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❝CAPÍTULO 30: TINTA Y DECISIONES❞

El lunes, en el tranvía de camino a la universidad, Louis mostraba orgullosamente su nuevo tatuaje, una daga en su antebrazo que complementaba la rosa de Harry. Fue lo primero en lo que Zayn se había fijado. El plástico recubriendo un trozo de piel de su amigo en el que la tinta se asentaba y se cicatrizaba.

—Así que esto va en serio —él dijo. La idea de los tatuajes en pareja le parecía arriesgada a la vez que tentadora. Era un bonito gesto y en el caso de que la pareja no terminara de funcionar siempre existía la posibilidad de remover la tinta con láser.

Louis asintió, efusivo.

—Hay algo más.

—Aún hay más. ¿Qué más puede haber?

El omega de ojos azules se mordió el labio. Bajó el tono de su voz, desvelando los hechos ocurridos el fin de semana en casa del alfa Avel. Harry en celo y él atendiendo sus reclamos. A medida que hablaba los ojos de Zayn se hacían más grandes.

—¿Que vosotros qué?

Bajaron en la parada del tranvía a escasos metros del campus universitario y Louis esperó un momento para continuar. El grito de Zayn había hecho que todas las miradas recayeran en ellos.

—Simplemente pasó. Su celo empezó. Los supresores no le funcionan y yo quería estar con él. Unas omegas casi se aprovechan de la situación. —Louis apretó los puños y frunció el ceño, relajándose al instante al recordar que todo salió bien—. No estuvo tan mal, aunque hubo momentos en los que creí que me desmayaría. La resistencia de un alfa en celo no es una broma.

Zayn se golpeó la cara con la mano.

—Claro que no lo es. ¿Cómo puedes ser tan descuidado? La protección no está solo para prevenir embarazos, también previene enfermedades de transmisión sexual. —Louis se rió por lo que pensó era la exagerada preocupación de su amigo—. ¿Por qué te ríes? Es un asunto serio.

—Ya lo sé Zaynee. —No dejó de sonreír aunque su risa perdió fuerza—. Es Harry, a quien conozco desde hace dos años, no un chico que acabo de conocer en una discoteca. Cosa que por cierto no haría. Jamás me iría a la cama con alguien que acabo de conocer en una discoteca.

—Aun así creo que tendrías que haber tenido más cuidado.

—Tu amigo tiene razón. —Harry apareció detrás de ellos, abrazando a su omega por la cintura—. Tienes que cuidarte mejor.

—¿Cuánto has oído para poder opinar? —Louis se cruzó de brazos enfurruñándose. Se sintió repentinamente acorralado por las dos personas en las que más confiaba. Su omega lo interpretó como un ataque.

—Tu amigo dice que debes tener más cuidado. No necesito escuchar más.

—Su amigo se llama Zayn —el omega de ojos dorados se presentó a sí mismo con un toque de indignación.

—Zayn tiene razón —el alfa corrigió.

—Lo que sea. Todos contra mí no es justo.

—¿Por qué estás tan sensible de repente? ¿Tu celo va a llegar pronto?

—Es posible.

Harry apretó su agarre, susurrándole a su omega:

—Cuidaré de ti como has cuidado de mí. —Louis se estremeció de deseo. Rápidamente su enfado fue sustituido por anhelo.

Se separaron en la puerta de sus respectivas clases. Harry le pidió a su pareja que lo esperase al finalizar su clase y se fue por las escaleras. Los dos omegas entraron en el aula, encontrando a Natalie esperando en los asientos del final.