¿Por qué el mundo juzga un sentimiento que es de lo más hermoso? ¿Acaso está mal querer ser feliz? Cada uno encuentra su felicidad en este mundo oscuro y afligido, de cualquier manera, a veces esta no tan aceptada y a veces, admirada.
Hanna encontró...
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─hanna, amor. ─jungwon susurró con un tono de voz agradable. hanna abrió sus ojos poco a poco y lo primero en su campo de visión fue el hermoso rostro de su novio dedicándole una sonrisa de oreja a oreja, dejando ver los lindos hoyuelos. ─la noche está llegando, deberías volver a casa.
hanna asintió frotando su ojo sin hacerse daño, pero al asimilar correctamente la situación su mente recordó de inmediato el motivo por el que había ido a la casa de la familia yang, aunque en el fondo la joven quería visitar al chico pelinegro que alegraba sus días y más que ahora lo necesitaba demasiado.
después de que ambos acomodaron su apariencia, jungwon se dirigió a la puerta de su habitación pero antes de salir, hanna se adelantó para intervenir en su camino e impedirle atravesar aquella puerta. él arrugó su ceño y preguntó.
─¿qué haces? hanna, está oscureciendo cada vez. ─se cruzó de brazos y respiró hondo. ─tal vez la mejor idea es acompañarte hasta casa.
─jungwon, te debo decir algo importante antes de irme. ─hanna apretó sus puños detrás de su espalda, sintiendo como su respiración se aceleraba cada vez más. podía jurar que podía observar como su pecho bajaba y subía con velocidad, intentaba recuperar el aliento pero su nerviosismo no la dejaban.
─oh, es verdad que viniste por eso. ─jungwon dejó escapar una leve risa nasal. ─¿qué sucede, amor? pareces tensa.
la chica asintió esforzándose por sonreír pero lo único que se formó en su rostro fue una mueca. ─te seré sincera, no tengo ni idea como empezar a decirte esto.
jungwon se encogió se hombros metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón. ─puedes empezar por el principio, ¿no?
─claro, ─tartamudeó hanna tragando con fuerza. ─por el principio.
─hanna necesitas tranquilizarte. ─el pelinegro dio un corto masaje en los hombros de la joven, la cual cerró sus ojos disfrutando. ─ahora, habla.
