♡9- Nick y su pecado.♡

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Punto de vista de Adeline. Presente.

¿Jamón? —pregunto sin quitar la vista del refrigerador.

—Sí.

—¿Mayonesa?

—Sí.

—¿Mermelada? —saco las cosas antes dichas del refrigerador, sosteniéndolas con dificultad en mis brazos.

—Sí.

—Frijoles... —murmuro observando que más hay.

—Sí.

Como dice Charlotte, frunzo el ceño.

Esto ya está raro. No creo que todo eso sepa bien en un sándwich.

Dejo las cosas en la isla de la cocina y salgo un poco para ver mejor a Nick. Está concentrado viendo su celular, sonriendo.

Eso sí que no.

Estaba aburrida, ya que hace unos días regresaron mis padres así que volví a mi casa. Lo de días antes en la cena con Charlotte y sus padres; era sólo porque quería probar el delicioso manjar del pavo asado de mi tía. ¡Cocina delicioso!

Luego tuve que irme, ya que Cam me había invitado al parque de diversiones, ya que habría un espectáculo en la noche de juegos artificiales.

Y estaba totalmente hermoso.

Ya luego regresé a mi casa, y de todas maneras estoy sola. Mis padres pasan todo el día en su trabajo, como mis tíos. Pero cuando se trata de viajes por negocio, ahí sí que no me dejan quedarme sola.

El idiota de mi primo es mi niñero.

Pero si mis tíos hacen viajes, de igual manera no le dejan niñero a Noa.
¡Y es que no lo entiendo! Tengo ya veintiún años, al igual que él. ¿Cuál es la puta diferencia?

De igual forma en su casa no tengo que cocinar, así que todo bien.

Camino hasta estar detrás de Nick. Coloco mis manos en mis caderas.

—¿Lodo? —levanto una ceja.

—Sí, sí. —contesta sin despegar su vista del celular.

—¡Nick no me estás escuchando! —le grito en el oído.

Él se sobresalta, provocando que el celular caiga al piso. Nick me mira mal antes de levantar a su segundo preciado en la vida.

Digo segundo porque su primero es la comida.

—No me grites, loca. —se vuelve a sentar.

Ruedo mis ojos y rodeo el sofá, quedando frente a él.

—Te llamé para que vengas y me hagas compañía porque me aburro —hago una pausa—. Me ofrezco a hacerte un sándwich y me ignoras con lo que sea que estabas haciendo en ese celular. —me cruzo de brazos.

Si hay algo que odio, es que no me presten atención.

¡Y soy demasiado perfecta como para generar atención!

—Hmm... —entrecierra sus ojos— Estás celosa. —me apunta con su celular.

Eso sonó más a afirmación que a pregunta.

—Pues sí, duh. —señalo su celular— mi mejor amigo le presta más atención a quién sabe quién, que a mí. —levanto mis cejas— mejor ve tú y hazte el sándwich sólo.

Él sonríe ladinamente.

—Estaba jugando geometry dash, bella. —hace un ademán con la mano a lo diva.

A book behind you 2: A heart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora