Padre De Un Asesino

Capítulo 10

-¿Que lo cargue yo solo? ¿Hasta casa?- Pregunté con cara de idiota, el frio pero sin prisa asentío y y caminó hacia casa, dejando el árbol que había talado en el suelo, agarré el tronco por su parte de abajo,  y comencé a caminar, mientras jalaba de este, tarde más de una hora en llevar el arbolito hacia la parte de atrás de la casa de mi abuelo, y ahí estaba el, esperándome con sus brazos cruzados, con la misma calma con la que me dejó en ese bosque hace apenas unas horas. 

-Bien abuelo, ya lo traje ¿Ahora que?- Pregunté sentándome sobre el tronco del árbol.

-Quitale las ramas con este machete y luego pártelo en 4 troncos.- Me dijo entregándome el machete.

Luego de unas 3 horas lo logré, brazos si que no tenían fuerzas, mi vista se estaba comenzando a nublarse, y mis piernas no respondían como yo quería, había olvidado completamente que tenía 8 años, pero al parecer mi subconsciente también había olvidado que todo era un sueño, el cansancio era tan real. Cuando estaba a punto caerme, mi abuelo me atrapó y me cargó hasta dentro de casa, me sentó en la mesa y me dejó ahí, el se dirigió a la cocina y comenzó a preparar dos tazas, quien diría que ese hombre gigantesco, con una fuerza bruta descomunal era tan bueno preparando un simple té, era como si todo mi interior se calentase con cada sorbo que le daba, mi energía se reestableciera como en un videojuego.

Mi vida no era tan mala, ¿Por qué decidí escapar de aquí? Mi vida no era tan mala, mi familia tal vez no era perfecta, pero era cálida,  me sentía dentro de todo a salvo.

Después de ese té tan extraño comencé a sentirme más cansado de lo que ya estaba, mis ojos comenzaron a cerrarse, y me desmayé en mi propio sueño, no podía entender que es lo que estaba pasando, pero después de unos segundos recuperé la consciencia, ya no estaba en la mesa al lado de mi abuelo, estaba dentro de un ropero, pude ver por la mirilla a Brianna teniendo sexo con un sujeto gordo y peludo aunque calvo, ella no se veía bien, se la veía a punto de romperse, ese hombre estaba abusando de ella, estaba abusando de mi hermana.

Sin pensarlo dos veces comencé a buscar algo para defenderla ahí dentro del ropero. Mucha ropa sucia, jeans con un olor desagradable, y ni hablar de las camisas y camisetas que había. En el bolsillo de un jean con manchas de sangre encontré una navaja, comencé a patear la puerta para abrirla, pero tenia seguro, el hombre obeso miró hacia donde yo estaba 

-¿Ese pequeño hijo de puta no tuvo suficiente?- Dijo sacando su miembro de dentro de mi hermana, ella le suplico que no me tocara, el le dio un golpe de revés que la tiró al suelo y se golpeó la cabeza. En ese momento recordé cuando todo empeoró, esas lagunas mentales que tenía comenzaron a disiparse lento pero seguro, ese bastardo era el cuñado de mi mamá, y estaba a punto de rebanarle la garganta con su propia navaja.

Abrió la puerta con intención de golpearme, pero cuando lo hizo me abalancé sobre el, al estar tan gordo perdió el equilibrio en segundos, se rompió la columna al impactar con el píe de la cama, gritó de dolor, y de un golpe en la cara me quitó de encima suyo, pero fue tal el golpe que me golpee la cabeza contra el filo de la puerta del mueble donde estaba encerrado, me maree por unos segundos, y cuando volví en mi noté el cambio que había tenido, mi ropa ya no era directamente eso, era un costal de papas con agujeros para la cabeza y los brazos, en mis muñecas tenía quemaduras de cigarrillos y cortes, estaba algo desnutrido, pero todavía conservaba algo de fuerza, luego de otros segundos volvía reaccionar, mi cabeza estaba sangrando, el estaba arrastrándose hacia la puerta de salida llamando a gritos a su hermano mayor. Reaccioné y corrí hacia el con la navaja en mano, me subí en su espalda y comencé a apuñalarlo en las costillas, el gritaba de dolor y me golpeaba con una mano mientras se arrastraba con la otra, 1 minuto peleando con el, lo había matado, se abrió la puerta, era mi madre y otro hombre, esta vez no se trataba de mi abuelo, era un hombre un poco más bajo, algo musculoso, utilizaba lentes de sol a pesar de estar dentro de casa, con un cabello rubio largo, y una cicatriz en su boca.