Capitulo 28: Sigamos

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Me declaro culpable.
¿Sorry?

En serio alguien aun...
¿tienen fe de que siga?

☆.☆.☆.☆

Cuando llegaron a casa, Bruno no había mentido e incluso ahora no podía dar ninguna marcha atrás cuando Abbacchio no dio mención de algún destino más que solo había silencio, mientras el manejaba directo a casa del joven pelinegro, tras haberlo oído.

Incluso, al estar finalmente estacionados frente al domicilio se podía sentir entre ellos un ambiente de tensión que fue algo complicado de trabajar, pues mientras uno pensaba que seguía enojado tras lo que había pasado, el otro pensaba en el tema que debía tocar.

Tenían que hablar.

-¿Pasa algo?- pregunto Abbacchio de forma inesperada y nada elaborada para poder hacer platica entre los dos, quebrando aquel incómodo silencio. Bruno se limitó a negar y solo abrir la puerta del vehículo para bajar, seguido del contrario quien cargo las cosas mientras el pelinegro deseo que nadie estuviese en asa.

Vuala, casa vacia.

-Podemos empezar a trabajar, mientras voy a pedir que traigan comida a domicilio- dijo Bruno de forma repentina al joven que apenas entraba a la casa para dejar las cosas en un sofá o eso intento -¿Tienes ganas de comer algo en especial?-

-No- murmuro Abbacchio más para sí que para responder en voz alta al joven, que ya había tomado el teléfono de su casa y marcaba a algún restaurante de comida rápida. De un momento a otro, el ambiente serio y tenso se había desvanecido pues Bruno se encontraba en sus terrenos, más sereno más tranquilo. Y trataba de contagiar de aquello a aquel muchacho de cabello largo.

-Ya pedí la comida, así que no debe tardar más de media hora en llegar- hablo Bruno de forma repentina, al joven que seguía de pie cargando las mochilas aun lado del sofá. –Este... uhm... ¿te ayudo?- dijo de forma repentina, y Abbacchio apenas se negó, reaccionando finalmente.

-Yo puedo, si quieres... solo dime donde....- contesto Abbacchio, quién no pudo hablar del todo claro más sin embargo hizo que Bruno reaccionara y fuera al comedor para señalar la mesa y dejar que Abbacchio se acercara hacia esta para dejar las cosas.

Poco a poco, el ambiente se fue volviendo más relajado, incluso Abbacchio fingio demencia para hacer caso a lo que Bruno menciono de empezar a trabajar, y lo hicieron algo lento pero al menos fluido.

-Oye...- dijo Abbacchio de repente, al joven pelinegro que levantó la vista del libro que leía y reacomodo sus lentes, cruzando su vista con el muchacho -Yo... bueno...- intento formular una oración, que fue interrumpida de forma repentina por el sonido del timbre.

-Espera- apenas contesto Bruno, levantándose de su silla para ir a atender y abrir la puerta para recibir platillos y pagar por el servicio.

》Muero de hambre- dijo el pelinegro, volviendo al interior de la casa, con una sutil sonrisa, donde Abbacchio reaccionó para ponerse pie, despejar la mesa  de forma tonta, solo empujando los libros a un lado y tomar el par de bolsas individuales que cargaba el pelinegro. El tacto de su mano sobre la suya, hizo que Bruno bajara la guardia y su corazón temblará.

-Te ayudo-

-Cl-Claro- respondió el pelinegro, aclarando su garganta y desvió la mirada de Abbacchio para dejarlo solo e ir en busca de bebida -Yo no tengo cerveza... ¿refresco esta bien?- pregunto a lo lejos y en voz alta, mientras Abbacchio sentía una voz dentro de su cabeza que le pedía hablar.

-Si, esta bien- se limitó a contestar Abbacchio, caminando hacia aquel joven, que apenas salía de la cocina para ser detenido frente a frente, justo de frente hacia el alto de cabello largo. Ambos se vieron el uno al otro,  directo a los ojos y un silencio quedó entre ellos.

Verano (AbbacchioxBruno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora