¿Por qué el mundo juzga un sentimiento que es de lo más hermoso? ¿Acaso está mal querer ser feliz? Cada uno encuentra su felicidad en este mundo oscuro y afligido, de cualquier manera, a veces esta no tan aceptada y a veces, admirada.
Hanna encontró...
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hanna cerró la puerta de su casillero, colgando su mochila de su hombro de mala manera. se sentía exhausta y tan solo era el primer día de clases después de una semana tan ajetreada y llena de emociones. eunmin no le había dirigido la palabra, a excepciones de desear buenas noches o días, aunque de buenos no tenía de nada, irónicamente.
hanna empezó a caminar directo al aula de química, quería evitar cualquier contacto con jungwon o con alguno de sus amigos. ahora mismo no tenía la fuerza de aparentar felicidad, su mente estaba plagada de pensamientos temerosos, anhelaba conocer cómo se había enterado su madre de aquellos estudios, hanna dudaba que hubieran llamado al teléfono de su casa, recordaba excelentemente que había puesto su número de celular.
─¡hey! ─gritó alguien atrayendo la atención de la castaña, hanna refunfuño. hyomin iba hacia ella con una expresión particular, reflejaba preocupación, pero enojo al mismo tiempo. ─hanna, ven conmigo.
hyomin tomó la muñeca de su amiga, con delicadeza. mientras hyomin caminaba hacia la parte de la azotea, área que según profesores y empleados estaba restringida para los estudiantes, para hyomin era totalmente libre. esta última se detuvo frente a la puerta, sacando un conjunto de llaves, hyomin revisada cada llave frunciendo los labios.
─¿cómo conseguiste eso? ─preguntó hanna, vigilando de que nadie las atrapara.
─son las llaves de una empleada despedida.
─las conseguiste en detención, ¿cierto? ─hanna se cruzó de brazos, divertida. hyomin miró a su amiga con una sonrisa orgullosa, dándole a entender que la castaña tenía razón.
después de unos pocos segundos, hyomin pudo abrir la puerta, tomando la muñeca de su amiga nuevamente para entrar con rapidez al lugar exterior. hanna miró hacia enfrente, disfrutando de la vista, quedó maravillada con los colores rosados y anaranjados que el cielo tenía. le transmitía una sensación de paz, algo que quería sentir desde hace mucho tiempo.
─entonces... ─se acercó hyomin hacia ella, poniéndose de pie a su lado. hanna la miró confundida.
─¿entonces? ¿qué? ─hanna preguntó, con una suavidad en su voz.
