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CAPÍTULO 16: AZÚCAR Y MIEL

No era un día especialmente bueno, a parte del hecho de que al día siguiente comenzaría el fin de semana, lo que le permitiría un descanso a la mayoría de la población. Además de eso, Johannah no encontraba ninguna otra razón por la que su hijo mayor preparaba su desayuno con tanto entusiasmo.

—¿A qué se debe toda tu energía por la mañana? Normalmente te despiertas como si una estampida de rinocerontes hubiera pasado por tu cuarto.

Louis se detuvo en una mirada de ojos ceñidos.

—Solo estoy feliz, ¿no puedo estarlo?

—No he dicho eso —Johannah aclaró, dejando a sus bebés más pequeños en sus tronas—, pero es raro. Y como es raro y soy tu madre, mi deber es preocuparme.

—No tienes de qué preocuparte.

—Hazle caso mamá —Lottie apareció por la puerta de la cocina, en busca de algo de pan y galletas saladas—, seguramente ha ganado su equipo de fútbol favorito y por eso está así.

—Que lista eres hermanita —ironizó, el borde de la taza rozando su labio inferior. Ella sonrió orgullosa sin notar el sarcasmo en el acento de su hermano.

Su desayuno fue rápido y sin demasiados comentarios permisivos que pudieran delatar su estado, evitando preguntas aquí y allá y sustituyéndolas por otras más entretenidas sin embargo. Sus padres y hermanas se olvidaron de sus dudas respecto a su actitud después de unos minutos de chocolate caliente y nubes.

—No vengas tarde —lo despidió Johannah cuando Louis había rozado el pomo de la puerta.

A pesar de que su madre conocía su horario universitario siempre le decía lo mismo al salir de casa.

—Lo sé mamá. Hasta luego. —Louis, por no entrar en un círculo peor que el rutinario respondía prácticamente lo mismo cada día de universidad.

Era viernes por fin. Un fresco e iluminado viernes por la mañana. El último día de clase antes del fin de semana y el último día que el alfa tenía para adivinar la identidad del desconocido omega capaz de enviarle una foto en ropa interior (todo sin querer, cabe destacar). Louis no sabía por cuál estar más emocionado, sinceramente. Una gran parte de él quería que el alfa fallase, lo que sería lo más probable. Terminar con todo ese juego vergonzoso y sin sentido y acercarse al alfa de una forma adecuada, algo de charla en persona y nada de teléfonos vinculados esa vez. Pero por otra parte, una pequeña y caótica, anhelaba ser reconocido y aceptado por el alfa. Que lo llamase por su nombre y no lo viera como un omega torpe y atrevido.

Louis quería lo imposible, desgraciadamente.

Cuando llegó a la universidad, sin Zayn porque él tuvo que llegar antes (asuntos de secretaría otra vez), lo que se presentó ante él consiguió desvanecer sus juiciosos pensamientos. Nunca había visto discutir a su mejor amiga y su hermano como los veía en ese momento. Mientras Natalie decía las palabras "Harry", "hackeo", y "castigo" en la misma oración, Roy solo rodaba los ojos despreocupado, atendiendo apenas lo que su hermana le recriminaba. Ellos, afortunadamente, estaban demasiado ocupados en su conversación para fijarse en él y Louis no quería entrometerse en un momento así solo para saludar a su amiga, sería incómodo y mal educado, así que él solo se acercó a la otra persona que veía conocida.

—Ellos, ¿por qué están discutiendo? —Louis dijo cuando Zayn lo saludó.

Le dedicó una mirada al par de hermanos antes de que desaparecieran de su vista.

—Por el tema de Harry. Ahora todo el mundo sabe lo que Roy ha hecho, incluso Natalie. —No era algo totalmente sorprendente, como si no hubiera pasado antes—. Roy podría haber sido denunciado por suplantación de identidad y no sé qué más cosas y ella se lo está haciendo entender con todas las palabras duras. Por suerte Harry no ha decidido tomar medidas así que Roy solo ignora todo lo que le dicen y sigue como si nada.

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