Estuvieron sentados en un silencio muy incómodo durante el resto del viaje, y por fin habían llegado a la capital. Tenían en frente el castillo más grande que podían haberse imaginado, y ambos comenzaron a sentirse más nerviosos que antes.
Observaron a su alrededor. Habían edificios elegantes y gente de clase alta, así que ellos con su ropa vieja y barata destacaban bastante.
— Vamos, no tengo todo el día. — habló Levi mientras empezaba a caminar y ambos chicos lo siguieron hasta la entrada. Los guardias que vigilaban las enormes puertas miraron extrañados a los dos únicos humanos. — Vienen conmigo. — anunció. Sólo con esas palabras los dejaron pasar, pero algo en sus miradas les decía que no confiaban en ellos.
El castillo era aún más grande por dentro, las paredes blancas del lugar y las decoraciones en en las mismas lo hacían ver como un lugar sumamente elegante. Sus pasos hacían eco en los pasillos debido a lo grandes que eran; Armin decidió fijarse en otra cosa para distraer sus pensamientos, se dio cuenta de que en algunos lugares de las paredes habían muchas pinturas de todo tipo y se preguntó por un momento si alguna sería de la reina, era difícil adivinar.
Se detuvieron frente a una inmensa puerta que parecía estar hecha de roble, donde se encontraba la reina Historia sentada en lo Armin podía deducir era el salón del trono ya que ella estaba sentada en uno. Entraron hasta quedar en frente de ella, aún manteniendo una distancia prudente.
— ¿Qué hacen todavía de pie? — cuestionó el azabache que los había acompañado hasta ahí. — Arrodíllense. — empujó las cabezas de ambos hacia abajo hasta quedar arrodillados.
— No se preocupen, no hacen falta tantas formalidades. — habló la reina. — Pónganse de pie. — volvieron a su posición original. — Seguramente se estarán preguntando por qué los llamé para que vinieran aquí, y la respuesta es muy sencilla, ustedes dos fueron vistos por varios civiles cerca de la cueva de un dragón. ¿Es eso cierto?
El pánico los invadió, pensaron que tal vez se habían metido en problemas, después de todo habían escuchado que la reina era muy generosa y protectora con todas las especies de fauna y flora que existían en el reino. Era de esperarse que quizás entrar a la cueva de un dragón estaba prohibido, tal vez estaban incumpliendo con alguna ley sin darse cuenta de ello.
Amaris dirigió su mirada a Armin, pidiéndole permiso con la mirada para ser ella quien hable, a lo que él sólo asintió. Probablemente era por el miedo, pero no quería ser él quien tuviera que hacerle frente a la reina de la Isla Paradise.
— Sí, su majestad..... emmm reina Historia. — empezó a hablar la pelirroja. — Es cierto que nosotros estuvimos en la cueva de un dragón, pero él decidió seguirnos por su cuenta, no lo obligamos a nada ni le hicimos daño. — la rubia levantó la mano indicándole que se detuviera.
— Ustedes no están en problemas. — dieron un suspiro de alivio. — Quería saber si la razón por la cual fueron a esa cueva, de casualidad ¿ustedes están buscando la ciudad en el cielo?
— Sí, — respondió Armin con más seguridad. — estamos seguros de que existe y pensamos encontrarla. Por eso fuimos allí, sólo los dragones pueden volar lo suficientemente alto como para llegar. — Historia sonrío.
— Eso me alegra, esperaba que respondieran eso. Verán, mucha gente ha intentado encontrarla en el pasado, — explicó. — y a pesar de que muchos creen que es sólo un mito yo creo fielmente en que es real. Suelo apoyar a los viajeros que se dedican a eso, y aunque hasta ahora nadie ha logrado cumplir con su objetivo, tengo mucha fé en ustedes. — se levantó.
Amaris y Armin abrieron los ojos como platos al darse cuenta de que la reina no era un demonio como ellos pensaban, era un hada. Tenía unas alas enormes y muy coloridas que se reflejaban con la luz del sol, ni siquiera podían concentrarse en pensar por qué la reina no era un demonio, estaban totalmente distraídos con sus hermosas alas. Antes de que ella pudiera continuar hablando la ojigris se llenó de valor para preguntarle.
— D-Disculpe la pregunta, reina Historia.
— ¿Sí?
— Bueno, habíamos escuchado que ni los vampiros ni las sirenas podían gobernar, por eso pensamos que usted sería un...
— ¿Un demonio? — completó, y al ver a Amaris asentir con timidez soltó una pequeña risa. — No te preocupes, suele pasarme mucho. Lo que sucede es que los demonios sólo se interesan por ellos mismos, en su mayoría, siempre intentando comerse las almas de los demás...
— Sí... — susurró Armin mientras recordaba aquella vez que un demonio trató de estafarlo para que vendiera su alma.
— Por eso gobernamos nosotras las hadas. Aunque no es del todo cierto que los vampiros no pueden gobernar, de hecho lo hacen, cuando es de noche y yo estoy dormida.
— Eso es.... un poco preocupante. — dijo Amaris.
— Entonces, ¿quién gobierna durante la noche?
— Nadie sabe, es todo un misterio. Todo lo que habla de esa persona es incierto y son sólo rumores. Pero cambiemos de tema, porque no los hice venir sólo para darles mis buenos deseos. Acompáñenme al comedor, apuesto a que tienen hambre.
— Acabo de conocer a la reina y ya la amo. — mencionó Amaris, con todo lo que había pasado ni siquiera tuvieron tiempo de comer. — Es una persona tan bondadosa.... va ir al cielo seguro.
— ¿Estás llorando?
— Estoy sudando por los ojos, — se secó la cara, aunque fue en vano porque empezó a llorar otra vez. — es que estoy tan feliz.... lo siento.
— Vamos, no queremos hacerla esperar.
— Escucha a tu amigo, los voy a echar a patadas si no se apresuran. — amenazó Levi.
— Ya vamos, ya vamos. — habló Amaris.
La reina vio aquella escena sonriendo, quería esperar que esos dos humanos regresaran sanos y salvos de su aventura. A pesar de tener plena confianza en ellos, también tenía algo de miedo de estarlos enviando a una muerte segura, pero eso era algo que sólo el tiempo diría. Ella sólo podía esperar no arrepentirse de sus decisiones en el futuro.
✨ Hola de nuevo, siento que se acerca un bloqueo creativo.
El próximo capítulo voy a traerles un par de cosas que no se dijeron explícitamente o también podrían tomarlo como un repaso de todo lo que ya se mencionó a los largo de estos 4 capítulos.
Esta historia en realidad no tiene mucho apoyo, son como dos personas que votan y comentan, pero igual disfruto hacer felices a dos personas.
Y sigo sin saber qué nombre ponerle al dragón jajajan't
Sin más que decir, cuídense y tomen mucha agua.
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Sky Town - Armin Arlert
Hayran KurguEn la cuidad de Shiganshina, donde existen todo tipo de criaturas y plantas que parecen sacadas de un cuento de hadas, vive Armin. Desde que era pequeño sintió curiosidad sobre una leyenda urbana, y al cumplir los dieciséis años decide verificar si...