Capítulo 17

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Caminaron durante una semana entera teniendo la suerte de no encontrarse con nada

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Caminaron durante una semana entera teniendo la suerte de no encontrarse con nada. Era de noche y ya estaban un poco más confiados sobre por dónde iban, sin dejar de estar alerta por si se llegaban a encontrar con la persona que habían estado tratando de evitar.

Pero lo que encontraron fue mucho peor.

— ¿Podemos descansar? — preguntó Eren.

— Lo siento, Eren; — se disculpó Armin. — no sabemos qué cosa puede atacarnos por la noche, así que sólo podemos dormir si tomamos turnos para vigilar los alrededores.

— Odio esto.

— ¿Para qué viniste, entonces? — reclamó Danna.

— Shh, escucho algo. — Mikasa se detuvo para escuchar mejor. — Hay alguien cerca, y viene hacia acá.

— ¿Qué hacemos? — preguntó Amaris.

— ¿Qué tan cerca está? — cuestionó ésta vez Armin.

— Muy cerca.

— No podemos correr; no serviría de nada.

— Ahora yo también lo escucho. — dijo Eren.

— ¿Quién anda ahí? — preguntó Danna. — ¡Muéstrate!

Salió de entre las sombras una mujer; alta, de cabello largo y oscuro y de ojos azules. Observó con atención a cada uno de ellos, deteniéndose al encontrar su mirada con Danna y Amaris.

Por inercia, la pelirroja buscó aferrarse a Armin haciendo que se pusiera un poco nervioso.

— ¿La conoces? — le susurró el rubio a su amiga, quien trataba de mantenerse escondida en vano.

— Es mi mamá. — le susurró de vuelta. Armin se alarmó; la misma mujer que les había hecho tanto daño se había aparecido de la nada.

Mientras Amaris parecía estar aterrorizada, Danna se acercó a su hermana pequeña que permanecía escondida detrás de Armin y se puso delante de ambos en forma de protección.

— ¿Qué quieres? — le dijo Danna a su madre de manera cortante. La mirada de la mujer se suavizó un poco.

— ¿No puedo saludar a mis hijas?

— No, nosotras no somos tu familia. — a Armin le pareció que la mujer miró con desprecio a su hija al ver que no estaba obteniendo lo que quería, cosa que sólo lo hizo enojarse.

Él no era demasiado temperamental, pero ¿cómo podía haberles hecho tanto mal y luego llegar haciéndose la madre perfecta como si nada hubiera pasado y ellos siempre hubieran sido la familia feliz? Casi podía asegurar que actuaba así sólo porque habían más personas presentes; algo dentro de él le decía que si hubieran estado solas Amaris y Danna les hubiera ido mucho peor.

Era obvio, porque Amaris la estaba mirando con un inmenso temor en sus ojos. Eso a diferencia de su hermana quien la fulminaba con la mirada; se podía ver el enorme odio en ella. Ninguna hija debería mirar a su madre así; no podía ni imaginar lo horrible que era esa mujer como persona como para que sus hijas la vieran de esa forma.

La madre de ambas chicas pareció rendirse a tratar de razonar con Danna, y en cambio dirigió sus ojos a su otra hija. Armin puso una mano en la cabeza de su amiga y la acarició para tranquilizarla y hacerle saber que no iban a dejar que le hiciera nada.

— Amaris. — la mencionada dio un pequeño salto en su lugar. Pareciera como si se estuviera tratando de obligarse a sí misma a responder, pero Armin ya no pudo soportar el coraje que por primera vez se había formado en él.

— ¡No le hables! — le gritó. Mikasa y Eren miraban sorprendidos su reacción, mientras Amaris le sonrió agradecida; Danna, por otra parte, lo veía como si estuviera orgullosa y la madre de ambas lo miró con desprecio y claramente ofendida.

— ¿Disculpa?

— Dije que... no le hables. — se preocupó al sentir que la adrenalina del momento se estaba yendo y, con ella, su valentía.

— ¿Y quién te crees para decirme lo que puedo o no puedo hacer con mis hijas? — Armin respiró profundo tratando de calmarse; debía admitir que aquella persona sí tenía una presencia aterradora.

— Soy amigo de Amaris, y puedo notar con facilidad que ella no se siente cómoda hablando con usted.

— ¿Tan sólo por eso? Mejor mantén tu nariz metida en tus asuntos.

El rubio miró a Danna en busca de auxilio, pero ella sólo le hizo una seña alentándolo a seguir enfrentándola.

— No. — le contestó a la mujer, quien lo vio aún más furiosa que antes mientras daba un pasos adelante.

— Repítelo; no quieras tratar de desafiarme. Adelante, repítelo si te atreves.

— ¡No! ¡No se le acerque a Amaris! No tiene... ningún derecho.

— ¿Que no tengo derecho? Soy su madre.

— ¡Ninguna madre actuaría de esa forma! ¡No tiene derecho ni siquiera a llamarse a sí misma su madre! Una madre no.... no tendría esa mirada de odio, su hija no la vería temiendo por su vida, una madre no es así; ¡usted no es su madre!

— Vete ya de aquí, Sara. — Danna llamó a su madre por su nombre.

Cuando la mujer estaba por quejarse, desde otro lado apareció otra persona; llamó la atención de todos y luego dijo:

— Eren, al fin te encuentro. — todos voltearon a ver al antes mencionado, quien se veía tan confundido como ellos.

— ¿Podemos dejar de tener encuentros misteriosos, por favor? — dijo el castaño. — Sólo dime quién eres.

— Soy Zeke Jaeger, tu medio hermano. — Eren formó una "o" con su boca; después de todo sólo conocía a su hermanastro por lo que le contaba su papá.

— ¿Y qué haces aquí?

— Aquí vivo, pero te estaba buscando. Papá me envió una carta que decía que ibas a pasar por aquí.

— Espera... ¿tú vives aquí? ¿O sea que tú eres “la persona”?

— La... ¿qué? ¿Con eso te refieres a la persona que dirige el reino de noche? Sí, soy yo.

— ¿Cómo es posible? Significaría que tienes el poder y rango suficiente para dirigir a un montón de vampiros. — dijo Armin.

— Lo tengo, porque también soy uno. — con sólo su respuesta, Armin logró unir todos los puntos y entender la situación.

— Ya veo, Eren dijo que eres mestizo.... o sea que, ¿tienes sangre de vampiro y de titán?

— Así es, mi mamá también era un vampiro pero uno de nuestros ancestros perteneció a una de las familias que poseen los poderes titánicos; en mi caso heredé el poder del Titán Bestia.

— Así es, mi mamá también era un vampiro pero uno de nuestros ancestros perteneció a una de las familias que poseen los poderes titánicos; en mi caso heredé el poder del Titán Bestia

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✨ Expliqué muchas más cosas de las que esperaba en un capítulo. Todo sea por no dejar huecos argumentales.

Supongo que pueden tomar esto como una especie de arco final y ya son como dos capítulos de ellos llegando a la cuidad en el cielo.

Cuídense y tomen mucha agua.

Sky Town - Armin Arlert Donde viven las historias. Descúbrelo ahora