Capítulo 11.

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Hola, mi nombre es Dante, ¿Cómo están? Espero que muy bien,  hoy vengo a contar una parte de mi vida, de como un simple error le costó la libertad a mi madre, y como terminé viviendo con el hombre que no sabía prácticamente nada de mí, ni mi edad, ni siquiera reconocía mi cara.

Mi padre me anotó a una escuela de la que no tenía ningún tipo de información, pero eso no me importó mucho, me levanté a las 6 para poder entrenar y preparar el desayuno, mi padre quiso llevarme, no me negué, no sabía donde quedaba. Mientras los huevos y el café se hacían comencé a hacer lagartijas en el suelo del comedor, me distraje tanto, inmerso en mis pensamientos que no noté la presencia de mi papá detrás de mi. Pero no le di importancia, desayunamos, me bañé y salimos para la escuela, tenía un auto en el garaje, me pregunte porque no íbamos en el, pero caminar no estaba tan mal. La escuela quedaba lejos, y al llegar a la puerta solamente había tres personas con sus padres, eran los compañeros de trabajo de mi padre, al parecer iban todos a la misma escuela, y mi papá pensó que era una buena idea que yo fuera con ellos, nos presentamos la chica de mi edad se llamaba Clare, un nombre para nada ruso, su padre si que lo pensó bien, los otros dos eran un año más chicos que nosotros, pero pensaba que eran mayores, el chico se llamaba Michael, y su hermana melliza se llamaba Bethany, ambos hijos de Carlos, pero tan distintos, Mich era callado, si no fuera por su gran apariencia y tamaño pararía desapercibido, en cambio su hermana era todo lo contrario, tenia voz, por así decirlo, hablaba hasta por los codos, y solo paraba para respirar.

Nuestros padres se despidieron de nosotros y entramos por esa gran puerta para gran cantidad de personas, pero solamente éramos 4, cuando sus padres ya no se veían sus personalidades cambiaron completamente.

-Ugh, bien Mich, llevalo al baño así le explicamos las reglas.- dijo Bethany. Michael me agarró del hombro y me dio un golpe en el estomago, tenía una fuerza descomunal para solamente tener 14 años, pero lo resistí, por poco, pero lo hice.

-Vaya, es más resistente de lo que parece.- Dijo Clare, su expresión también había cambiado, paso de verse como una chica tímida a tener una mirada fría y de desagrado. Detrás de ella llegó un chico alto, y por como se veía era mayor que todos nosotros.

-Hola amor, no te vi en la puerta de ingreso, que haces en la puerta de la zona sur, acá se juntan drogadictos y delincuentes.- Dijo el muchacho antes de hacer contacto visual conmigo.

-¿Y este quien es?- Dijo cambiando su actitud amorosa por una más amenazadora.

-No te preocupes bebé, luego te lo explico, ¿si? bien Mich, termina con el así podemos irnos.- Dijo aplaudiendo, no había notado que Michael se había puesto a mi lado, y cuando lo miré ya tenia su puño a unos centímetros de mi cara, todo se oscureció después de eso. 

Al despertar estaba en el baño, habían unas 5 personas sin contar a Michael. 

-Bien nuevo, escuchame bien, hay reglas que debes seguir para estar en esta escuela, ¿Entiendes? Ya hiciste enojar a las dos reinas de aquí, y por lo tanto, ya me hiciste enojar a mi también, escuchame bien.- Dijo agarrando el cuello de mi camisa -Como vuelvas a faltarle el respeto a Clare y a tocarla sin su permiso voy a romperte los dedos uno por uno, ¿está claro? si no lo hice ahora es porque ella te perdonó, pero es mi novia, ¿escuchaste? no puedes ni pensar en ella sin pedirme permiso a mi.- 

No llevaba ni una hora y ya había comenzado una pesadilla nueva, después de eso me dejaron ir, a duras penas encontré mi salón, era un lugar gigante, el profesor no estaba nada feliz con mi llegada tarde, me retó y me dejo pasar con un poco de suerte, me presenté, y al hacerlo noté algunas miradas llenas de odio hacía mi, eran los chicos, no me conocían y ya decían cosas de mi a mis espaldas, Clare no hizo contacto visual conmigo en ningún momento, es más hizo como si no existiera, el docente me dio el lugar al lado de ella, pero aún así siguió ignorándome. Al tocar la campana para salir al patio fui al baño, me estaba orinando, cuando termine y fui a lavarme las manos entraron unos 5 chicos de mi clase, no los conocía, pero ellos a mi si al parecer.

-Tenes unos huevos enormes para sentarte al lado de Clare después de lo que le hiciste-. Dijo uno de ellos poniéndose al lado mío.

-¿Y que fue lo que le hice? Pregunté mirándolo.

Se enojó más y me dio un golpe en la cara -Pensaba que eras al menos algo inteligente, pero al parecer todos los de la zona sur son idiotas.- dijo sacando un cigarrillo de su campera. -No vale la pena muchachos, muélanlo a palos-. Dijo mientras me daba la espalda.

En ese momento traté de salir por la puerta, pero la habían cerrado, no tenía salida, tenía que pelear si o si. En el momento en el que el primero se acercó tiré el primer golpe, intente darle en el mentón, pero se resbalo y terminé golpeando al espejo, le pegué tan fuerte que me fracture la mano, pero todavía tenía otra. La cara del chico lo dijo todo, y llamo a sus dos amigos para golpearme, intente defenderme como pude, pero al final me agarraron. El líder se acerco  y le di un cabezazo en la nariz, se enojó y me dio un golpe en la boca del estomago, caí de rodillas, y con un pedazo de vidrio del espejo roto me hizo un corte en el brazo, luego me dio un rodillazo en la cara y me dejaron ahí tirado, me amenazaron, si decía algo era hombre muerto supuestamente. Cuando salieron del baño tuve que usar mi mano rota para cubrir mi otro brazo, dolía mucho, pero no me quedaba de otra, no tenía a nadie. Y en ese lugar tampoco era nadie. 

Decidí saltarme el resto de las clases y volver a casa, después de cerrar la puerta perdí el conocimiento, me desperté a las 2 horas, eran las 11 de la mañana, al caer los cortes de mi brazo se abrieron nuevamente, corrí a mi cuarto a buscar ropa para bañarme, después busque en el cuarto de mi padre algunos calmantes para mi brazo, revolviendo sus cosas encontré dos cosas, primero los calmantes que buscaba, y segundo, una pistola 9 milímetros cargada y un cuchillo con las iniciales A W, eso me llamó y me lo llevé sin pedírselo. Después de ordenar sus cosas escuché la puerta, el había vuelto, corrí y escondí el cuchillo debajo de mi almohada, el me llamaba y recordé el baño con la ropa llena de sangre, corrí a limpiarlo todo, por suerte se quedó en el comedor todo el tiempo, pero al salir al pasillo noté que había manchado la pared de la entrada con sangre, pero no era seguro si lo había visto.   

Padre De Un AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora