Lionetta AccardiCuando despierto lo hago con mi mano formando un puño en la sabana, en un cuarto que me es poco familiar y en una cama que definitivamente no es la mia, aunque no puedo negar que sea cómoda. Me siento hambrienta y al notar que nadie ha entrado a traerme una bandeja con el desayuno, deduzco que me están esperando en el primer piso.
Bajo las escaleras en forma de caracol y me dirijo al salón, en dónde está toda la familia reunida. Tomo asiento frente a mi primo y observo a mi padre y a mi tío sentados en los extremos de la mesa. Estiro mi mano para tomar un cornetto de los que ha preparado Francisca, lo único único sabe cocinar, y no puedo evitar suspirar cuando siento la crema de chocolate al darle un mordisco.
Sin embargo, al instante, mi mente arma el rompecabezas de recuerdos que estaba revuelto en mi mente. Recuerdo los cadáveres, la sangre brotar espesa y líquida en grandes cantidades de la garganta de Paolo. Aprieto el cornetto en mi mano y trago fuerte.
-parece que has amanecido con hambre -sonríe mi padre mientras bebe su café- eso es bueno.
Le devuelvo la sonrisa inestable y observo como le hace una seña a Giordana para que le de un beso en la mejilla y posteriormente se siente junto a mí.
-¿Cómo ha ido la universidad? -pregunta mi tío.
Me encógo de hombros y abro la boca para contestar, sintiendo el pecho tenso. A pesar de que me han hecho bastantes veces esa pregunta, sé que Celio no tiene interés en saber si hice amigos y me enamoré de un chico en el corredor, lo pregunta para saber que tal es el establecimiento y si cumplimos bien con nuestra principal obligación: pasar desapercibidos.
-he recibido varios halagos poco amistosos por parte de profesoras bastante mayores debido a mi acento -responde Fausto obligando a mi boca a cerrarse.
Papá primero observa a su hermano y luego a su sobrino, ríe ligeramente pero no agrega nada.
-Fausto -gruño después de tragar un gran sorbo de café amargo y caliente- tenemos a las mismas profesoras, ten cuidado.
No me gustaría ni siquiera un poco que una profesora universitaria intentara chantajearme para poder acostarse con mi primo, mucho menos me agradaría el rumor de un alumno y una mujer del establecimiento compartiendo una relación extraescolar. Eso sería llamar la atención.
Fausto me dedica una sonrisa socarrona y alza las cejas mientras sigue comiendo lo que hay en su plato.
Mi padre asiente y desvia el tema.
-el instituto de Giordana es al que han asistido los hijos de las familias de La Comisión por muchos años -explica Marco- el director de la institución tiene un acuerdo de silencio respecto al tema.
Eso significa que, básicamente, La Organización tiene comprado a ese hombre.
Luego de unos minutos, en los cuales Giordana comienza a hablar con mi padre acerca de a dónde irá luego de desayunar, Celio y Natalia se ignoran y yo me limito a servir más jugo en mi vaso, Francisca se dirige a mi primo.
ESTÁS LEYENDO
Diamante Negro ©
Action(EN PROCESO) De la sangre, el honor y los secretos nacen los descendientes de la mafia siciliana. De la sangre, el honor y los secretos nace Lionetta Accardi, la hija de una de las familias en la Cosa Nostra de Italia. Su mente cínica es como un dia...