Capítulo XXX

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Camus caminaba por la acera muy contento, llevaba en sus manos un pequeño pastel de chocolate, cortesía de Saga quien tenía demasiados pendientes como para acompañarlo pero quería asegurarse de que su pequeño amigo disfrutara de un postre delicioso.

Estaba por ingresar al edificio cuando se topó con Milo.

-Hola Camus.

-Milo, que bueno que viniste, vamos a ver a Sam.

Ambos continuaron su camino por los pulcros pasillos del hospital, mantenían una charla amena tratando en medida de lo posible evitar temas delicados para prevenir disgustos.

Una vez en la habitación del pequeño ambos percibieron una actitud distante de parte de Samuel.

-Hola cariño, mira, Saga te mando este pastel.

Acercó el presente hacia el niño pero este solo veía con dolor a su padre.

-Ya no quiero verte...

Tanto Camus como Milo quedaron estupefactos, no tenían ni idea de lo que causó que el pequeño se expresara de esa forma.

-¿Qué ocurre cariño?, ¿por qué dices eso? - Camus se acercó a su hijo y acarició su cabeza con cariño tratando de persuadirlo para que le platicara que le sucedía.

-Ya no quiero que mi papá venga- hablaba sin levantar la mirada, tenía mucho miedo de lastimar a sus padres pero le aterraba que alguno saliera herido en un accidente. Retorcía la bata del hospital entre sus deditos pensando en otra excusa para hacer que su padre se separara de ellos - Yo quiero que Saga sea mi papá...

El impacto llegó como un balde de agua fría para ambos, ¿de donde sacó esa idea?, eso era lo que Camus se preguntaba, pero Milo enseguida sospechó que este cambio repentino fue causado enteramente por Saga.

-Ese imbécil no va a descansar hasta arrebatarme a mi familia... - tenía el rostro rojo de ira y miraba a Camus y su pequeño con impotencia, de repente su vista fue a dar directo al pastel que su esposo había llevado... Un regalo de Saga...

Desesperado salió de la habitación directo al estacionamiento, subió a su auto y a gran velocidad condujo hasta la empresa de Saga.

Nada le importaron los gritos de la recepcionista que trataba de detenerlo, mucho menos el vago intento de su cuñado por iniciar una pelea, él caminó directo a la oficina de su peor enemigo.

Entró de forma estruendosa abriendo sin cuidado las puertas de cristal, su andar no se detuvo hasta que llegó frente al gran escritorio de madera que sostenía importantes papeles que Saga analizaba cuidadosamente.

-Solo te lo diré una vez... Aléjate de mi esposo y de mi hijo.

Saga lo miró un segundo apenas, ya sabía de el temperamento de Milo, así que supuso que estaría haciendo otro de sus berrinches.

-Ambos son mis amigos, no tengo que pedirte permiso para verlos.

-Yo puedo evitarlo, ten por seguro que no permitiré que continúes envenenando a mi hijo para ponerlo en mi contra.

-¿De qué rayos estas hablando?

-No te hagas el desentendido ahora, ¡¿acaso es normal que mi hijo ya no quiera verme y diga que prefiere a un extraño como padre?!

-Depende... Solo hace falta comparar tu comportamiento con el mío durante los últimos días y las respuestas que buscas aparecerán solas.

-No estoy aquí para tolerar tu sarcasmo, aléjate de mi familia.

-Para ser sincero yo no le dije nada a Sam similar a lo que viniste a reclamarme.

Milo no le creía en definitiva pero en vista de las circunstancias debería buscar la forma de obtener información.

-Bien suponiendo que lo que dices es cierto, ¿quién le diría algo así a mi hijo?

-No tengo idea, pero seguro que alguien con muy malas intenciones para con tu  familia... - adoptando pose pensativa al cabo de unos pocos segundos por fin mencionó - ¿Qué hay de tu amante?

-No creo que sea capaz de eso...

-Y es por eso que dicen que los hombres son fáciles de manipular... ¿cuantos años tienes?, ¿por qué es tan complicado para ti ver que las traiciones vienen de quien menos lo esperas?, si lo que dices es cierto en estos momentos Sam estará pasando por un estrés emocional demasiado complicado, te recomiendo que les des un tiempo y te lo des a ti también, abre los ojos e investiga un poco para descubrir quien está afectando de esa forma a tu hijo.

CORAZÓN VALIENTE.(miloxcamus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora