Capítulo II

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En punto de las 7 de la mañana Camus alistó a su pequeño y se dispuso a preparar el desayuno para su familia, lo tomaron juntos y se despidieron para dirigirse cada uno a sus destinos, mientras Milo se marchaba a trabajar él llevaba a su pequeño a la guardería, al llegar a las instalaciones se topó con su cuñado de la mano de su pequeño, lo saludó con un gesto de la mano y se acercó a ellos, cuando estuvo ahí se agachó para darle un sonoro beso en la mejilla al pequeño Ian.

-Buenos días Degel, ¿que tal van las cosas con Kardia?

-Hola Camie, la verdad no tan bien como me gustaría, ayer lo fui a sacar a un bar…

-¿Estaba borracho?, ¿Lo encontraste con otro u otra?...

-Pues… No…. ¿¡Pero quien te dice que no estaba con alguien más antes de que llegara!?

-Degel… por el bien de tu pequeño, deberías dejar de lado esas inseguridades, Kardia solo tuvo un tropiezo desde que se casaron y desde ese momento ves amenazas en cada esquina, ¿no te da miedo que tu matrimonio acabe?

-Por supuesto, pero la verdad prefiero mil veces que mi matrimonio se acabe por mi causa a que lo derrumbe una suripanta.

-Pues las únicas "suripantas" que podrían dañar tu matrimonio están en tu cabeza y no te permiten ser feliz.

-¡Claro que no!, tengo bastante experiencia en estas cosas y con toda seguridad te puedo decir con precisión las señas de cuando una trepadora trata de arruinar la vida de tu familia.

-Jajaja vamos Degel, simplemente disfruta tu matrimonio y basta de pleitos… Cierto, quería pedirte un favor enorme, en unos momentos iré por un primo lejano que se quedará un tiempo en la casa así que me preguntaba si hoy podrías llevar a Sam contigo a casa mientras voy a mi cita con el médico y por favor, trata de no hacer escándalos mientras se encuentre con nosotros.

-Ok, Ok, solo tengo una pregunta…

-¿Qué ocurre?

-¿Es lindo?

-Vamos Degel, no empieces.

-¿Qué?... No puedo creer la vida tan tranquila que adopta el típico amo de casa estos días, ¿no te das cuenta de que meter en tu hogar a un chico lindo, joven y de buen cuerpo es un riesgo?

-Basta ya, se me hace tarde nos vemos a la hora de la comida.

Sin más se marchó rumbo a la casa de sus padres para recoger a su pariente, pero no pudo evitar que las palabras de Degel resonaran en su mente, realmente Afrodita era bastante atractivo además de que vestía a la moda y en comparación con él, que no ponía demasiada atención en su aspecto personal, se veía muy bien.

Soltó tremenda carcajada por siquiera imaginarse una posible traición de parte de Milo, definitivamente pasar tanto tiempo con Degel ya le estaba afectando.

Se relajó y encendió la radio para disponerse a realizar el largo trayecto hasta la casa de sus padres, plan que quedó frustrado al ver a alguien familiar sentado en una parada de bus rodeado por tres maletas.

Aparcó a un lado de la calle y bajó a ver a su pariente.

-¿Afrodita?, ¿Pero qué haces aquí?, se suponía que iría por ti hasta la casa de mis padres.

-Bueno quería ahorrarte el viaje, espero que no estés molesto conmigo.

-No claro que no, al contrario, gracias por tu consideración, espero que no hayas esperado demasiado, me entretuve charlando con mi cuñado.

-En verdad envidio tu familia Camus, debes ser muy feliz…

-Pues si, gracias a dios así es, pero sube, te dejaré en la casa para que acomodes tus pertenencias mientras yo voy a mi cita con el médico.

CORAZÓN VALIENTE.(miloxcamus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora