Su tío apenas vio el coletero floreado de Iruka y enfureció. Si algo no toleraba, ni mucho menos aceptaba, eran las "joterias". Nunca se había contenido con el pequeño, si estaba enojado siempre desquitaria su ira sobre el pequeño trigueño, haya sido el causante o no.
El sólo verlo le provocaba lastimarlo. El pequeño ha llevado el cabello largo toda su vida, como su padre, pero a penas veía esa cara le era inevitable ver a la madre, que el tío de Iruka odiaba por juntarse con su hermano, creyendo que era una mujer patética e inútil. Y porque, quizás hace muchos años ella lo rechazó a él por irse con Ikkaku, catalogándola de muchas formas tan retrógradas.
No se contuvo y sujetó con fuerza la coleta de Iruka, a jalones retiró la liga y buscó lleno de coraje unas tijeras. Iruka sabía lo que iba a pasar. El pequeño forcejeaba y se retorcía para que su tío lo soltara pero era agotador, no lo lograba. Estaba a nada de cortar su cabello, Iruka había comenzado a llorar y suplicar, aún se movía para safarse, le dolía mucho.
—Eres igual a ella.—pronunció el mayor con odio.
Apenas recortó pocos mechones e Iruka logró hallar la fuerza para liberarse. Empujó a su tío y corrió fuera de la cocina, pero no lo suficiente para librarse completamente, el mayor logró incorporarse y corrió tras el pequeño, no fue mucho para que lo empujara y se le fuera encima.Iruka había caído al suelo violentamente, en cuanto se giró para encarar a su tío, este ya estaba propinándole una serie de golpes donde cayeran. No fueron muchos en realidad, pero Iruka estaba casi desvanecido, no sentía mas que su rostro arder y sus ojos llorar.
El mayor levantó al menor sujetándolo de la ropa, iba a terminar lo que comenzó en la cocina, ya tenía hambre así que sólo quería acabar rápido para comer. Error. Iruka regresó a sus sentidos, así que aprovechó la distracción de su tío y su mal agarre para safarse de nuevo y correr hasta su habitación, cerrando con seguro la puerta tras de él.
Se arrinconó en la esquina más alejada de la puerta, su tío gritaba y golpeaba con brutalidad esta misma. El pequeño moreno se había tapado los oídos para tratar de soportar el arrebato de su tío del otro lado de la puerta. Sabía que si él lograba entrar sería su fin, era tan despiadado que no dudaría en matarlo, temía por su vida. Se mantuvo arrinconado todo ese lapso, escuchó las últimas palabras de su tío antes de salir de casa, se había cansado pero aún tenía la intención de darle su merecido al menor.
—Maldita sea tengo hambre. Aún no acabo contigo, sólo espera ahí, más vale que salgas de tu habitación pequeña marica.— Advirtió y dio una última patada a la puerta antes de salir de casa.
Iruka centró su audición, no sólo escuchaba su corazón palpitar con fuerza por el terror del momento, estaba atento al sonido que causaban los movimientos de su tío al pasearse por la casa, el pequeño esperaba a que el mayor se fuera de esta y encontrar una alternativa para librarse de él.
Así fue, su tío salió. Aún se mantenía en silencio para asegurarse que su tío no regresara. Bastaron unos minutos, su alma dio un respiro, no era capaz de soportar y procesar lo sucedido. Apenas su tío se fue de casa, Iruka volvía a sentir. La adrenalina había bajado y todos los golpes y jalones que había sufrido los empezaba a sentir.
Su carita le dolía, lloró. Estaba seguro de que volvería a vivir lo sucedido en cuanto su tío regresara.
"¿Qué hago, mamá? Papá sálvame" Sollozó.
"¿Y si me escapó? Ya no me lastimará y mucho menos me hará daño" dudaba.
No sabía qué hacer, pero sí sabía que no quería morir a causa de su tío.
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Un Paso Por Cada Latido [KakaIru +18]
Fiksi PenggemarLe dolía verlo en ese estado, tan vulnerable y roto. Con delicadeza, tomó su rostro entre las manos, asegurándose de que sus miradas se encontraran. Había una promesa que Kakashi necesitaba que Iruka escuchara, no solo con sus oídos, sino con cada f...