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"Es una pena" se escuchó en algún lado del cuarto, "Aún es un niño, ¿qué será de él?" Se volvió a escuchar en otra parte de la habitación. Eran familiares lejanos de los padres de Iruka, quienes habían fallecido recientemente en un accidente de auto, todas aquellos comentarios con fingida lástima que se escuchaban referente al pequeño Iruka eran debido a que se había quedado solo, a penas a sus cinco añitos. Se le veía sentado en el sillón de la funeraria, cerca de los ataúdes de sus padres, con la carita triste, ojitos hinchados y un notable cansancio por llorar demasiado. Pocos, muy pocos, familiares se le acercaban para decirle palabras bonitas y que el pequeño pudiera entender, le ofrecían galletas, algo caliente para tomar, le decían que mejor se fuera a dormir.

¿Pero dónde? ¿Dormir dónde? Se preguntaba a sí mismo el pequeño Iruka, el simple hecho de ser una criatura no lo hacía tonto, era un niño listo y sabía que alguien debía hacerse cargo de él, pero no tenía en claro quién sería y era peor por el hecho de que ya no sería con sus padre. Un sonido característico de la entrada de alguien llamó la atención del resto, todos voltearon hacia la puerta, era un señor con un gesto serio y que sin saludar se encaminó hacia el pequeño, no demoraron en adivinar que se trataba del hermano del padre difunto, el tío de Iruka, que tenía bastante parecido al fallecido, la única diferencia de él e Ikkaku era el cabello, este mismo lo llevaba corto e incluso se podía captar una personalidad adusta. Con sólo verlo, uno podía advertirse sobre aquel sujeto.

El pequeñín también dirigió su atención al señor, reconoció ese rostro, talvez lo llegó a ver en fotos, pero nunca en persona, era como su papá pero con el cabello corto y más serio. Se limpió su carita porque notó que se dirigía hacia él, miró atento al que parecía ser su tío y espero a que este mismo le dijera algo.

- Es hora de irnos.- dijo directamente hacia el pequeño. Iruka quedó desencantado, no esperaba ese desdén por parte de su tío, realmente buscaba un poco de consuelo y que lo hicieran sentir querido, después de ya no tener a las dos personas que tanto amaba. Se levantó del sillón de manera calmada con una esencia tan apagada y depositó en cada ataúd un beso, un pequeño beso de despedida.

"Uno para mamá y otro para papá"

Explicó en su mente. No quería irse pero ya no tenía nada que hacer ahí.

Después siguió a aquel hombre sin tener una idea clara de dónde irían, temía un poco porque no sabía qué decir, qué cosas le molestaban, y algo había escuchado de ese pariente, algo como no caerle bien la familia de mamá, pero recordó las palabras que solía decir su madre "Siempre sé un buen niño" y lo intentaría.

Subieron al auto y se marcharon. Era el comienzo de una diferente y nueva vida para Iruka. ¿Cómo continuará?

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Hola.

Les dije que regresaría con una historia KakaIru y aquí estoy (aunque sé que a la mayoría no le interesa jaja :c). Sé que no soy excelente redactando y suelen escaparse faltas de ortografía, pero realmente me gusta escribir. Estoy abierta a cualquier corrección y sugerencia, pero no sean tan severos. Eso es todo, por ahora, y esperen el capítulo uno en unos días. Gracias para quién lea esto.

Por cierto, las imágenes empleadas en la elaboración de la portada no me pertenecen, por descuido mío perdí los links y nombres de los artistas, en cuanto los recupere los mencionaré. No pretendo adueñarme de las imágenes y personajes usados en la creación de esta obra, únicamente la historia es mía y discúlpenme por mi falta de imaginación.

Gracias al lector.

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Oh, Jawn
🌙

Un Paso Por Cada Latido [KakaIru +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora