¡Gracias por la paciencia!
☆.☆.☆.☆
El chico camino por todo el pasillo, de un lado a otro, podía jurar que había recorrido todos los rincones de la escuela. Dijo que volvería ¿o no?
No importaba, el solo tenía que aparecer, buscarlo y recordarle la amenaza que había hecho. Debían de cumplir, hacerle caso o lo pagarían caro, no importa lo que había dicho aquel alto de cabello platinado.
-¡Maldita sea!- balbuceo, deteniendo su marcha al pie de la puerta. No había nadie, no había un alma en pena. Cruzo de brazos y froto su sien, tratando de ser paciente. No podía fallarle a él.
Abrió la puerta, salió al estacionamiento como una reacción a su reclamo interno. Se alejó en la distancia, solo para hurtar en uno de sus bolsillos la cajetilla, sacar un cigarro y fumar
-Debe ser una maldita broma- se quejó, encendiendo el cigarro y guardo su encendedor.
-¿Qué sucede?- hablo alguien a su espalda, el no se asustó. No podía ser débil ante el. El rubio con el cigarro en sus labios, dio media vuelta para verlo, dejo escapar el humo entre sus labios y sutilmente lo miró.
Vio al recién llegado, siempre vistiendo de negro que contrastaba con su cabello blanco y corto. Si lo comparaban con Leone Abbacchio, a diferencia del albino que combinaba su ropa negra con morado, el se destacaba por su agresivo color rojo.
-Nada- contesto seco, viendo como el alto, de cabello blanco y prendas negras, extendió su mano a el, para quitar el cigarro de su boca. No sé quejo, lo compartió.
-Para no pasar nada, estas muy molesto Prosciutto- le respondió el mayor, viendo al rubio cruzarse de brazos y apartó la mirada.
-Es el rubio, Giovanna- confesó -Lo cite para vernos, pero no está-
-¿Ese gay?- se burló el alto, volviendo a inhalar la nicotina -¿Acaso es tu novia?-
-¡No soy gay!- respondió Prosciutto a la defensiva, amenazando al alto con la mirada -Ese inútil esta ayudando a Abbacchio con su trabajo- le explico, mientras veía al mayor tan sereno.
Hubo un silencio entre los dos, algo inusual e incluso podría ser incómodo para el rubio, pero este solo mantenía su mirada y actitud seria contra el mayor. No podía ser débil.
-¿Acaso no vas a decir nada?- se quejó Prosciutto, viendo al alto terminar el cigarro. Tiro la coletilla al suelo, la piso y se acerco a el, en un acto repentino le tomo de los brazos y lo arrinconó contra el muro. Obviamente Prosciutto se asustó, pero en su rostro, no lo demostró.
-¿Quieres que diga algo? ¿Qué quieres que diga?- pregunto y pregunto, acercando su rostro más al de el. Ahí pudo notar el color de su mirada, definitivamente el era más alto que Abbacchio, solo por unos centímetros pero aún así, le intimidaba más que el platinado.
-¿Prosciutto?- insistió, viéndolo directo a sus ojos
-Nero- susurro nervioso. Pequeño error, pues al escuchar esa palabra, el alto le apretó los brazos.
-¡No me digas así!- amenazo entre dientes, el rubio cerró los ojos. Le apretó más sus brazos y le azoto contra la pared, liberando lo de aquel pequeño acto violento. Prosciutto se mordió la lengua para no decir otra palabra, que pudiera empeorar la situación.
El mayor apenas hizo una sonrisa, nada notoria, cruzo los brazos y se apartó con ademán de desprecio al rubio.
-¿Para que voy a gastar saliva Prosciutto?- le hablo, haciendo que el rubio le mirara -Si ya te estas encargando de eso ¿no es así?- le pregunto, el rubio se limitó a sentir.
-Si, Risotto- le dijo en un murmullo, pues éste esperaba que el rubio hablara. Eso hizo a Risotto sonreír un poco más.
-Además, no solo ha de ser ese gay quien le ayude- supuso Risotto, llamando la atención del rubio, confundido. -Pero de igual manera, encárgate Prosciutto. Sé que podrás hacerlo- continuo diciendo, acercándose de nuevo a el, y acaricio la mejilla del rubio, en señal de despedida y se marcho.
Ese gesto, no se lo esperaba.
☆
-Y entonces... entonces...- río en voz alta, su acompañante no podía aguantar la risa. El rostro de su invitado, estaba tan coloreado, que podía jurar que si tuviera piel blanca, justo ahora estaría totalmente rojo. Demasiado rojo
-¡Ya!- se quejó, se sujetó la cintura y siguió riendo -Abba..Abba- intentó decir su nombre en vano, el mayor solo se tapó los ojos, mientras seguía aguantando la risa. No, no se iba a reír por algo tan tonto y menos por una risa contagiosa.
-¡Y... ah!- dijo en vano, Abbacchio se levantó del sillón. Dejando que el pelinegro se recostara en el mueble. Si tenía que explicarse el escenario, el pelinegro ya había tomado más de una botella, el albino no se lo negó pues mientras más probaba el alcohol más risueño se ponía, tanto así que ya se había ido a sentar a su lado y contaba anécdotas que daban pena ajena.
Realmente Abbacchio disfrutaba la escena, se veía el menor tan alegre en segundos y el disfruto. Hasta que se levantó de la mesa, junto las botellas vacías y se alejaba para poder dejar que el pelinegro respirara y se calmara solo.
Tan risueña y dulce era la risa, que tan pronto llegó a la cocina a tirar las botellas a la basura, en la privacidad del lugar se río. No dejo que el pelinegro le viera, pues se desahogó todo lo que había contenido, y camino al refrigerador por más bebida.
Vacío.
-Bien, parece que ya se...- intento hablar de vuelta a la sala, pero antes de poder decir palabras, reaccionó que el silencio dominaba en su casa. -¿Bucciarati?- hablo rápidamente y busco al menor. Su sorpresa, y nada de deseo, fue que cayo al suelo, pegado al sillón, totalmente dormido. No mentía cuando dijo que no tomaba, pues de ser lo contrario, no habría hecho eso.
-¿Bucciarati?- alzo su voz un poco, se acercó e hincado al suelo, solo oyó al menor dormir y balbucear. Abbacchio solo sonrio.
Como el dueño de la casa, no creyó prudente dejar a su invitado ahí y al ver la hora, no era tan tarde como creía. Ya pasaba de las diez, para Abbacchio aún era temprano.
Aunque lo pensó y vio su habitación, lo que hizo Abbacchio fue todo lo contrario. Abrió la puerta, tomo sus llaves y sus cosas, para cargar al menor y llevarlo a su auto pues el albino ya había visitado su casa una vez, ya sabía donde vivía por supuesto. Bruno apenas y se movía, ayudando sin querer al alto que lo subiera a la parte trasera del carro. Manejo solo unos minutos y descubrió la casa completamente oscura.
-¿Bucciarati?- le habló, una vez apago el vehículo, tras haber estacionado -¿¡Bucciarati!?- alzo un poco la voz, el pelinegro solo de reojo le miro. Volvió a quedarse dormido.
Abbacchio se limitó a soltar un suspiro, y como persona responsable arriesgar su persona. Bajo y fue a la puerta de la casa, toco y espero que abrieran mientras pensaba como explicarle a la madre del pelinegro porque su hijo estaba como estaba.
Nada.
Pensó, pero no iba a volver a su casa con el, no. Volvió al carro y hurtó en la mochila de Bucciarati por las llaves, abrió la casa y cargo de nuevo al joven para llevarlo a su presunta habitación, sin embargo apenas tocó el primer escalón, se negó. No iba invadir casa ajena.
Dejo a Bucciarati en el sofá, e irónicamente se atrevió a ir a su cocina y dejar en la pequeña mesa de la sala, un vaso con agua, tapado con una servilleta y de su carro saco unas pastillas para el dolor de cabeza.
Bruno Bucciarati fue ignorante de todo lo que pasó y lo que hizo el mayor, apenas y se acomodo en el sofá donde Abbacchio le acostó y se quedo acurrucado. Llamo la atención del albino, quien solo le miro esperando que despertara pero no fue así. Se río con sutileza y solo le siguió mirando un par de minutos más, para darse cuenta que aún vestía sus lentes.
Extendió sus manos hacia el, con cuidado le quitó los anteojos y apenas el pelinegro hizo un pequeño puchero sin abrir los ojos. Se veía tierno como dormía, Abbacchio se limitó a sonreír y dejar los anteojos a un lado de su mesa.
Tomo un papel, rayo un par de líneas y dejo la mochila junto al sillón junto con la llave y apenas miro de nuevo al chico. Estaba tan dormido como una piedra.
-Buenas noches Bucciarati- se despidió, apartándose de el, y cerró con llave, para irse de ahí.
"Suerte con la resaca, nos vemos mañana" - L Abbacchio.☆.☆.☆.☆
Espero que el capítulo haya valido la pena la espera.
De nuevo me disculpo, pero insisto, este fic lo quiero lo más tierno posible. Y así...¡CUÍDENSE MUCHO!
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Verano (AbbacchioxBruno)
FanficSIPNOSIS: ¿Alguna vez pensaste que el chico rudo de la escuela tendría sentimientos? En este caso, Leone Abbacchio tiene un par de días para aplicar la amabilidad y pedirle ayuda a alguien, que le ayude a graduar. Pero el chico Bucciarati, tiene alg...