Capítulo 8

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Había pasado ya un mes desde que se fueron de la Finca Mariposa, Inosuke cada vez extrañaba más a Aoi, su comida, su presencia, su sonrisa, cuando lo regañaba... todo.

Un día mientras estaba comiendo con sus amigos, escucharon el sonido de un pájaro, más específico un cuervo, el cuervo entro por la ventana, entregando una carta.

Tanjiro tomó la carta y la empezó a leer, mientras la leía su cara se ilumino y con alegría le hablo a los demás - ¡La carta dice que Kanao, Sumi, Kiyo, Naho y Aoi van a venir a visitarnos!

- ¿Aoko va a venir? – pregunto un Inosuke contento

-Así es Inosuke, podrás ver a Aoi – dijo Tanjiro, feliz de que también va a ver a Kanao

Inosuke estaba tan emocionado que dejo de comer y fue a correr para buscar manzanas y dárselas a Aoi, cuando regreso a la casa, tenía muchas manzanas.

- ¿Para qué son todas las manzanas? – pregunto Zenitsu

-Para Aoko – sonrió Inosuke – Un regalo –

-Un regalo... y ¿por qué no le das algo más especial? – dijo Zenitsu

- ¿Especial? ¿Cómo qué? – No se le ocurría otra cosa

-No sé, tal vez una pulsera – sugirió

Inosuke había visto antes una pulsera, pero tenía piedras raras que él no había visto antes, pero se le ocurrió una idea y volvió a salir, pero esta vez en busca de bellotas.

Cuando regreso otra vez a la casa, llamó a Zenitsu para que lo ayudara a hacer una pulsera con las bellotas que había traído.

Zenitsu aceptó ayudarlo ya que se miraba muy emocionado, tomo un tiempo hacerla, pero al fin estaba lista, no era la mejor pulsera, pero tampoco estaba mal.

Después de dos días, por fin habían llegado a la casa de los Kamado, les dieron la bienvenida y las dejaron entrar a la casa.

Tanjiro estaba hablando con Kanao, Zenitsu y Nezuko estaban con las niñas, se pusieron de acuerdo para ir a caminar un rato, al ver que no estaba Inosuke, decidieron esperar, pero Aoi les dijo que fueran ellos y ella esperaba a Inosuke, estuvieron de acuerdo y se fueron.

Aoi se quedó esperando a Inosuke, un poco triste porque no la recibió, pero no importaba así era él, al tiempo llego Inosuke gritando

- ¡AOKO! – abrió la puerta y al ver a Aoi sentada en la sala, corrió hacia ella y la abrazo

- ¡AOKO! ¡AOKO! – seguía diciendo

- ¡Inosuke! ¿Cómo has estado? – pregunto Aoi feliz de verlo

-Perfectamente... ¡Ah! Te traje manzanas, come algunas – dijo mientras las iba a traer

-Yo también te traje comida, traje Tempura – Inosuke la escucho y se puso más feliz

Mientras estaban comiendo, hablaban de todo lo que les había pasado mientras no estaban juntos, Inosuke un poco molesto porque Aoi le dijo que había tenido más pacientes que cuidar, y la mayoría eran hombres.

-No te preocupes Inosuke, es mi trabajo cuidarlos, pero no siento nada por ellos – afirmó

-Igual no me agrada que estés cerca de ellos, o que le mires y le toques el cuerpo... como me lo hacías a mí para curarme – dijo con el ceño fruncido

-JAJAJ, tranquilo, es trabajo hacer eso, pero contigo era especial – dijo un poco avergonzada, Inosuke se rio al verla roja, y recordó que tenía algo más preparado.

-Aoko, ten, Zenitsu me ayudo a hacerlo para ti – Dijo con una sonrisa en su rostro

Aoi vio que era una pulsera de bellotas, se puso feliz de saber que se había esforzado en hacerle algo especial a ella, lo abrazó y le agarró el rostro con las manos, Inosuke se puso nervioso por su cercanía y Aoi estaba roja, se acercó más a su cara para dejarle un beso en la mejilla.

Inosuke al sentir sus labios tocando su mejilla, sintió su corazón latir tan rápido que pensó que se iba a detener en cualquier momento, Aoi se alejó y se tapó la cara, Inosuke toco su mejilla recordando su tacto.

-E...eso fue una muestra de mi agradecimiento – dijo con la cara roja, Inosuke entendió y se sintió cálido, por lo que repitió el acto, dejándole un beso en la comisura de su labio.

-Esta también es mi muestra de agradecimiento – Aoi se sonrojo e Inosuke le sonrió con las orejas un poco rojas.

Fate - InoAoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora