Capítulo XIX

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Finalmente era fin de semana, tres días trabajando para Saga si que fue un reto, y es que este tenía una idea fija de cómo le gustaba el trabajo y debido a esto lo tenía varias horas de ida y vuelta hasta que su trabajo cumpliera con sus expectativas, le había dicho que era mejor que durante el resto de esa semana se acoplara a la forma en que se trabajaba en ese lugar para evitar que cometiera errores en los siguientes días.

En verdad todo eso lo dejó exhausto razón por la cual ahora se encontraba desayunando a lado de su pequeño, un tazón de cereal, no encontró la energía suficiente para hacer un desayuno más elaborado pero agradecía enormemente que su pequeño recibía gustoso cualquier cosa que él le diera de corazón.

Contemplaba tranquilo a su pequeño comer cuando escuchó el timbre de la puerta, le cayó de raro que alguien llamara, según lo que tenía entendido Degel y Kardia saldrían ese fin de semana, convencido de que tal vez se trate de algún vendedor ambulante se levantó dispuesto a abrir la puerta.

Grande fue su sorpresa cuando reconoció a la persona de pie frente a él.

-¿Qué haces aquí Saga?

-Enserio, tal parece que la vida no quiere que mi presencia sea bien recibida por ti.

-Perdón, es solo que no me esperaba tu visita.

-No es nada, simplemente quería asegurarme de que no te dieras a la depresión de nuevo.

-Claro… ¿Quieres pasar?

-Si no te molesta… - Camus simplemente se hizo a un lado para permitir que pasara y caminó detrás de él hasta el comedor donde se encontraba Sam.

-Samuel – llamó la atención de su hijo y limpiando un poco su carita del chocolate del cereal, lo tomó en brazos para presentarle a Saga – te presentó a mi jefe, el señor Saga, Saga este es mi hijo, Samuel.

-Mucho gusto Samuel – extendió su diestra en dirección del pequeño quien solo lo miró con algo de desconfianza.

-¿Tu eres el jefe de mi papi?

-Así es.

-¿Y por qué estas aquí?

-¡Sam! – regaño Camus al encontrar indiscreto el comentario de su hijo.

-No te enojes Camus, Samuel tiene toda la razón, no es normal que el jefe visite en fin de semana a sus trabajadores-se acercó hasta acariciar los cabellos del niño- pero todo tiene una buena razón de ser y es que tu papá es mas que un empleado, es mi amigo también, así que tal parece que nos veremos muy seguido.

- En ese caso está bien, mi papá me dijo que siempre es bueno hacer nuevos amigos, ¿serás mi amigo también?

-Desde luego, que mejor amigo podría pedir.

Camus vio a Saga jugar a lado de Sam por alrededor de dos horas, le asombraba el hecho de que tal parecía que no se cansaba, él apenas jugando una hora con su pequeño y le costaba seguirle el ritmo.

El ruido de la puerta de nuevo lo tomó por sorpresa, seguro de que Saga cuidaba a su niño se apresuró a atender al llamado.

Sólo que esta vez si hubiera preferido mil veces que se tratara de un vendedor ambulante y no de su aún marido.

-Hola Camus, ¿Cómo estás?

-¿Qué quieres? – le respondió de manera cortante, pero desde luego, después de lo que pasó era comprensible.

-Necesito hablar contigo de algo urgente por favor.

-… Bien, pasa – cedió a su pedido puesto que aun que lo odiara siempre su mirada lograba convencerlo, además no negará que le provocó algo de lástima ver el aspecto que traía.

CORAZÓN VALIENTE.(miloxcamus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora