Capítulo 8.

88 12 9
                                    

No, joder. No.

Es todo lo que repito en mi cabeza, una y otra vez.

¿Por qué esto me está pasando a mí? No puedo ser jodidamente normal ni un minuto de mi vida. Nadie está conforme con eso. No tengo nada de especial. Mi actitud es una puta mierda. No soy masculino, ¡ahora menos! Y encima no tengo personalidad.

Hago lo que todo el mundo hace, intento pasar desapercibido. Si no lo hiciera, llamaría demasiado la atención y todo el mundo sería capaz de ver mi infinita lista de defectos.

Y esa lista tiene lectores privados y yo no podría sobrevivir sin ellos.

La sociedad, la leería, colgaría en instagram y la twitearía. Y yo no estoy preparado para eso.

Así que no la muestro.

Lo peor de todo es que esos dos lectores, Niall y Mark, son, aparte de mis mejores amigos, lo único que merece la pena en mi triste vida.

Genial, las lágrimas llamaron al timbre y se colaron en la fiesta.

Me paso mi triste existencia intentando superarme, ser mejor en esta vida, porque si soy yo mismo no valgo para nada.

No puedo decir a nadie como realmente me siento porque nunca encuentro las palabras para decir a lo que me refiero...y eso tiene repercusiones.

Mis cuadros.

Mis abstractos cuadros.

Hay veces que desearía coger el pincel y pintar mi última obra maestra. Toda roja.

Pero me abstengo.

Porque en un lugar recóndito de mi mente pienso, o creo, que puede que le importe a alguien.

Mark no para de pasar por mi mente.

Y su jodido puto beso.

Lo peor de esta situación es que me ha gustado.

Giro la cabeza y sollozo fuerte en la almohada.

Esto no me puede estar pasando a mí. Desearía tener un ídolo, porque Niall una vez me dijo que los ídolos de la gente son su último punto a la felicidad y cordura.

Ahí está el problema.

Yo ni soy feliz ni estoy cuerdo. Soy un puto adolescente con problemas psíquicos y que no tiene su sexualidad clara.

¡Joder! ¡ES MI MEJOR AMIGO!

Seguro que él no sabe todo esto. Que estoy llorando cataratas, que me siento peor que la cara marginada del whatsapp.

Simplemente desearía no existir para dejar de sufrir.

Y sé que es egoísta. Pero no quiero sufrir más. Estoy demasiado ligado al dolor en mi vida y no puedo más. Aquí llegó el límite.

El terrible límite. Me recuerdo a la película que vimos ayer y ahora la comprendo mejor de lo que nunca hice. Muchas veces pienso que la gente me suele ver como un bicho raro porque normalmente me salgo de los límites, para lo bueno y para lo malo. Tú escuchas música y yo también pero mi música nunca llegará a ser escuchada por ti. No sé si pillas el punto. Por ejemplo. Los videoclips. La gente ve la imagen y si es tierna o con un final feliz se quedan con una sensación de ganas y de querer ver más. Pues yo no. A mí no me gustan los finales felices porque simplemente no los veo factibles. Puedo ser negativo, o todo lo que uno quiera pero sencillamente no los veo capaces de ocurrir. Por eso me gustan los videos duros, que muestran sentimientos incomprendidos y que te hacen reflexionar sobre todo en esta vida. Desde la más pequeña ráfaga de viento en la mañana hasta que ves la estrella polar en la noche, esa que es la más importante del universo. Tiene que tener una gran carga en sí misma. Yo no podría soportar algo así. Me suelen decir que "exploto" la burbuja feliz de la gente y que con mi edad no debería hacerlo, pero ¿quién marca esos límites imaginarios? Se supone que llevan tantos años marcados que nadie recuerda quien los hizo. Pero que una cosa lleve miles de años haciéndose, que haya una línea que separa lo bueno de lo malo, no quiere decir que esa línea esté trazada con regla, es decir, que sea correcta.

Como muy bien Mark dijo, hay veces que en una historia de amor hay factores que lo estropean todo.

Bueno, pues la historia es mi vida. Y el factor soy yo.

Y yo estoy dispuesto, muy dispuesto, a empezar otro cuadro.

Corro hacia el baño y cierro con el cerrojo. Abro el cajón para preparar mi pincel pero un sonido me desconcierta.

-Niall...

-¿Harry? Te he llamado tres veces. ¿Por qué me lo coges a la cuarta? ¿No es a la tercera va la vencida?

-Niall...

-Mierda, Harry. ¿Estás llorando?

Asiento y un momento después me doy cuenta de que no me ve- S-sí...

-¿¡Qué ha pasado!?

-Yo...

-No hables y ábreme la puerta en diez minutos.

Vale, la he vuelto a cagar.

Niall viene y yo no voy a tener la suficiente fuerza de voluntad para no contarle lo que pasa...

Get out the way. [Destino II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora