A book behind you 2: A heart.

♡17- Te odio.♡

Unos años antes, PASADO.

Punto de vista de Charlotte.

Corro hasta mi habitación y me encierro en el baño.

Te odio, te odio, te odio...

Camino repetidas veces por todo el pequeño lugar. Mi respiración es agitada, siento mi garganta áspera, siento que no puedo respirar.

Muevo mis manos agitándose al aire, me molesta el temblor, ¿por qué tiemblan? ¡Dejen de temblar!

Tranquila Charlotte, tranquila Charlotte, tranquila Charlotte.

Intento respirar profundo mientras doy vueltas por el lugar, intento detener mis pensamientos pero no puedo.

"—Te verías mejor como una ama de casa. Eso de disque escribir libros no te da ni para comer...

—Pero tía... yo no quiero eso por dinero...

—¡Es que mírate, Charlotte!. Era mil veces mejor que tú en mi adolescencia. Era más inteligente. Eso es una idea estúpida. Eres tan estúpida, deja de meterte mierda en el cerebro.

—Pero...

—¡No entiendes que no sirves para nada! Con esas notas de escuela ni para escribir una parodia servirías. Aquél día me llevaste la contradictoria y me dijiste que disque eras bonita. Entonces sí es así lo que más puedes hacer es irte a un burdel, hasta la más fea atienden ahí.

—¡Ya basta! ¡Ni siquiera hablaba contigo! CÁLLATE DE UNA BUENA VEZ.

—A mí no me estés gritando. Que tu poca inteligencia te delate no me obliga a callarme. Solo eso faltaba, que a parte de estúpida, bocona. Mi madre me trataba mil veces peor, su mundo solo era tu madre. Ya es momento de que madures, gorda.

—AG —tiro un grito y corro escaleras a mi habitación.

—Esooo, corre... "

No aguanto más y pego un grito.

Lágrimas caen por mis mejillas sin parar. Me derrumbo en el suelo y tiemblo... odio temblar. Detesto ver mis manos, esto es asqueroso.

Me ahogo en llanto y tiro de mi cabello. 

Detesto esto, detesto esto.

Tiro de mi cabello sin abrir mis ojos, un fuerte dolor de cabeza me invade pero lo evito a como es de costumbre.

Lo dejo posiblemente desordenado en mi cabeza. formo mis manos en puño y me es imposible no tocarme. Me rasguño con lo corto de mis uñas, aunque no hayan crecido por comermelas, son suficientemente ásperas para cortar mi piel.

Pienso en como me lastimo sin importar, y eso hace que algo en mi pecho duela más.

Poso mis rodillas al frente de mi pecho y me tranquilizo un poco. Siempre cuando estoy así trato de respirar muy hondo. Sé que no duro mucho porque para la noche, cuando vengan mis padres de trabajar tengo que hacer como si nada pasó.

Abro mis ojos y observo de nuevo mis manos temblar, con esas uñas se ven tan feas a mi altura.

Pero después de todo, me estoy acostumbrando. Durante tres años me he estado acostumbrando.

Observo mi alrededor teñirse de oscuro, el sol se está ocultando y, me siento sola.

Me siento terriblemente sola, y eso hace que solo vuelva a llorar más.

Me abrazo a mí misma después de lastimarme. Pero sé que no es un abrazo cálido, es un abrazo amargo, gélido, de desprecio.

Me odio por permitirme esto, me odio porque no puedo hablar. Me odio por hacerme sufrir yo misma, me odio porque no me quiero.