TENGO FRÍO, yang jungwon.

ꗃ capítulo 16

❝ MI PRIORIDAD ERES TÚ ❜❜

─hanna, despierta corazón. ─eunmin movió el cuerpo de su hija lentamente, ella solo emitía quejidos con los ojos cerrados. ─es hora de que vayas a tu quimioterapia, apresúrate.

sus palabras fueron suficientes para arruinar el día de hanna, suspiró frustrada y se sentó de mala manera. su cuerpo estaba húmedo gracias a su extraña sudoración de anoche, talló sus ojos tratando de acostumbrarse a la luz que entraba por su ventana que era tenuemente neutral gracias al gigante árbol, un sentimiento de nostalgia invadió el cuerpo delgado de la joven, ella sonrió tristemente pero después su mirada se apartó hacia su madre.

─te espero en el comedor. ─eunmin sonrió acariciando la cabeza de su hija, antes de salir se detuvo en el marco de la puerta. ─hanna, tu madre salió de la ciudad, dijo que volverá para cuando sea tu cumpleaños.

el ceño de la joven se arrugó. ─¿qué? ¿a dónde fue?

eunmin se encogió de hombros. ─dijo que iría su ciudad natal, busan. pero no me dijo específicamente para qué.

hanna no dijo nada más, limitándose a asentir con su cabeza pensando en hyoyeon. a pesar de la fuerte discusión que habían tenido, era su madre y la adoraba, no le gustaba estar alejada de ella por tanto tiempo.

eunmin se retiró de la habitación cerrando la puerta detrás de ella. un silencio inundo el lugar, solo se percibía el sonido de la brusca respiración de hanna, se levantó de su cama yendo a su armario para escoger el atuendo que vestiría. recordó las veces que chillaba como niña pequeña porque no tenía que ponerse en su opinión, pero era todo lo contrario ya que tenía tanta ropa que tenía que usar cajones de su escritorio para guardar el resto de sus prendas. hanna rio tomando lo primero que vio, un pantalón negro con una blusa blanca junto con una gran chaqueta que abriga muy bien su cuerpo. usaría sus típicas zapatillas, no tenía muchas ganas de ir al hospital y en sus cincos sentidos, ¿quién sería capaz de sentirse feliz yendo a un lugar tan incomodo?

después de unos minutos, hanna fue con su madre que parecía guardar comida en algunos compartimientos y poniéndolos dentro de una pequeña mochila, como si fuera un lunch o un almuerzo para el colegio. hanna se sentó en la mesa, viendo su desayuno frente a ella.

─madre, ¿no desayunarás conmigo?

eunmin negó con una sonrisa, cerrando la mochila. ─no cariño, es un poco tarde y debo llamar a la oficina para pedir un día libre.

─¿por qué? madre, jamás faltas a su trabajo. ─hanna dio un bocado a su desayuno.

─hija, no todo en la vida es trabajo. ─eunmin se sentó junto a hanna, jugando un poco con el delgado cabello de la menor. ─tengo muchas otras prioridades más importantes que mi trabajo y ahora una de ellas eres tú y tu salud.

hanna afirmó moviendo su cabeza de arriba a abajo, su pecho sintió una fuerte sensación de culpabilidad e incomodidad. su madre era tan responsable que jamás se había ausentado de su trabajo, pero al mismo tiempo la joven se sentía querida, amada por alguno de sus familiares.

era una sensación gratificante para ella después de tantas malas emociones mezcladas en un nudo que era incapaz de desatar o liberarse.

─anda, debemos apresurarnos si queremos llegar temprano. ─eunmin se puso en camino hacia el garaje para encender el motor de su automóvil.

─mi prioridad eres tú. ─hanna repitió las palabras de su madre, pero ahora se las decía a ella misma intentando desaparecer su angustia. una esperanzadora sonrisa se asomó en su rostro y se fue hacia el garaje.

respiro hondo antes de meterse al vehículo, estaba preparada y estaba dispuesta a esperar las consecuencias de esto sin ninguna objeción. desde ahora esta sería su vida y no quería morir odiando su enfermedad, sabiendo que esta ahora será la que la acompañará por el resto de su existencia.

─¡gracias por su compra! ─la empleada despidió a hyoyeon con gran gratitud y era comprensible, la mujer había arrasado con sus compras.

─muchas gracias, buen día. ─hyoyeon salió de la tienda con al menos cuatro bolsas grandes en cada mano, eran un poco pesadas pero era un peso soportable. una cafetería apareció delante suyo, así que aprovechó para relajarse un rato y proseguir con sus planes.

entró al lugar, pidiendo una mesa alejada del resto para poder dejar sus pertenencias sin molestar en el paso. mientras algún mesero se desocupaba, hyoyeon revisó cada bolsa, verificando que todo lo que había adquirido estaba ahí.

─bien, tres pelucas en cada bolsa. ─pensó en voz alta. ─veintitrés, y veinticuatro, correcto.

hyoyeon suspiró cansada debido a que desde la mañana había recorrido cada tienda de accesorios, maquillaje y disfraces en busca de algunas pelucas lindas y lo más realistas posibles. pero no le importaba en lo más mínimo, era para su hija y hyoyeon estaba segura que se atrevería a cruzar todo el mundo si fuera necesario solo por hanna.

aunque en el fondo sabía que esto también lo hacia para conseguir el perdón de hanna, no sería capaz de seguir enfadada con ella conociendo el estado de su situación.

era una carrera contrarreloj, hanna versus su enfermedad y hyoyeon deseaba intensamente que su hija ganara.

@jjaewonis - 2021