In Another Life (Bokuaka)

CAP 8

En algún momento durante su regreso a casa desde el gimnasio, Akaashi había accedido a que Bokuto pasara la noche en su casa.

"Mis padres están fuera durante un mes", había dicho inconscientemente, provocando que Bokuto entrara en un frenesí de súplicas para quedarse a dormir hasta que Akaashi dijera que sí. Normalmente habría enrojecido de irritación al escuchar esa molesta insistencia, pero la sonrisa que reclamaba el rostro de Bokuto cada vez que accedía a algo hacía que Akaashi se olvidara de lo frustrado que estaba.

Entró en su casa con Bokuto en cuestión de minutos, habiendo caminado más rápido de lo habitual. Allí, el enfermizo temblaba como un animal recién nacido, incluso con la chaqueta extra que Akaashi le había ofrecido.

"Hace calor..." Bokuto exhaló y se estremeció una vez dentro, quitándose los zapatos.

Akaashi entró y giró la cabeza. "Eso espero". Avanzó. "Mi habitación está por aquí".

Bokuto le siguió enérgicamente. Volvió a observar su entorno, fascinado por el interior de la casa de otra persona. Todo estaba ordenado y colocado perfectamente aquí y allá, lo que daba a la casa de Akaashi un ambiente cálido. Le recordaba a su casa...

Bokuto casi chocó con Akaashi cuando se detuvo para entrar en su habitación.

"Puedes sentarte donde quieras". Se metió en la cama y dobló una pierna, acercando su portátil para encenderlo.

"¿Está bien tu cama?" Bokuto se quitó la chaqueta de Akaashi.

"He dicho que en cualquier sitio".

Bokuto se dejó caer en el colchón justo después de esas palabras, golpeando su cabeza contra el hombro de Akaashi. Éste retrocedió con un gruñido.

"Cuidado". Akaashi se desplazó hacia un lado para dejar más espacio a su visitante. A pesar de ello, Bokuto seguía estando lo suficientemente cerca como para que sus brazos se tocaran. Akaashi suspiró y arrastró perezosamente el dedo por el d-pad. "¿Quieres ver una película?"

Bokuto se acurrucó sobre sí mismo y metió las manos en el bolsillo de la capucha. "Sí. Cualquier cosa está bien". Sus ojos amarillos miraban fijamente la pantalla.

"De acuerdo". Akaashi abrió la primera película que tenía en la memoria de su ordenador. Apartó el portátil y pulsó el play.

"¿Cómo se llama?" Confundido, Bokuto lo miró.

"Cloud Atlas".

"¿Cuánto dura?"

"Unas tres horas". Levantó las piernas de la cama y cruzó su habitación para recuperar una gruesa manta que estaba envuelta en una silla rodante. Luego se la lanzó a Bokuto una vez que estuvo lo suficientemente cerca. "Has estado temblando. Úsala".

Bokuto cogió la manta azul marino entre sus brazos y se la echó con cautela alrededor de los hombros. Era suave. "Gracias". Mantuvo los ojos en la pantalla. "Solía soportar el frío mejor que esto". Se le escapó una risita avergonzada.

Exhalando por las fosas nasales, Akaashi recuperó su asiento en la cama, cruzando las piernas. "Cosas que pasan".

"Sí..."

En el exterior, el cielo se oscurecía con la llegada de las nubes. Bokuto se tranquilizó, se acurrucó y siguió viendo el comienzo de la película.