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Taehyung no volvió a tocar aquel tema con Jisoo ni Jisoo volvió a hacerlo. Se sentiá incorrecto insistir, y aunque una parte de ella quería ir y preguntarle directamente a Taehyung, la otra quería correr y increpar a Seokjin.

Al día siguiente en la escuela Taehyung faltó a clases. Preocupó un poco a Jisoo pero quiso creer que no era malo. Ese día pasó normal y lo hizo de la mano de Rosé. Quien para ser sincera le levantó mucho el animo, incluso la invitó a conocer a su nueva amiga Jennie. Y como Jin ya había dejado de recogerla a la salida decidió que sería bueno salir con ambas al centro comercial.

Hace mucho Jisoo no se sentía a gusto con las personas a su alrededor, y se sorprendió a si misma al verse probándose productos de maquillaje y oliendo perfumes caros. Las chicas reian sonoramente contándose anécdotas de las que Jisoo era ajena, y que sin embargo le hacían gracia de todas maneras.

—¿Cómo van las cosas con tu novio? Perdón, amigo. —se corrigió Jennie con culpa al ver la mirada de Rosé—Lo siento.

Jisoo la miró con rostro reprobatorio a Rosé.

—Lo siento. Me pareció buena idea decírselo, para unirnos más. —Jisoo rodó los ojos al ver como Rosé hacia un circulo exagerado en sus manos. —Jennie anda sola, esta en busca del hombre ideal.

—¡No lo digas así, tonta! —la regaño Jennie con sonrojo en sus mejillas.

—Prometo que te conseguiremos a alguien. —confirmo Jisoo sin pena.

—¡Te dije que Jisoo era una perfecta compañera! —Rosé le dijo a Jennie con entusiasmo.

Jennie negó con la cabeza, pero aún seguía ruborizada.

—¿Y que tal tu amigo, Taehyung? ¿Me lo presentarás?

Jisoo entonces dejó de reir. Jennie y Rosé a los pocos segundos estallaron en risas a presenciar sus gestos.

—¡Deberías haber visto tu cara! Se te fue el color de esas lindas mejillas. —Rosé le picó las mismas y Jisoo se alejó—¿Qué sucede con él?

—Es solo mi amigo...

—Ni tu te lo crees. —Jennie acató.

—Pero sí somos eso. —Jisoo insistió.

—Veremos cuanto te dura. Ultimamente están muy pegados. En los descansos no para de buscarte y compartir tiempo contigo. Su ex novia, la loquita esa, no para de verlos con el rostro rojo de ira. Parece un Hungry bird.

Jisoo sonrió al oir su expresión.

—¿Esta mal disfrutar la compañía del otro?

—Claro que no. Pero ¿tanto? —Rosé inquirió y miró a Jennie con complicidad—aquí hay gato encerrado.

—Y todos sabemos, que la curiosidad mató al gato. —Jisoo concluyó sonriendo mientras se incorporaba—¿las veo mañana? Mi madre quiere que vaya a la casa.

Jennie y Rosé se despidieron alegres. Fue entonces que Jisoo comenzó a caminar hacia la casa.

Una vez que llegó cerró la puerta con llave y comenzó a caminar por las escaleras para ir a su habitación. Hace unos cuantos días que su castigo había comenzado y seguía vigente. Y aunque su madre declaró que hablaría con ella, jamás lo hizo.

—Llegas tarde. —anunció su voz desde el pasillo. De pronto prendió las luces y Jisoo la observó.

—Lo siento. —se limito a decir.

—¿Con quien estabas?

—Con Rosé y Jennie. Te lo dije por mensaje.

Su madre la miro por unos cuantos segundos, luego asintió lentamente con la cabeza, sin confiar del todo. 

—Bien—resolvió— supongo que es momento de aclarar algunas cosas.

Su madre se acomodó en el sillón del living con aura autoritaria y le señaló el sillón contrario esperando que se sentara. Jisoo sin rechistar, lo hizo. Se sentó frente a ella y la miró a los ojos, expectante a lo que fuera a decir:

—Creo que ya sabes de que vendrá esta charla Jisoo. —Jisoo sintió ganas de vomitar—tu padre con sus nuevas propuestas de trabajo ha estado generando tanto dinero que incluso esta la idea de mudarnos a una residencia mas grande y mas prestigiosa. Yo estoy ocupada intentando que nuestra reputación no se vea amenazada y luego, por supuesto, en el centro de la torta la pequeña frutilla eres tú. —confesó sonriendo, pero no de forma natural—ya estas grande Jisoo, deberías saber lo que te conviene y lo que no. Sabes perfectamente que Jin es uno de los mejores candidatos para ti, para tener una vida igual de bonita que la que tenemos ahora... y no vivir viendo los charcos de barro bajo tus pies descalzos, muriendo de frío o hambre bajo un puente. ¿Eso no es lo que quieres cierto?

Jisoo tardó en decirlo, sin embargo terminó por negar en silencio.

Su madre sonrio levemente mientras se servía un vaso de agua.

—Entiendo que te moleste. A todos en algún punto nos molesta, más si somos jóvenes y bonitas... —comentó de una manera que a Jisoo le llamó la atención— A mi me pasó a tu edad. Estaba enamorada de otro chico y... según tu abuela mi destino estaba con tu padre. Como sabrás, no pude luchar contra la marea. Y tu tampoco lo harás Jisoo.

—¿Por qué seguimos este tonto legado familiar? ¿Acaso estamos en la edad antigua?

—Claro que no. Pero solo así aseguras el futuro para tus hijos, con alguien económicamente estable a su lado. Lo entenderás cuando seas mas grande. —explicó—no tienes opción Jisoo. Algún día entenderás mi deseo como madre, de que tus hijos tengan a alguien ideal a tu lado.

Jisoo no se sentía bien. De hecho se sentía descompuesta. Odiaba que dirigieran su vida y la obligaran a estar con alguien a quien no amaba y desde luego no veía de una forma que pasara más alla de la amistad. Sin embargo sabía que no podía hacer nada.

—¿Eso es todo? —preguntó Jisoo, tratando de demostrar frialdad cuando en realidad quería ir a su cuarto a llorar.

Su madre asintió, sin perderse ningún detalle de los gestos de su hija.

Jisoo se incorporó y comenzó a dar pasos rapidos hasta las escaleras.

—Jisoo. —llamó su madre.

Jisoo se dio media vuelta.

—¿Sí, madre?

Ella la miró unos segundos en silencio, entonces Jisoo supo que lo que iba a decir, la destruiría.

—Te prohíbo ver a Kim Taehyung de nuevo. 

4 A.M | VsooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora