Capítulo 20: El pasado

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-Prosciutto- hablo, con papel en mano -Creo que  en diferente salon- dijo desanimado, al mirar la lista de los recién ingresados y con salón designado

-Eso es lo de menos Bucciarati- le contesto -Somos amigos, el hecho de que tengamos diferente salón no afectara en nada-

-¿Tu crees?- dudo

-Por supuesto- sonrio.

Se equivocó, las clases empezaron a avanzar, mientras uno tenía mejores calificaciones el otro apenas sobrevivía. Le costaba trabajo enfocarse pues mientras sentía que todos estaban en su contra, y cuando se reunían, veía que aquel joven de cabello negro, sobresalía con facilidad.

-Aprende del resto, si no, no vas a avanzar-

Le reclamaron, el tomo el papel en mano, lo mallugo, lo maltrato y salió huyendo del colegio. Rompió los apuntes, los papeles, todo y lo aventó en un cesto para luego quemar.

-Maldita sea, Bucciarati- reclamo entre dientes. Y se oyó una risa burlona a la distancia, que poco a poco se acercó

-¿Prosciutto, no es así?- le pregunto, viendo al rubio observar como los papeles se quemaban -¿Que te sucede?-

-Nada que te importe- reclamo, y sin siquiera poder reaccionar, sintió un golpe al rostro. Aquel chico era alto, era enorme y tenía más cuerpo que el, además que su mirada le amenazaba, le asustaba, pero no se dejó, contra atacó.

Se levantó, peleó contra él en vano, pues lo hizo morder el suelo en cuestión de minutos. Con el rostro acalorado, la ropa sucia y dolor en el cuerpo aquel extraño soltó una pésima carcajada contra el.

-¿Conoces alguien llamado Leone Abbacchio?- le preguntó aquel chico, extendiendo una servilleta que cargaba en su mochila

-¿Por que?- contesto Prosciutto, limpiando su rostro

-Desde que lo cambiaron de escuela, ese maldito me está quitando mi territorio- le respondió -Esta escuela es mía y quiero enseñarle que no se meta conmigo-

-¿Y yo que tengo que ver en esto?- pregunto Prosciutto

-Tienes potencial- le contesto -Necesito una mano derecha, alguien que me ayude a hacerle la vida imposible, que renuncie o que lo expulsen de esta patética escuela-

El rubio solo miró aquel muchacho, como hurtaba una cajetilla de cigarros y saco el encendedor, tras ver que todos los papeles ya se habían quemado, el fuego se había apagado.

Jamas le había visto, si hacia las cuentas apenas pasaron un par de semanas en la escuela que se sintieron con una eternidad, y aquel muchacho de cabello rubio, no había puesto atención en la gente que era popular o no.

Seguro aquel recién llegado, debía ser alguien muy popular.

-Acepto, con una condición- le dijo el rubio, viendo como el invitado le ofreció un cigarro. El primero en su vida.

-Depende que quieras, no hago milagros- se burló

-Que los maestros no se metan conmigo- le pidió el rubio, con el cigarro entre sus dedos, haciendo que aquel hombre soltara una risa burlona

-Quédate conmigo, y no solo los maestros te van a temer- le contesto, haciendo que el rubio sonriera, no pudo evitar que le gustara aquella propuesta.

Y ahí fue, donde Prosciutto se volvió alumno y mano derecha de aquel chico, de nombre Risotto Nero, dándose cuenta que era de aquellos chicos problemáticos que de alguna manera se mantenían en la escuela y especialmente, los que todo el mundo preferiría mantenerse lejos de ellos.

Verano (AbbacchioxBruno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora