♡Epílogo.♡

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—"Ella era una gran escritora y él era un gran lector" —Terminó por leer el señor Morgan.

Los otros dos individuos de la sala, se vieron mutuamente.

Morgan cerró el libro, finalizada su lectura. Se quitó sus lentes y observó a sus compañeros con una sonrisa.

—Bien, aquí lo tiene. Quiero decirle, primeramente a usted, que espero tenga bastante éxito y muchísimas felicidades —objetó Morgan, entregándole en sus manos, aquella impresión que tanto anhelaba ver alguna vez.

—¡Muchísimas gracias, señor Morgan, quiero decirle que esta es una gran oportunidad, no sabe lo increíblemente feliz que me siento. —le comentó la muchacha, sin dejar de observar el libro entre sus manos.

Tantos años de escritura, de esfuerzo, y su sueño se había cumplido. Acarició con delicadeza la portada, conteniendo las ganas de llorar.

Esa era la primera edición, ya pronto empezarán a salir en las tiendas a venderlo y a darlo a conocer.

—Gracias a ti, Clarisse.

—¿A-a mí? —preguntó Clarisse extrañada, limpiando sus ojos con la manga de su sudadera, evitando todo tipo de lágrima.

—Claro que sí, a ti por traer este libro al mundo. Puede que personas lo odien, como otras lo amen. Y pasarás por momentos de críticas duras, pero seguirás avanzando, dando un paso adelante, como siempre lo has demostrado, desde la primera vez que entraste aquí.

—Tiene razón, muchísimas gracias por ayudarme a publicarlo, por todo. Creo que estaré gastando esa palabra por un buen momento —soltó una risa nerviosa.

—Lo comprendemos, es por la emoción. Espero y disfrute su éxito, Clarisse.

—Lo haré, junto a mi esposo —señaló al chico sentado a su lado, que estaba un buen tiempo callado.

Claro que estaba igual de emocionado por el éxito de su esposa, solo que lo demuestra de forma distinta. Y ella sabe que desde ya hace tiempo la estaba apoyando.

Su esposo sonrió.

Ella le pasó el libro para que lo viera detalladamente. Él estaba tan entusiasmado como ella, y por eso no evitó darle un apasionado beso, sin importarle estar en la oficina de una editorial. Pues siempre hay que celebrar de una buena manera.

El señor Morgan sonrió, y quitó su mirada para darle su espacio. Llevaba ya un buen desde que encontró a Clarisse, y sabía de alguna manera, que sería una gran escritora reconocida, y lo acertó. Ya que esa era su aspiración.

Por mucho tiempo ella sufrió de baja autoestima, creyendo que nunca serviría, que no sería buena, solo de su aspecto, también en lo emocional.

Y todo porque tenía miedo de no poder llegar a ser como su madre, de no poder honrarla como lo merece, pues le tenía un inmenso cariño y respeto.

Pero terminó siendo aún mejor, y en vez de igualar a su madre, reinó siendo ella misma. Logrando cosas que su madre no pudo lograr. Y sabe que su madre estaría muy orgullosa de ella.

Miró hacia al techo, sosegado por sus propios pensamientos.

Antes de entregarles el libro, lo había leído completo y claramente le encantó. Sobre todo porque ella no hubiese cumplido su sueño, sino hubiera encontrado aquella inspiración que anhelaba, ese brillo que le hacía falta.

Y lo encontró a él.

Y no habla de que necesitaba un hombre para cumplir sus sueños. Porque ella ya poseía la pasión, inspiración y talento.

Lo dice porque juntos, lograron crear una historia.

Se levantaron para retirarse de aquel lugar.

—Espere un momento, señorita Clarisse. ¿Puedo preguntarle si este libro es basado en su vida? ¿O si acaso es real?

Clarisse le sonrió genuinamente.

—Talvez sí, talvez no...

El señor Morgan quedó confundido. Puesto que se hizo fan del libro.

Clarisse quiso darle una oportunidad de entender el final a él, lo había dejado abierto a sus lectores, así que, ¿porqué no contárselo a él?

—Puede releer los primeros párrafos del primer capítulo del libro.

"Me hubiese gustado entenderlo hace un tiempo. Después del punto, el pesimismo no es una solución, es un alto que influye en nuestras vidas, amorosamente, amistosamente, familiarmente y hasta vas personalmente.

Mi sueño siempre ha sido ser amada por alguien mutuamente, compartir amores como los romances tan extravagantes de mis libros. Y no entendía que, lo que necesitaba para cumplir mi sueño de ser amada, no era por un hombre. Era amor propio.

Cerrar los estereotipos que tanto nos perjudican. Mi madre siempre ha querido salir a delante con los libros y educarme, seguir mi instinto, su enseñanza con amor. Una boda en turquesa y continuar mi vida adelante. Pero Mientras yo la escuchaba, un familiar me quiso destruir toda esa imaginación dentro de mí y quedaría atrapada para siempre en ideologías que no deberían de existir.

Y ahora el hombre del que estoy enamorada, fue una estrella entre la oscuridad, que me ayudó a sacar mi propio brillo y brillar junto a él.

Esta es mi historia en esta prisión de papel sentimental.

Esta es mi historia y, así como nadie me enseñó, te enseñaré a ti".

Rubie Lie.

A book behind you 2: A heart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora