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Mabel se cubrió la boca al ver lo salvaje que se encontraba el macho que amaba. El gruñía y vociferaba cosas que no entendía de forma amenazante era tonto no tenerle miedo a él en ese momento pero ella era una tonta entonces.

—¿Kaled?— Dijo acercándose y el macho le gruñó molesto.— ¿Thunder?— El macho volvió a gruñirle molesto, entonces Mabel probó otro nombre aunque era un poco vergonzoso.—¿Cariño?

Esta vez el macho no gruñó, hizo un sonido satisfactorio y luego se acercó a las rejas y estiró su brazo entre ellas tratando de alcanzarla. Mabel dudó un momento pero se acercó y tomó la mano del macho quien la sujetó fuerte y tiró de ella hasta chocar contra la reja donde comenzó a olfatearla desesperadamente, Mabel le facilitó aún macerando su cuello y él gruñó gustoso.

— Tranquilo, estoy aquí.— Le susurró acariciando su mano.— ¿Sabes quién soy?

Él profirió un sonido lastimero y asintió al parecer ¿Avergonzado?

— Mía.— Dijo con dificultad.— Yo...he...rrír...te.

— Solo un poco, no sabías que era yo, pero todo está bien ahora.— Le acarició con la otra mano su mejilla.

— Sentirlo... Dolió...muc..h..o

Mabel sabia que no hablaba del dolor de ella, sino de él. Tal vez su mente no esté del todo perdido, en alguna parte de su tercera conciencia, él sabía que la amaba y le dolía el haberla lastimado. Mabel lo entendió: este era el águila de las tormentas, este era el lado primitivo, salvaje y puro de Kaled y Thunder. Mientras Kaled era la parte dulce, tierna y llena de amor, Thunder era la parte sería, racional y que quería protegerla por lo mismo esta tercera conciencia era la esencia pura de ellos. ¿Que pasaría si se unían los tres? ¿Que clase de macho sería? Esperaba que tuvieran lo mejor de los tres.

— ¿Estas mejor ahora?.— Le preguntó al sentir lo tranquilo que estaba.

— No...sen...tir...solo.

Mabel asintió, ella miró hacia la cámara ubicada en una esquina sabiendo que los observaban.

— Quiero entrar, él no me hará daño.

Mabel esperaba que le escucharan,  sentía la misma necesidad de él por estar lo más cerca posible.
No esperó mucho tiempo cuando apareció Trisha con las llaves, suponía que era para no alterarlo ya que el olor de otro macho o de un multihibrido podría enfurecerlo.
Mabel se retiró un poco para tomar la llave pero el macho protesto y no la dejó ir.

— Está bien, estaré ahí adentro contigo pronto.

El macho la miró durante un largo tiempo hasta que , con renuencia, la dejó ir. Mabel se movió rápido, la mirada de Trisha era de preocupación por lo que Mabel evitó mirarla, nadie la haría cambiar de idea sobre esto.

En el segundo que puso un pie dentro de la jaula, el macho dio un sonido lastimero y se acercó a ella lo más rápido posible para abrazarla como si temiera que se evaporara en cualquier momento.

— Todo está bien, cariño, ya estoy aquí.— Lo calmó abrazándolo muy fuerte, en otro momento se habría sentido nerviosa pero ahora ya no, ella lo amaba y confiaba en él con su vida.

En ese momento él la sorprendió tomándola rápidamente por las piernas y la llevó a la cama que estaba en el fondo de la celda. Aunque cierto terror invadió a Mabel al creer que tal vez él quiera algo más como sexo, se calmó rápido cuando apoyó su cabeza el su pecho y la abrazó por la cintura.

— Cansado...

—¿Quieres dormir?— Preguntó sorprendida.

— Si.

007: Thunder. Nuevas Especies 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora