-Stan...-murmuro.
-Vámonos de aquí.
Me agarra una mano y sale corriendo del edificio, llegando a una parte escondida del recreo, al lado de nuestro banco. Mira a ambos lados y cuando topa con mi mirada sonríe, me suelta y se sube a la valla, saltando al otro lado.
-¡Stan! ¿Qué haces?
-Vamos, Lou.
Esas pocas palabras me hacen reaccionar y salto a fuera, con él.
-¿Y dónde se supone que vamos?
Vuelve a sujetar mi mano y entrelaza nuestros dedos, para después empezar a caminar tranquilamente por el camino de tierra de al lado del instituto, como si nada pasase. Me acaba de dar un beso. ME ACABA DE BESAR STANLEY LUCAS.
Me paro en seco y le miro con ojos brillantes de la emoción -¿Qué pasa, Lou?
Bajo mis párpados, esperando que esto que me dispongo a hacer no me traiga muchos quebraderos de cabeza...y me lanzo a besarle. Le sujeto las mejillas con mis manos y ambos cerramos los ojos.
Se siente bien...sus labios están calentitos y contrastan genial con el frío ambiente de diciembre. Mientras nos besamos, él agarra mi cintura con sus manos y yo rodeo su cuello. Nuestras lenguas danzan solas, como si llevaran toda la vida haciéndolo.
Cuando me separo, nos miramos y los dos soltamos una pequeña risita -Lo siento -me disculpo -Tenía que hacerlo.
Él niega y veo como frunce el ceño -No te disculpes, Lou. Nunca te disculpes por besarme -sonríe.
Caminamos unas cuantas calles más y me doy cuenta de que estoy muy lejos de casa y que ya es la hora de llegar.
-Mierda...
-¿Qué pasa? -pregunta, parándose y mirándome.
-Es tarde y mi casa no está cerca que digamos.
Le miro y se rasca la nuca, mientras se sonroja -Mi casa está a un par de manzanas...si quieres te puedes quedar a comer.
Por cómo me mira, creo que se me ha iluminado la cara. Espero que se lo tome como un rotundo sí.
***
-¿Mamá?
Cada segundo que pasa estoy más nervioso. Creo que debería hablar esto con Zayn pero claro, ¡está limpiando! Maruja empedernida encerrada en el cuerpo de mi mejor amigo. Mi corazón late fuerte en cuanto entramos a la casa de mi amigo, o lo que quiera que sea Stan para mí.
-¿Stanley, cielo? -dice una femenina voz desde lo que creo que es la cocina.
-Stan -murmuro -¿Cómo me comporto?
Me da un pico -Como tú eres. ¡Aquí mamá! -me arrastra a la cocina y veo a una señora que a mi parecer es un poco graciosa, es bajita y está bañada en harina. Tiene unos rulos puestos en la cabeza y nos pide que dejemos las mochilas al lado de la puerta.
-Buenas tardes, señora Lucas. Gracias por dejarme comer aquí -sonrío.
-Mami, estamos arriba.
Trotamos escaleras arriba y nos sentamos en la cama de lo que creo que es el cuarto de Stan. Tiene varios posters de coches y de...chicas.
-Siento las fotos, Lou.
Niego -Da lo mismo.
***
Estoy en la puerta, despidiéndome de la madre de Stan.
-Gracias por todo, Celia. Estaba riquísimo.
Ella me sonríe y me regala un beso en la mejilla como despedida, mientras Stan me abraza. -Le has caído genial, Lou. Ya verás como todo va a salir bien -hace rozar sus labios con los míos, con extrema ternura, como si me fuera a romper. Me parte el corazón, en el buen sentido.
Comienzo a andar hacia mi casa después de asegurarme de que Stan esté en mi casa mañana para el cumple y en una media hora llego.
-¡LOUIS!
Mierda. Seguro que me cae una bronca. Cierro la puerta, dejo la mochila al lado de la puerta y cierro los ojos cuando veo a mi progenitora delante de mí, con los brazos cruzados y su peso en una pierna.
-¿Se puede saber dónde has estado, jovencito?
-Lo siento, mamá. La próxima aviso.
Ella suspira y me agarra del codo suavemente cuando yo me dispongo a ir a mi cuarto.
-Louis, cielo.
Me muerdo el labio -Dime.
-¿Quieres decirme algo? Sabes que puedes hablar conmigo de lo que quieras -sonríe y me suelta -Me apetece una charlita tú y yo, chocolate caliente y mantita en el sofá.
Sonrío y subo corriendo. Preparo las cosas en mi habitación y cuando bajo veo que mi madre está haciendo la lista de la compra -¿Y esa charla, mamá? -pregunto, apenado.
Se le ilumina la cara y me acompaña arriba. Nos sentamos en mi cama, nos tapamos con la manta y nos abrazamos.
-Mami -murmuro.
-Dime, amor.
Suspiro -Tengo miedo...
-¿Asustado? ¿Mi pequeño valiente que cumple años mañana?
Asiento -Mamá, yo...so-soy gay -cierro los ojos - Lo siento, en serio. No lo he elegido pero ya no lo puedo cambiar y por favor no me eches de casa y si lo haces déjame coger mis cosas y ver a las chicas y-
-LOUIS, PARA.
-Pe-pero-
-Cielo, no pasa absolutamente nada. Nada es nada, ¿me oyes? No me importa en absoluto que lo seas y tampoco quiero que lo cambies. Ni sé cómo se te ha podido ocurrir que yo te echara de casa y no te dejara ver a tus hermanas por esto.
Yo estoy mucho más aliviado, sinceramente. No puedo creer que mi madre me apoye con estas dimensiones. No es que conozca a muchas otras madres pero es reconfortante que alguien tan importante para ti haga esto, que te diga; "me da igual como seas, te voy a querer de cualquier manera". Es la mejor.
Le abrazo muy fuerte y la sonrisa que hay en mis labios no me la quita nadie. -Gracias por el mejor regalo de cumpleaños que me has podido dar jamás, mamá.
-¡MAMII! ¡PHOEBE ME HA QUITADO LA MUÑECA!
-Cariño, las gemelas me llaman -se levanta y me da un beso en la frente. Sonrío -Por cierto, que mi yerno sea guapo y, ya te lo había notado -dice guiñando un ojo antes de cerrar la puerta y dejarme con una diversión atónita.
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Get out the way. [Destino II]
Fanfiction[Segunda parte de Destino] La adolescencia de Harry siempre ha sido difícil. La de Louis siempre ha sido un cuento de hadas. Hasta que ellos llegaron.