TENGO FRÍO, yang jungwon.

ꗃ capítulo 2

❝ TODA LA NOCHE ❜❜

─ya terminé. ─hanna se limpió los restos de comida que tenía en la comisura de los labios, levantándose de su asiento para dejar los platos en el fregadero.

─bien, ¿hiciste la tarea? ─preguntó su madre, hyoyeon.

hanna hizo una pequeña mueca, pero se reincorporó. ─claro.

─bien, puedes irte. ─indicó su madre, volviendo a su comida. hanna estaba a punto de retirarse pero regresó a ver a su madre.

─madre, ¿cuándo llegará mamá eunmin? ─preguntó la castaña jugando con sus dedos. era verdad que desde siempre, hanna tuvo una mejor conexión con eunmin, su madre. no significa que no quiera a hyoyeon, al contrario, ama a sus dos madres por igual, pero no son tan unidas como otros hijos con su madre.

aunque la pregunta no era porque se preocupaba por su madre eunmin, hanna conocía el horario de trabajo de ella y sabía que volvería mañana por la mañana, pero la castaña quería asegurarse.

hyoyeon pensó por unos segundos. ─tal vez llegué tarde, lo más posible que mañana.

hanna asintió. ─bien, gracias madre. ¡buenas noches!

─buenas noches, cariño.

hanna subió las escaleras corriendo, era ágil así que ni siquiera tenía que sostenerse del barandal o ver sus pasos. era como una costumbre subir de esa manera, aunque a su madre le desagrada. cuando llegó a su habitación, cerró la puerta acercándose a la ventana para dejarla abierta levemente.

después de un rato, se colocó su pijama yéndose a dormir esperando la llegada de su amante. eran épocas de invierno y gracias a esto hanna era más vulnerable a enfermarse con frecuencia, odiaba el invierno. el frío viento golpeaba las ventanas con rudeza, dejando entrar una brisa helada a la habitación.

la castaña se acomodó entre sus sábanas de peluche, con un sentimiento de exaltación en su cuerpo, provocando algunos escalofríos en la columna vertebral de la chica.

2:41 a.m

─¡joder! ─un susurro despertó a hanna de su profundo sueño, cuando volteó a su derecha pudo vvisualizar borrosamente a una silueta masculina entrando en su habitación, teniendo algunas dificultades con una mochila que colgaba de la manija de la ventana, había quedado atrapada.

─al parecer necesitas ayuda. ─susurró hanna levantándose de su cama para ponerse a lado del chico, yendo al rescate de su mochila.

él sonrió, según lo que hanna pudo ver gracias a la luz de los faroles del vecindario. sus pequeños dientes y sus suaves mejillas rosadas lo hacían parecer como un ser inocente y desamparado, cosa que ni siquiera se acercaba a ser.

─jungwon, ─llamó hanna dándole su mochila al pelinegro. ─¿por qué traes esto?

jungwon tomó la mochila, dejándola de la silla más cercana a él. ─es fin de semana y sé que tus madres se van a cenar con tus tíos.

hanna se cruzó de brazos, desconcertada. ─así es pero, ¿qué tiene que ver eso?

─¡me quedaré todo el día contigo! ─exclamó con una sonrisa de oreja a oreja, mostrando su máxima felicidad en sus palabras.

había tomado a hanna por sorpresa, esperaba la venida de su novio, sí pero no esperaba él planeara quedarse más de lo habitual, no le parecía mala idea, si fuera por ella le gustaría quedarse toda su vida con él, pero sabe que esto promete riesgos.

bastantes peligrosos.

─jungwon, no creo que sea buena idea. ─hanna vio la desilusión en el rostro del pelinegro, corrigiendo sus palabras. ─¡no me malinterpretes! adoraría tenerte juntos a mi por siempre, pero mi madre...

jungwon tomó el rostro de hanna en sus manos, acariciando sus mejillas con sus pulgares. ─no te preocupes por eso. ─se acercó a la frente de la castaña, plantando un casto beso. ─anda, déjame quedarme aquí.

hanna lo pensó por unos minutos, quizá no sea tan mala idea considerando todas las anteriores veces que jungwon se había quedado en el hogar de la joven, era expertos en escondidas, nunca los habían atrapado y mucho menos sospechado.

la chica suspiró aceptando. ─bien, pero mañana por la tarde te irás. tampoco quiero que tus padres se preocupen por ti.

él sonrió victorioso, sabía que era la debilidad de hanna y nunca podría negarse a sus pedidos. ─¡por supuesto! gracias, amor.

jungwon tomó la mano de hanna, llevándola a la cama, acostándose juntos. primero, el pelinegro tapó el pequeño cuerpo de la castaña con las sábanas y después, él hizo lo mismo consigo mismo. ambos se quedaron frente a frente abrazándose, creando un cálido ambiente entre ellos, dándose calor.

jungwon acariciaba la espalda de hanna, la cual caía profundamente dormida en sus brazos. este sonrió enternecido con la escena, aquella chica había conseguido todo su amor, era su universo y estaba seguro que nada ni nadie podrá separarlos.

─jungwon. ─llamó hanna, adormilada.

─¿qué sucede?

─¿puedes abrazarme toda la noche? ─pidió la castaña en un susurro casi inaudible. jungwon rio asintiendo.

─claro que sí, amor.

@jjaewonis - 2021