El pequeño perdió la noción, no sabía con exactitud qué día de la semana era, sólo identificaba los fines de semana porque el flujo de personas aumentaba bastante día y noche, eran sus días de la semana menos favoritos porque en esos dos días tenía que estar escondido y atento para que no lo notaran.
También, el dinero se había acabado, intentó no gastarlo para que rindiera pero a decir verdad, en algún momento tenía que terminarse. Cuando se sentía hambriento esperaba a que fuera de noche un sábado o domingo, durante el culmino de esos días era común encontrarse con comida tirada, a medio terminar u olvidada. Una vez encontró la mitad de una bebida y una cajita de papas fritas a medio terminar, estaban algo tiesas pero considerablemente comestibles, o bueno, realmente no, pero no había más.
No había mucho que hacer, logró modificar un poco su "casa". En cuanto empezó a pasar frío, las noches se volvieron un sufrimiento y el cobertor no era suficiente, ni siquiera su chamarra, inclusive las lluvias se hicieron presentes, no constantes pero de igual modo le afectaba. En el callejón donde estaba habían varios contenedores de basura, y por ende muchas bolsa de basura. Se le hizo fácil tomarlas y romperlas para cubrir la caja donde dormía, manteniéndola seca y tibia.
No volvió a ver a su tío, ni siquiera se atrevía a regresar al parque donde casí es encontrado. Tampoco volvió a establecer comunicación con alguna persona y mucho menos volvió a ir a la tienda que justamente le quedaba a un lado. Ahora era un niño de la calle, huérfano, pobre y desamparado, tan lamentable.
•••
Ya habían pasado varias semanas, no sabía cuántas. Se había librado de la pesadilla que vivía en casa pero, estaba iniciando otra.
Algo jugueteaba afuera, eso lo despertó. Se talló sus ojos y se quitó de encima los periódicos extendidos y la delgada cobija que había empacado el día que huyó de casa. Se asomó un poco, aún estaba un poco grisáceo el cielo, era muy temprano, hacia frío. Seguía escuchando ese pequeño ruido a lado de su caja, algo peleaba con ella, quería saber qué era. Sacó completamente la cabeza y vio un pequeño minino jugando y restregándose en la caja y la bolsa que cubría esta misma. Iruka salió curioso, quería ver al gatito que tanto perturbaba su silencio. El animalito cesó apenas vio a Iruka parado a lado suyo, no huyó. Se frotó en la pierna del pequeño atezado y ronroneó, buscaba caricias.
Iruka reaccionó como el niño que era, le dio prioridad al gatito y empezó a jugar con él. Estaba riendo en bajito, quién lo viera. Su juego se detuvo cuando escuchó el maullido de otro gato, se giró hacia la entrada del callejón, era la mamá del pequeño gatito, le estaba hablando. El animalito corrió hacia su mamá apenas la escuchó, pero Iruka no quería que se fuera, corrió tras él pero el felino fue más rápido, no lo alcanzó.
Al tratar de atraparlo no se dio cuenta que había salido de su zona segura, salió del callejón, pero no había nadie mas que una chica, ella fue la única persona que presenció un poco lo que había sucedido. Iruka hizo contacto con ella, vestía uniforme y cargaba su mochila, iba camino a la escuela, también era mucho mayor que el pequeño trigueño.
Regresó apresurado y se escondió detrás del contendor que estaba cerca de su caja. Quiso asegurarse que la chica se había ido pero en realidad no, miraba curiosa las acciones precipitadas del pequeño. Ella había estado pasando casi diariamente por ahí y nunca había visto a ese pequeño niño. Claramente pudo adivinar que se encontraba sólo y también descuidado. No continuó su camino, sólo estaba ahí parada viendo como el pequeño también la observaba detrás del contendor como si tuviera miedo.
Ella ni siquiera lo pensó y rebuscó en su mochila hasta sacar un sencillo emperedado para entregárselo al pequeño. Extendió su mano para que él se acercara y lo tomara, pero en realidad expresó más un gesto de desconfianza y se escondió más, ahora sólo mantenía asomado la mitad de su cara. Automáticamente ella lo entendió, no era fácil para el pequeño. Así que, aventó el sándwich a una poca distancia de ella, con tal de que el menor tuviera más facilidad y seguridad de tomarlo.
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Un Paso Por Cada Latido [KakaIru +18]
FanficLe dolía verlo en ese estado, tan vulnerable y roto. Con delicadeza, tomó su rostro entre las manos, asegurándose de que sus miradas se encontraran. Había una promesa que Kakashi necesitaba que Iruka escuchara, no solo con sus oídos, sino con cada f...