El aullido de las alarmas de los vehículos y los gimoteos de la banshee a la distancia fueron ubicándola poco a poco luego de desfallecer por el dolor y el pico elevado de presión sanguínea como consecuencia de ese bestial grito sobrenatural que creyó que la mataría. Parpadeó un par de veces, percatándose recién de que Leiftan sostenía su rostro con sus manos en cuanto notó que él las retiraba y retrocedía un poco para darle espacio a recomponerse. Sin su apoyo, su cabeza le pesaba demasiado y daba vueltas vertiginosas, obligándose a apoyarse contra la maquinaria para darle tiempo a su magullado cuerpo de que se estabilizara.
Observó a Leiftan llena de confusión y aturdimiento por el barullo de los autos y la banshee, notando que éste se llevó un dedo a los labios indicándole silencio.
— ¿Cómo te sientes? No soy curandero así que, más allá de los primeros auxilios, no puedo hacer nada más —susurró con suavidad aunque con gran claridad. Erika se sorprendió por su tono y su rostro que trasmitía una tranquilidad que no concordaba con la situación. — El sentido de la estabilidad y el equilibrio del cuerpo se encuentran en el oído medio, así que es probable que tardes un rato en poder ponerte de pie.
— ¿Leiftan...? —Sollozó la joven con un hilo de voz, temblando por los molestos y siniestros alaridos de las alarmas de los vehículos y los sollozos de la banshee, recordándole con un estremecimiento atroz que estaban en peligro mortal.
Él mantuvo su calma con estoicismo, volviendo a llevarse un dedo a los labios pidiendo silencio, aunque ésta vez una pequeña sonrisa afloró en su rostro.
—Me alegra mucho que recuerdes mi nombre, pero recuerda también que es un pequeño secreto entre tú y yo. Tal parece que hay más gente por aquí, no tengo idea de quién será el celular que sonó en el estacionamiento...
—No, ese fue mi celular, yo... yo me metí para mandarle la ubicación del... del Velo por GPS a unos compañeros... dejé el celular allí al acercarme por los gritos de la banshee y... —alzó la cabeza pese a sus dolorosos espasmos para observar a la criatura que se desplazaba como una gigantesca araña entre los vehículos volcados, estremeciéndose ante esa imagen atroz que le helaba la sangre. — ¿Podemos... darnos el lujo de charlar? Siento que esa... esa cosa volverá a gritar y... y yo... tenemos que salir de aquí cuanto antes...
Un escalofrío de agonía la sacudió, recordando esos tortuosos segundos en que el bestial y sobrenatural grito de la banshee la pulverizó por dentro hasta descompensarla, temblando de miedo al imaginar lo que podría haber pasado si justo alguien no la habría llamado y la criatura se hubiera abalanzado sobre ella.
Leiftan respiró con profundidad de manera visible y repetitiva, instando a la joven a que lo imitara mientras le transmitía una mirada tranquilizadora.
—Por su comportamiento y su reacción al escuchar tu celular y las alarmas de los vehículos, deduzco que no está habituada a la ciudad y a los sonidos electrónicos. Parece más un animal salvaje que un faery o una banshee en sí, por ende estará un rato entretenida con eso...
— ¿Dices que no está habituada a la ciudad? ¿Entonces cómo pudo haber llegado hasta aquí?
—Por invocación, alguien la invocó. Las banshees son una subespecie de las hadas que viven en colinas y montañas, muy pocas se dejan ver y la mayoría son muy ermitañas —explicó Leiftan, volviendo a observar a la criatura en cuestión con el rostro igual de tranquilo e impasible. — Entre la soledad y las perpetuas penurias con las que tienen que convivir, suelen volverse asustadizas y violentas como cualquier otro animal salvaje.
Erika lo contempló unos segundos, maravillada por su temple que trasmitía tal seguridad que comenzaba a relajarse con lentitud mientras procesaba sus palabras. Tal parecía que la banshee en cuestión estaba igual o más atemorizada que ella misma, con la diferencia de que la criatura contaba con un poder devastador que esgrimía para defenderse... así como había liquidado a dos personas en la entrada de la construcción.
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El Ocaso de los Mundos [Eldarya]
Fanfic[AU basado en New Era] [Escrita en formato novela] Durante la luna azul de la noche de Samhain, Erika intenta lidiar con el desasosiego que le produce sentirse estancada y sin futuro en pleno contexto de pandemia y crisis económica. Sin embargo, su...