Afrodita pasó el resto del día con las emociones alteradas, tenía miedo de que Samuel hablara y le contara a Camus lo que le dijo antes del accidente, en realidad no le importaba que le dijera algo a Milo sabía que no sería complicado convencerlo de lo contrario, pero Camus ya era aparte.
Cuando su turno finalizó, se cubrió con su sudadera y emprendió el camino rumbo a su departamento, seguía pensando en todas los escenarios que se podrían desencadenar con el accidente hasta que vio la silueta de Milo a unos metros frente a el.
Milo sólo caminaba sin rumbo, quería un momento a solas para ordenar sus pensamientos así que solo dio un paso tras otro alejándose del hospital.
Afrodita se imaginó que el niño estaría inconsciente aún, de lo contrario Milo no se encontraría ahí, apresuró su paso lo suficiente para alcanzarlo.
-¡Milo!
Este al escuchar que lo llamaban, se detuvo y permitió que la otra persona lo alcanzara, al ir concentrado en sus pensamientos no pudo reconocer la voz, hasta que se posicionó frente a el.
-Afrodita… ¿Qué haces aquí?
-Iba rumbo a mi casa, ¿y tu?, pensé que estarías en el hospital.
-Samuel ya está fuera de peligro…
-Y… ¿Camus?
-Está tranquilo
El ambiente se había vuelto pesado, Milo tenía muchas preguntas al respecto de lo que había pasado luego de que dejó a Samuel en la cafetería, pero por el momento el pensamiento que imperaba en su mente era que solo él tenía la culpa de todo; Afrodita por su parte veía la situación como una oportunidad de acercarse de nuevo a Milo.
-Si quieres puedes venir conmigo, necesitas descansar, no ha sido un día fácil en lo absoluto.
Dudó, si iba con Afrodita pondría en riesgo el esfuerzo que ha hecho por recuperar la confianza de Camus, pero verdaderamente necesitaba descansar y si regresaba a su casa se arriesgaba a la visita inoportuna de su hermano, los gritos de su cuñado y un interrogatorio infinito, rendido aceptó la invitación, no sin antes pasar al departamento anterior que compartían juntos para recoger todo lo que había dejado.
El nuevo departamento de Afrodita era pequeño pero acogedor, le permitió a Milo recostarse en el sofá mientras le preparaba una taza de té, al cabo de un rato regresó a su lado con la bebida caliente en sus manos, se la entregó y acto seguido tomó asiento a su derecha.
-Perdóname Milo…
Su voz sonó lamentable, tanto que Milo dejó la taza en la mesa de centro y se giró inmediatamente para verlo.
-¿Por qué me pides perdón?
-Porque yo pude haber cuidado de Sam, si yo no lo hubiera dejado salir de esa forma de la cafetería ese accidente jamás hubiera ocurrido…
A estas alturas ya caían múltiples lagrimas por su rostro, lagrimas que lograron conmover el corazón de Milo quien sin dudarlo lo abrazó.
- No, esto no fue culpa tuya, yo no tenía que dejarlo atrás en primer lugar, ya no llores por favor…
Afrodita se aferró a la ropa de Milo durante toda la noche, hasta que a la mañana siguiente Milo salió temprano para acudir a su casa y cambiarse pues tenía que presentarse a trabajar.
Afrodita tenía en claro que debía actuar de forma precavida y si es posible hacer a un lado los posibles estorbos, por lo cual se dio una ducha y aprovechando que aún faltaban un par de horas para que su turno en la cafetería comenzara, salió rumbo al hospital.
Caminó por los pasillos cuidando que Camus no estuviera cerca, para su suerte no había nadie, según la enfermera a la que le preguntó, el niño se encontraba en la habitación 50 del segundo piso, entró y se topó con que Samuel ya estaba despierto, parecía un poco desorientado, tal vez en esas condiciones no le entendería por completo pero no tenía tiempo que perder.
-Hola Samuel
-¿Qué haces aquí?
-No seas grosero, simplemente quiero hablar contigo.
-No quiero escucharte, ¡LARGATE!
-No te pregunté niño estúpido, escúchame atentamente, más te vale no decir ni una sola palabra de lo que hablamos en la cafetería ¿entendiste?
-¿Por qué tendría que hacerte caso?
-Es muy fácil, si tu le dices a Camus algo y él me aleja de tu papá, voy a tener que quitárselos a la mala…
-¿A la mala?... ¿A que te refieres?
-Pues que, como te diste cuenta, los accidentes pasan en un instante, tal vez la segunda no solo te ocurra a ti, y es más tal vez la próxima vez ya no despierten. Solo piénsalo, nos vemos después.
Samuel se quedó en silencio y sus ojitos se inundaron de lágrimas, deseaba que su familia volviera a ser como antes, pero eso al parecer era imposible ahora.
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CORAZÓN VALIENTE.(miloxcamus)
FanfictionCamus se desvive día a día por el bienestar de su familia, es la persona más amorosa que hay en el mundo y eso mismo será su perdición. Solidariamente le ofrecerá techo a su primo Afrodita quien se encuentra en una situación complicada, en su mente...