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La naturaleza  es un regalo magnífico y a veces poco apreciado. Es una bocanada de aire fresco, cantos infinitos, un lienzo colorido con especies únicas que alegran a la vista e iluminan el alma, tesoros venerados por antiguos dioses. Una milenaria madre , dispuesta a darnos cobijo cuando lo necesitamos.

Lamentablemente no hemos sabido apreciar correctamente su hermosura y sencillez. Con gran tristeza y preocupación estamos abriendo heridas que jamás debimos invadir.
La tecnología puede ser su aliada o su peor enemiga.

Doy gracias de corazón a todos los que florecen de y con un cálido abrazo y acciones notables cuidan al oro verde, porqué saben y entiende que es nuestro hogar. Un hogar único, dispuesto a protegernos ante cualquier situación bajo rayos de sol, océanos  misteriosos, vegetación abundante o gruesas capas de nube.

No acabaría de decir todas las razones por lo que importa cuidarla, pero si de algo sirve prefiero mil veces un amor verde en mi ADN, al que pueda visitar por mi propio pie que perderlo y mirar una fotografía para recordar esa belleza exquisita.

Escritos en la arenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora