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Era mitad de semana, el joven pelicastaño había empezado una nueva modalidad ese día de la semana, ya no se quedaba en el club y atendía a los clientes en la calle pasadas de la media noche. Había estado recurriendo a un callejón oscuro para poder trabajar, las cosas eran fáciles pues no había nadie cerca y si lo hubiera nadie se adentraría a un callejón en medio de la noche.

Entonces ya era habitual que los miércoles saliera del club y sus clientes "favoritos" lo recogieran y llevaran a un lugar apartado y con muy poca luz. Conocía el callejón y en ningún momento percibió algo extraño, simplemente hacía su labor y al terminar el mismo cliente lo llevaba de vuelta al club, recibía su paga y era todo.

Está vez no fue diferente, ese miércoles iba a servirle a uno de sus mejores clientes, al ser frecuente su visita forzaron un pequeño lazo de amistad, bueno, no tanto debido a lo que se dedicaba, pero ya llevaban tiempo conociéndose. Esperaba fuera del club, hacia frío y eran poco más de las doce de la noche, no tardó en aparecer el dichoso cliente. Apenas lo vio se subió al auto, aquel sujeto era alguien que poseía buenos dotes en su trabajo y por tanto era alguien que solía tener dinero de sobra, o algo así, era un doctor con quien tenía intimidad al menos una vez a la semana.

—Hoy te ves precioso, Genma— apenas el pelicastaño se trepó al auto del doctor, este le hizo un cumplido para molestar.

—Oh vamos, cállate y conduce— el contario rió, sabía que a su amante le avergonzaba recibir cumplidos, así que siempre saludaba de esta manera al meratriz para molestarlo, algo común entre ellos.

—Hablo en serio, ese conjunto de cuero blanco te queda bien... y apuesto a que te verías mejor cuando te lo quite.— sonrío pícaro, ambos sabían lo que iban a hacer esa noche, siempre iniciaban con comentarios seductores para encender el ambiente.

—Entonces date prisa conduce para poder tratar esto.— susurró en el odio del doctor y descendió su mano hasta el miembro casi viril de este haciendo masajes por encima del pantalón dedicando una mirada coqueta.

—Maldita sea, Genma, voy a hacerte gritar aunque despertemos a los vecinos— el adulto terminó severamente provocado, ahora su miembro casi viril se convirtió en un notable bulto.

Arrancó el auto y se marcharon a su lugar concurrido, el callejón, su sitio favorito las últimas semanas.  En el camino, Genma iba incitando cada vez más al contrario, diciendo cosas vulgares que con sólo imaginar podías sentir la estimulación de todas tus zonas erógenas. El doctor iba excitado, no tomaba el volante con las dos manos porque una la había dirigido hasta el miembro de la belleza que llevaba al lado, y hacia movimientos circulares sobre la braga de este. El conjunto que vestia esa noche era sencillo y provocativo, una ajustada minifalda blanca de cuero sintético con una playera negra muy corta, botas negras y un abrigo considerablemente grueso y llamativo de piel de animal sintético.

Estacionaron el auto en un lugar disimulado, bajaron de este y sólo caminaron unos cuantos metros para llegar a la boca del callejón. Se hablaban coquetos y se seducían mutuamente, el ambiente se tornó excitante, apenas cruzaron medio callejón y ya estaba devorándose a besos, sus sentidos se centraron únicamente en ellos y no percibían nada a su alrededor.

Sólo caminaron un poco más profundo del lugar y Genma ya estaba recargado sobre la pared reteniendo todo el peso del contario, la manos del doctor subieron la minifalda del meratriz y jugueteaba con los glúteos y muslos de este. El peli castaño se bajó hasta la altura de la cadera del doctor, desabrochó el cinturón y botones para liberar al libido del opuesto; primero lo recorrió con su mano desde la base hasta la punta y después dirigió sus labios nuevamente a la base, lamió esa zona y con su lengua volvió a recorrer todo el falo, una vez llegado al glande metió con ganas el miembro del doctor a su boca. Movía la cabeza tan obscenamente mostrando adrede que lo disfrutaba, lo hacía con toda la actitud.

Un Paso Por Cada Latido [KakaIru +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora