Edmund Pevensie

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Las calles de Londres siempre estaban a rebosar de gente pero ese día en especial todos corrían de un lado a otro, un chico pelinegro se encontraba junto a su hermana mayor en un puesto de periódicos leyendo las últimas noticias.

-¡Susan, Edmund!

Por la banqueta aparecía una niña pequeña tomada de la mano de un chico alto y rubio.

-Vamos chicos, hay que irnos

Edmund sacó unas cuantas monedas de su bolsillo y pagó el periódico que tenía en manos, aún quería leer más sobre las noticias que plasmaba el papel. Dobló el periódico con cuidado y lo metió en su maletín, cuando levanto la vista vió pasar a una chica de cabello rojo largo y ondulado, en su rostro había muchísimas pecas, no pudo evitar verla sin discreción

-Apúrate Ed

-¿Edmund?

El chico salió de su trance luego de escuchar a sus hermanos mayores llamarlo y apartó la mirada de aquella chica.

-¿Estabas viendo a esa chica pelirroja?

Bufó con fastidio pues ya sabía lo que ocurriría, ahora no se quitaría de encima las burlas de su hermano Peter.

-¿Y si así fuera que hay de malo?

-Edmund.- esta vez fue su hermana Susan quien le habló.- a ella sólo le importan sus calificaciones, es muy popular entre los chicos pero todos son rechazados, ni siquiera les dirige la mirada

Edmund giró con interés hacia su hermana ¿entonces la conocía? Quería saber todo sobre ella, era por mucho la chica más hermosa que había visto en su corta vida.

-¿Sabes como se llama?

-Se llama Isabella Sallow, es de tu mismo grado pero no es muy sociable, sólo la veo entre libros de la biblioteca

-¿Segura que no te describiste a ti misma?

Los Pevensie menores rieron ante las palabras de su hermano Peter, pues era justamente lo que ellos habían pensado también.

-En realidad sí, deberías tomar un libro más seguido Peter, así quizás no serías un tonto.- ahora fue el turno de Susan para burlarse.- me agrada, es una chica muy amable con las demás, creo que da tutorías a las más pequeñas

-Como sea, andando, Edmund deja de verla, Lucy no sueltes mi mano y Susan...sujeta bien tu libro

Todos rodaron los ojos pues a veces Peter tomaba muy en serio el papel de padre, bufaron y obedecieron a lo que su hermano les dijo, incluso Edmund apartó la mirada de la chica pelirroja que ahora estaba esperando el camión, enfocó su vista frente a él para seguir a sus hermanos, hasta ese momento su mente proceso lo que Susan había dicho, entonces pensó "Isabella Sallow, es un nombre hermoso", sonrió ante sus pensamientos y se acomodó mejor la correa del maletín sobre el hombro.

(...)

Al día siguiente Edmund no pudo ser consciente de sus acciones hasta que se vió a si mismo dentro de la biblioteca, él nunca iba ahí, ni porque fuera el fin del mundo, sin embargo ya estaba dentro y tenía clara la única razón por la que fue hasta ese lugar, era por ella. Sus ojos viajaron lentamente por las mesas de la biblioteca hasta que un rojo intenso le hizo saber que su búsqueda había concluido, ella estaba ahí, llevaba un vestido floreado, su cara estaba oculta tras de un libro pero su cabello era difícil de ocultar, caminó con rapidez hasta la mesa al lado de ella y dejó el maletín sobre la mesa, se acercó a los estantes y tomó un libro cualquiera, ni siquiera se molestó en ver el título del libro, tomó asiento de vuelta en la mesa y abrió el libro en la primer página aunque sus ojos se movían ocasionalmente hacia la pelirroja junto a él. Entonces escuchó el sonido más melodioso de todo el universo, por un momento sintió como si sus pies se separaron del suelo y como la respiración se le atoraba en la garganta, giró hacia la pelirroja al descubrir que el sonido venía de ella, era su risa.

Peter Y Edmund Pevensie One-shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora