Cuando desperté me aseguré de que mamá no necesitara nada y que estuviera cómoda en la cama, luego salí hacia el pueblo para ir a mi antiguo trabajo, sabía que apenas estarían preparando todo para abrir en un par de horas. Abrí la puerta del local y el familiar sonido de la puerta vieja se hizo presente llamando la atención de todos los que había dentro.-¡Sofía! ¿Qué te trae por aquí?
Sonreí ampliamente al ver al viejo fauno frente a mí, él y mi padre habían sido grandes amigos desde que tengo memoria, por eso me ofreció trabajo en su bar cuando alcancé la mayoría de edad, él mejor que nadie sabía lo mucho que mi madre y yo sufrimos con la muerte de papá.
-Hola Girbius, quiero hablar contigo ¿podemos?
-Ah claro claro, pasemos al despacho
Lo seguí hasta una pequeña puerta en el fondo, conocía el lugar como la palma de mi mano y estar ahí trajo más de un recuerdo a mi memoria. Abrió la puerta para mí y entró una vez que yo lo hice, me senté en uno de los improvisados bancos que tenía y observé la oficina, mis ojos pararon en una foto, era del día en que Girbius abrió el bar, mi padre estaba parado al lado suyo con una amplia sonrisa.
-¿De qué querías hablar?
-Yo bueno...quisiera saber si podría volver a trabajar
-Creí que el rey Peter...
-Me paga, pero ya no me alcanza para los medicamentos de mamá, cada vez son más difíciles de conseguir y tú sabes, más costosos
Bajé la mirada a mi regazo, él sabía lo que yo hacía para el rey Peter, tuve que dar explicaciones cuando decidí dejar el trabajo, creí que me juzgaría pero nunca lo hizo, sabía que de haber tenido a mi padre no tendría que recurrir a venderme.
-¿Segura que podrás?
-Podré, iré con el rey e inmediatamente vendré aquí, te ayudaré el resto de la noche, ordenare el bar, cerraré con llave e iré a casa
Se recargo en su silla mientras acariciaba su barba, me mordí con fuerza el labio por los nervios, esperaba que no me rechazara porque tendría que buscar trabajo en otro lado y no me apetecía explicar las razones por las que llegaría tarde al trabajo.
-De acuerdo, bien, desde que te fuiste nos faltan manos ¿Cuándo puedes empezar?
-Hoy mismo, iré con el rey y volveré aquí
-No quiero que te excedas ¿de acuerdo?
-Entiendo, si en algún momento no puedo, te lo haré saber
Estreche su mano y salí del bar, el cielo comenzaba a oscurecerse por lo que debía volver pronto a arreglarme para salir en un par de horas. Caminé apresuradamente a mi hogar y abrí la puerta con cuidado, mamá seguía durmiendo así que preparé un baño en silencio, no teníamos agua caliente así que siempre me bañaba con agua fría, era horrendo en invierno pero en verano lo agradecía, retiré toda la suciedad de mi cuerpo y salí de la tina, coloqué un poco de fragancia en mi cuerpo, no era la gran cosa porque la había elaborado yo con algunos cítricos pero era suficiente para oler bien.
-¿Hija?
-En el baño madre
-¿Te irás ya?
-En un rato, te haré de cenar y me arreglaré
Ya no escuché nada de su parte así que seguí arreglandome, salí con una toalla al rededor de mi cuerpo y caminé hacia el cuarto de mamá, ahí guardábamos los pocos vestidos que teníamos, a veces me avergonzaba que el rey me viera siempre con los mismos tres vestidos pero era mi realidad, él me encontró en un bar así que tampoco podía exigir mucho. Desenrede mi cabello con rapidez, soltando algunos gemidos cuando el cepillo se cruzaba con algún nudo, lo dejé suelto para que se secara bien y coloqué unos zapatos bajos en mis pies. Salí de la habitación y caminé a la cocina, me crucé de brazos cuando vi a mi madre cocinando frente a mí.
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Peter Y Edmund Pevensie One-shots
Fiksi PenggemarMini historias con Edmund y Peter Pevensie Todos los personajes pertenecen a C.S. Lewis excepto los personajes creados por mí, mismos que no aparecen en los libros y películas. Pedidos abiertos en comentarios o por inbox 📥 Inicio: abril 2021 Luga...