Prólogo

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Armin terminó de preparar sus cosas para salir, tomó una cesta y abrió la puerta principal de la pequeña cabaña donde vivía con su abuelo para emprender su camino hacia el mercado

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Armin terminó de preparar sus cosas para salir, tomó una cesta y abrió la puerta principal de la pequeña cabaña donde vivía con su abuelo para emprender su camino hacia el mercado.

— Abuelo, voy a salir. — avisó. El mayor, quien estaba sentado en la sala de estar, se despidió con la mano.

Caminó a paso lento hacia el centro de la ciudad, ya que vivía en el campo cerca de la ésta. El día estaba soleado, sin una nube en el cielo, dándole una enorme sensación de paz, respiró hondo mientras disfrutaba del hermoso día.

Sólo la existencia del chico ya era un milagro, era difícil ver un humano en esas épocas, a tal punto que algunas personas pensaban que ya no existían. Admiró el paisaje que lo rodeaba a la vez que llegaba al mercado, el cual quedaba bastante cerca a decir verdad, y sacó la lista que tenía en el bolsillo donde tenía escrito todo lo que necesitaba comprar.

Lo primero eran manzanas. Sencillo, ¿verdad? Pues no, hay muchos duendes en la zona a los que les gusta estafar, dependiendo del lugar al que vayas podrían venderte manzanas envenenadas, lo cual por supuesto es ilegal, pero de alguna manera siempre logran salirse con la suya.

Los bueno es que él conocía un lugar del que se fiaba completamente, un pequeño puesto de frutas que pertenecía a un hada y que además de ser muy amigable tenía los productos de mejor calidad a un precio accesible. Tuvo que hacer fila durante un largo rato, y cuando por fin iba a ser su turno un híbrido de zorro se coló en la fila y se puso delante de él.

— Disculpe, — lo llamó. — pero yo estaba aquí antes, ¿podría por favor formarse en la fila como todos los demás? — el hombre solo lo miró de pies a cabeza, notando en el proceso el aspecto y olor humano del menor. Al darse cuenta de esto decidió sólo ignorarlo y seguir con lo suyo. — Señor, era mi turno....

— ¿Crees que eso me importa? — esa era una de las desventajas de ser humano, además de ser escasos son la raza más débil que hay.

— Pero llevo esperando aquí mucho ti-

— Cállate ya, tu voz es irritante. ¿No pensaste en que ya me habría ido si no siguieras interrumpiendo?

— Señor, — interrumpió la dueña del local, una pequeña y brillante hada. — el jovencito de aquí tiene razones para estar molesto, le pido por favor que respete la fila o se retire. — El mayor soltó un gruñido y luego se fue claramente molesto.

— Muchas gracias señora Flora.

— No es nada, dime ¿que vas a llevar?

— Medio kilo de manzanas y un kilo de orangeberries.¹ — respondió al revisar que también tenía eso en su lista.

La más pequeña cambió su tamaño al de una persona normal para poder tomar la fruta sin dificultades.

— Son 35 leos² por favor. — el rubio le entregó el dinero. — Muchas gracias, vuelva pronto.

La suerte era que no tenía que comprar tantas cosas, solo le hacía falta pan y mermelada. Lo primero lo consiguió sin muchas complicaciones, no había mucha fila y la gente no le dijo nada acerca de su raza. El problema vino cuando quiso comprar la mermelada, el dueño del lugar, un demonio, seguía negándose a vendérsela solo por ser humano.

Los demonios eran la tercera raza más fuerte en el RC³, y los humanos, al ser la raza más débil, no tenían de otra más que obedecer a los de rango superior. Pero no se preocupen, Armin logró conseguir la mermelada en otro lugar, aunque le costó más dinero.

El de ojos azules suspiró pesadamente, ser humano era demasiado difícil de por sí, no podía darse el lujo de gastar dinero de más considerando que su situación económica no era tan buena. No eran pobres, pero tenían apenas lo suficiente con lo ganan vendiendo leña, así que Armin no conocía lo que era comprar algo que le gustaba o complacerse a si mismo comiendo algún dulce caro.

Ahora tenía que apresurarse a llegar a su casa antes del anochecer, era así cada día. Los vampiros salen durante la noche, y ellos tienen el rango más alto, eso sumado a que en su mayoría son un montón de egocéntricos que solo se interesan por ellos mismos y piensan que los demás son objetos le hace imposible estar afuera de noche. Una vez escuchó que un vampiro compró y se quedó con una chica solo porque le pareció bonita, tan típico de ellos, quedarse con todo lo que les parece lindo y que a la vez esté a "su nivel" le parecía desagradable, simplemente no se podía arriesgar.

Llegó por fin a su hogar y cerró la puerta con llave detrás de él, dejó las compras en la mesa y se sentó en el sofá de la sala de estar, exhausto.

— Ya estoy en casa. — anunció.

— Bienvenido, Armin. — le respondió su abuelo saliendo de la cocina. — Llegaste un poco tarde.

— Tuve un par de problemas en el mercado, pero nada grave, solo me retrasé.

— Ya veo, solo ten cuidado, no te vaya a pasar nada de regreso.

— Lo tendré en cuenta. — se levantó hacia el pequeño estante y sacó su libro favorito para leerlo un rato.

La ciudad en el cielo, la misma que sus padres intentaron encontrar alguna vez. Según la leyenda sólo se puede llegar en dragón, pero son casi imposibles de domar, así que sus padres buscaron otra forma de llegar. Construyeron un enorme globo impulsado por aire caliente, pero algo salió mal y tuvieron un accidente del que, desafortunadamente, no pudieron sobrevivir.

Aún así, de alguna manera eso no lo asustaba en lo más mínimo, de hecho tenía cada vez más curiosidad por saber si aquella cuidad era real. Quería encontrarla y verla con sus propios ojos, estar allí y lograr lo que sus padres no pudieron, cumplir su sueño no solo por ellos sino también por él mismo. Definitivamente no iba a desistir de la idea, algún día él estaría en esa ciudad.

Glosario:

¹orangeberries: Frutas que por fuera son parecidas a una manzana, solo que son color naranja tanto por dentro como por fuera. No son cítricos, tienen un sabor muy dulce y son muy jugosas.

²Leos: Moneda que se utiliza en este mundo, tienen color dorado y no existen billetes.

³RC: Abreviación de "Rango Celestial", es la manera en que se clasifican todas las razas existentes. Mientras los humanos son la más baja, los vampiros son la más alta, luego les siguen las sirenas y luego los demonios. Son demasiadas como para nombrarlas todas.

 Son demasiadas como para nombrarlas todas

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✨ Doy asco para las portadas, lo sé. Espero que les haya gustado el prólogo, fue para darles una pequeña introducción al mundo en el que viven.

Espero terminar el primer capítulo pronto, sin más que decir, cuídense y tomen mucha agua.

Sky Town - Armin Arlert Donde viven las historias. Descúbrelo ahora