Mi Pequeño Bastardo (Jason Todd)

Capitulo 6

Me levanté cinco minutos antes de la hora de entrada de la escuela, no había pasado ni medio minuto y ya estaba lista.
Salí a desayunar a Italia, la comida es deliciosa aquí.
Vi el reloj.
Aún me quedan 3 minutos.
Un incendio en una casa en Francia, los bomberos no llegarían a tiempo.
Saqué a todos y apagué el fuego, de las cenizas saqué un pequeño oso de peluche.
Me acerqué hasta una pequeña que con gran asombro me veía.
–Je pense que c'est à toi -le dije entregándole el oso.
–Merci -me respondió con una sonrisa.

En unos cuandos segundos ya me encontraba en la escuela, me cambié el traje por el uniforme aburrido.
Llegué a mi salon con un minuto de anticipación.

Un extraño sentimiento de soledad se apoderaba de mi al estar lejos de Metropolis, de mi primo, mis sobrinos, y sobre todo mis hermanas que hace tiempo que no las veía.
Llegó la profesora Shelly, para distraerme quise escuchar preocupaciones ajenas.

–Que guapo esta -decia una chica con el corazón al mil por hora.
–Adelante, por aquí -oigo que dice una chica a alguien en la puerta principal de la escuela, mientras me aburro en clase de matemáticas.
Suenan muchas conversaciones en murmuros.
–Le he dejado 50 mensajes de voz y no me responde, seguro esta con esa chica de la cafetería -decia la porrista principal.
–Tus zapatos estan lindos -le dice una chica a otra.
–Después de que ganemos el partido del sábado iremos a celebrar al bar -dijo un chico y todos estallaron en gritos.
–Realmente odio sentarme aquí, la maestra huele raro -decia una chica a alguien en un susurro casi inaudible para las personas normales.
Estaba concentrada escuchando todas las conversaciones a la vez solo para pasar el rato. Alguien interrumpe el hilo de conversaciones que seguía.
–... Así que aquí esta el chico nuevo -decia la señorita Shelly.
Era él...el chico que salvé el otro día.
Lo estaba mirando mientras el veía a otro lado. De repente chocó mi mirada con la suya, sus ojos cafes denotaban que estaba sorprendido de verme como si supiera quien era en realidad.