Capítulo 10.

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-Niall, ¿qué quieres desayunar?

Ya estamos despiertos y nos habíamos reído de haber dormido como dos amigas depresivas. Eso que se siente cuando te levantas con tu mejor amigo y te ríes de él en su cara es una sensación de confianza extrema. Ese abrazo que os dais cuando el otro se va de tu casa o las carcajadas que se comparten viendo videos graciosos en internet. Es genial.

-¡Todo lo que tengas!

Mi mejor amigo y su incansable adicción por la comida. Le llevo unos cruasanes rellenos de chocolate y se los lanzo, mientras yo me siento en el otro lado del sofá, encogiendo mis piernas y bebiendo de mi chocolate caliente.

-Harry.

-Dime, Ni.

-En poco me voy a tener que ir porque anoche no avisé a Maura y hoy me va a caer una bronca...

Río.

Maura es la madre de Niall. Es una mujer encantadora, siempre me ha tratado como un hijo más. Es originaria de Irlanda, al igual que Niall. Se mudaron a Holmes Chapel cuando ambos entrábamos al instituto y nosotros nos hicimos amigos al instante. Mark se unió el trimestre siguiente, ya que es de Los Ángeles, California.

Me ha contado mucho de allí. Tiene varios hermanos, aunque es el mayor. Su familia es maravillosa, pero están todos en América. Yo he hablado con ellos por Skype. A veces, llamaban cuando yo estaba con los chicos y la tontería de decir "pene" mientras tu amigo habla con sus padres no podía faltar.

-¿Harry? ¿Tierra llamando a Harry Styles?

Mierda. Me he ido por un momento.

-Vale, Ni. Dile a tu madre que es mi culpa, ya le prepararé unos Cup Cakes, ¿te parece?

-¿Cup Cakes gratis de Styles? Perfecto.

Ambos nos levantamos y le acompaño a la puerta.

-Date tiempo, Harry- es lo último que dice antes de desparecer con su coche.

Yo subo corriendo a mi habitación después de cerrar con llave. Necesito tranquilizarme. Me tumbo en la cama y abrazo fuertemente a mi oso de peluche.

Mi corazón empieza a latir rápidamente. Mark. Gay. Beso.

Harry, respira.

Necesito ordenar mis pensamientos así que decido buscar en Google.

"Acciones típicas de enamorados"

Las leo todas y vuelvo a caer en las garras del pensamiento.

Sí, me río con Mark como no me río con nadie. Nos miramos a la vez siempre. Es la primera cosa con la que me despierto y es el último pensamiento que tengo al dormirme.

Siempre.

Nunca fallo en cuanto al tema de si algo ronda su cabeza. Nos conocemos como un escritor conoce su libro. Y joder.

Le veo guapo. Que mierda, es jodidamente atractivo.

Con ese pelo rubio cayendo a un lado de su frente, ese cuerpo...los ojos tan profundos...

No puedo evitar sonreírle al techo cuando pienso en Mark. Y automáticamente mis pensamientos toman la rotonda a la derecha y llegan a la villa llamada "La opinión de la sociedad".

¿Qué van a decir de mí? ¿Bastante dicen ya, no? Lo que me faltaba. Inútil, gilipollas y ahora encima esto.

Siempre he apoyado a la comunidad homosexual aunque mi familia me haya inculcado otros valores, y no me arrepiento de eso. Me arrepiento de haberme dado cuenta de que formo parte de ella y estoy asustado de lo que mis padres pensarán de mí.

Pero, ¿el amor no es nada malo, no? Independientemente del género de la persona. Yo siempre he pensado así, ¿por qué ahora debería ser diferente?

Ah, sí. Vivirlo en la propia piel es muy difícil. Puede que mis amigos me dejen por miedo a que me enamore de ellos o me sienta atraído...Esto es muy complicado. Tanto que no se puede describir con palabras, solo con hechos.

El amor ya es difícil de por sí y si te das cuenta de esto de todavía más complicado. Ver que quieres a una persona te llena el corazón de ternura pero, cuando no es correspondido o no tienes las condiciones necesarias para que sobreviva, tu corazón se vuelve negro. Como el cola-cao, que la blanca leche se vuelve oscura por muy poco chocolate que le eches. Porque el mal factor, la "X" de la vida, siempre se va a encontrar ahí y nosotros, los mortales humanos, nos vamos a desvivir por encontrarla. Algo que nunca lograremos porque está situada en nuestro punto muerto, entre los ojos.

Jodida mierda. Estoy enamorado de Mark.

Corro al baño y abro mi escondite. Esta vez nada ni nadie me va a parar. Lo necesito como perro a su pelota de tenis, como agua para un pez.

Lo necesito para hacer que mi frío corazón volver a latir por algo que si puedo controlar.

A Mark yo no le puedo controlar.

Uno. Dos. Empiezo a contar y pronto acabo con mi brazo derecho lleno de líneas paralelas. Necesito más.

Me levanto dejando la cuchilla en el lavabo, me saco los vaqueros y me vuelvo a sentar en el frío suelo manchado con mi sangre. Mojo mis dedos y froto las yemas. Esto es escalofriante. Casi tanto como lo que James me hace pasar.

Continúo pasando la cuchilla suavemente por mi pierna, casi llenando el comienzo de ambos muslos.

Esta es una gran obra. Puede que sea mi obra maestra. Y no voy a finalizarla nunca.

Get out the way. [Destino II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora