verdad?- Preguntó ya más calmado y en tono burlón.

-La verdad no, soy un gánster, y las personas que fueron anoche a cenar a casa eran mis compañeros y mi jefe, sabían de antemano que estabas en casa, de hecho casi me asesinan en la mañana esa, pensaban que los había vendido, Dimitri le comentó al jefe que vio vehículos de la policía en mi casa el día que me contaron que tu mamá estaba en prisión.-  

-Vaya, lo siento, creo.- Dijo algo nervioso.

-No te preocupes por eso, pero cuando lleguemos a casa debemos hablar seriamente, apuremos un poco el paso, ya estoy cansado, y quiero acostarme- Le dije mientras aceleraba un poco.

Al llegar a casa nos sentamos en la mesa, eran las 4 de la mañana, el en un extremo y yo en el otro.

-Bien, dime papá, de que querías hablar que era tan importante?- Preguntó algo extrañado.

-Mira hijo, en nuestro trabajo hay reglas, nosotros tenemos ciertas reglas que hacer que ustedes, nuestros hijos no sepan sobre que trabajamos nosotros, es un secreto, y ya que me viste dispararle a ese tipo, debía contarte la verdad, pero los hijos de Dimitri y Carlos no saben que somos gánster, ¿Entiendes?, por lo tanto no deben enterarse, no puedes contárselo, a ninguno de ellos-

Al escuchar eso Dante me miró y luego agacho la mirada -Está bien, no les diré nada sobre su verdadero trabajo, confía en mi, no te preocupes-. 

Al acostarme en mi cama no dejé de pensar en mi antigua vida, en mi familia, se veían borrosos en mis recuerdos, ni sus nombres recordaba, ni la cara de mi madre. Al cerrar los ojos me dormí rápidamente, pero nadie esperaba lo que iba a pasar a continuación.