GABRIELLE
Mamá era una mujer especial, estoy segura de que es una de las mejores espías que conozco, y vaya que tengo varios nombres registrados en mi mente, el problema que tiene, es que es mi madre, y cuando una madre está enojada, no hay nada que calme el huracán de palabras y amenazas que saldrán de su boca así tengas quince, veintitres o cuarenta años.
Después de correr a mi habitación y tomar un vestido lo suficientemente ancho para llevar un arma debajo, recogerme el cabello y ponerme un abrigo felpudo corrí a encontrarme con James para comer, quien tardo un poco en deshacerse de su papeleo, pero lo espere, porque así el pagaba la cena, era un tipo de acuerdo.
Fuimos al pueblo, estábamos en Virginia aun, pero en una localidad más tranquila que Richmond o Langley, el problema estuvo en que al no haber salido de la mansión en casi tres semanas me tenía un poco paranoica, revisaba nuestra retaguardia cada cinco segundos y apretaba el brazo de James hasta que el me pedía que cediera él en agarre o perdería irrigación en esa zona. Cuando entramos al restaurant pedimos algo rápido y elegante estando alejados de las ventanas y donde nuestra espalda estuviera segura, bebimos un poco de vino y luego caminamos de la mano por el mercado como dos mocosos enamorados. Ninguno toco el tema anterior, no me hizo más preguntas incomodas y se limito a burlarse de mi o recordar una que otra anécdota como la de Budapest en la que por haber salido a almorzar afuera casi nos matan, cuanto más tiempo transcurría más me relajaba y James ofreció volver cuando comenzó a hacerse muy tarde, así que acepte y volvimos compitiendo por quien aguantaba más en silencio, perdí cuando comenzó a hacerme gritar de las cosquillas. Pero al volver y en la escalera de la mansión me esperaban dos figuras muy similares de brazos cruzados y fijos en la escena frente a ellas, James cedió su agarre en mi cintura y yo adopte una posición más seria acorde a la situación.
-Nos vemos mañana entonces, señoras- Saludo con un asentimiento de cabeza a mi tía y su hermana quienes le respondieron con una sonrisa amable. Era mi turno.
-Hola mamá, tiempo sin vernos- "Respira profundo" me recordé, no era necesario fingir alegría, la tarde había sido estupenda. Rebecca Wright me hizo señas para que me acercara y yo, cuando inocentemente lo hice, recibí una cachetada que me quemo la mejilla, me lleve las manos al rostro sorprendida.
-Becca dijiste que la escucharías!- Dijo mi tía alzando la voz, yo aun no salía de mi asombro.
-Jamás en la vida vuelvas a preocuparme de esta forma jovencita- ¿Jovencita? ¿Era una broma? Respire profundo al mirarla, me escocía los ojos por las lagrimas, pero no sabía si era por el dolor, la humillación del golpe o por lo que estaba hablando- Jules me ha contado lo que ha pasado, ya sufrí una vez pensando que te perdería ¡no vuelvas a hacerme esto nunca más!- Pero no había ningún rastro de emoción en su voz más que el enojo, y eso me dolió.
-¿Y tú crees que me ofrecí voluntaria para una sesión de golpes, o una de electroshock? ¿Vienes ahora después de todo este tiempo a exigirme algo?- Mi voz se alzo conforme las palabras salían, Jules hizo el ademan de intervenir pero la detuve alzando la mano.
-¡Sabes que no se trata de eso! Me he enterado de lo que ha pasado por tu abuelo, por estar haciéndole un estúpido favor poniendo en riesgo tu vida- A ver, dejemos algo en claro, soy una espía, los espías mienten, a veces son atrapados, y a veces mueren, otras veces son salvados, era parte de los riesgos al tomar el trabajo. Negué con la cabeza sorprendida por sus comentarios.
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CIRCUITO
ActionOjos verdes lagrimosos Manos temblorosas Un cierre de ojos El disparo -Despierta porfavor-