⌲•°; Son Chaeyoung y Myoui Mina, llevan cuatro años de matrimonio, pero cuando algo se lleva una parte de sus vidas, tendrán que saberlo afrontar, de no hacerlo... podrían perder más que eso. ⸃⸃
␥ No está en la saga.
␥ Historia, portada e idea ori...
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Chaeyoung estaba recostada en su cama, hoy era el aniversario de su relación. Claramente, no el de su matrimonio, sino cuando se hicieron pareja. Ella había caminado con Somi para conseguir un regalo para Mina, pero no sabía, su percepción le daba malas jugadas, por esta razón se sentía extraña buscando aquello.
— ¿Estás segura que quieres quedarte sola hoy? —Somi se mantenía recostada en el marco de la puerta—, Mira, si hace falta, Hyunjin me dijo que hará un viaje. Él ya se fue a casa y Asha se quedó triste porque no te quedaste más...—la coreana no dejaba de ver al techo, parecía un mar de sensaciones.
— Estoy segura... Hoy es el aniversario con Mina y sé que ya es de noche pero, yo espero a que vuelva, le compré sólo un peluche de pingüino con chocolates... ¿Sabes hace cuánto no le hacía un regalo así? Desde que éramos novias —confesó. Se estiró y procedió a sentarse en el borde de la cama para ver a la canadiense— De verdad que no podría hacerle eso, sé que no estamos bien, pero al menos quiero esperarla para que llegue —suspiró.
— Bien... Pero, si necesitas, ve con Hyunjin, tonta...—se acercó y la tiró del brazo para darle un fuerte abrszo a Chaeyoung—. Saldrá el sábado por la mañana...—la soltó y la miró con una sonrisa indulgente— piénsalo.
— Lo haré, lo haré —concluyó.
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La puerta se cerró a sus espaldas mientras una coreana la empujaba a la cama. Mina sólo se quedó algo inquieta. Nayeon se subió a su regazo y acarició su cuello. Enredó sus manos en aquellos mechones negruzcos. Le iba a ser infiel por primera vez.
Estaban en el hotel que Seoku había alquilado. El recorrido del restaurante al lugar fue bastante rápido para la japonesa, se empezaba a sentir mal, no estaba segura de querer hacerlo, realmente no era algo que quisiera. La mayor tomó la mandíbula de la nipona y antes de estrellas sus labios, Mina detuvo el movimiento.
— Espera...— le pidió a la coreana que estaba en su regazo—. Espera, por favor —Mina la miró. No podía hacerlo, recordaba el aroma de la coreana, sus ojos. No podía imaginarla tan rota por su culpa. Nayeon no era algo que en verdad desease.
— ¿Estás bien, Mina? —la chica se levantó de su anterior lugar y volvió a ponerse la poca ropa que había dejado, ni siquiera estaba en interiores, mantenía toda sus prendas. La contraria no respondió—. Verás... Siempre noté en ti esa inseguridad de serle infiel a tú propia esposa.
— ¿Qué dices? —Mina levantó sus ojos, sin dejar su posición.
— No soy una santa y, por dios, Mina, no voy a acostarme contigo después de esto. Y no sólo porque me has dejado plantada directamente y sin vergüenza alguno. Sé que aquí el problema no soy yo, eres tú —contestó directa mientras tomaba su bolso.
— ¿Cómo que soy yo? Mira yo sólo...—La japonesa hizo el vago intento de refutar.
— Tú la amas —sacó un cigarro de su bolso y lo prendió con un botón en desdén—, ¿Quieres? —cuestionó estirando su brazo, Mina sólo negó algo confundida—. Como quieras, tú te lo pierdes —caló un poco de humo. — Mira, es simple. No me iba a meter contigo sin saber quién eras, obviamente.
— ¿Me investigaste? —la nipona cruzó sus brazos y recostó su espalda contra la pared.
— ¿No es obvio, cielo? —soltó una suave carcajada llena de mofo para mirarla a los ojos—, no voy arriesgar mi carrera por nada, no obstante eres una mujer bella, provocativa y con problemas matrimoniales. No sé que haya sido lo que rompió tú realidad de la fantasía donde quieres hacer como si no pasara nada, pero vamos, tú sabes que pasa algo —volvió a inhalar, Nayeon soltó un "hm" gustosa a tal cigarro.
— ¿Con qué moral me dices esto? —Mina cruzó sus piernas—, agregando que, te vas a enfermar si sigues inhalando esa cosa —señaló con rabia el aparato.
— Primero que todo, cielo, esto es electrónico y, yo decido cuando morirme —volvió a suspirar de aquel cigarrillo eléctrico—. Segundo, tal vez no tenga la mayor moral para decirte eso, pero no soy cómo crees. A veces salvo a la gente de su propio calvario, una infidelidad es lo suficiente para que una pareja rompa, y a veces esas personas no dan para más, yo simplemente ayudo a que se desaten —respondió de manera sosiega, acariciando el aparato. Mina se rio cuando fijó aquel raro objeto.
— ¿A qué te refieres?
— Yo sólo le hago abrir los ojos a las personas... he de admitir que no es la manera más... correcta, pero lo vale. Hay que recordar que yo sólo tengo encuentros casuales, nunca sería capaz de serle infiel a una de mis parejas, sólo hago esto cuando estoy soltera —recostó su cabeza contra la silla donde recién se sentó— Mina, la gente es estúpida. Hay gente estúpida como tú —la nipona sólo arrugó su cejo pero sin verla—. Esa gente merece perder a personas que lo valían, o a veces sólo terminar algo donde no hay amor, pero no son lo suficientemente valientes. Cuando veo que no logré nada, y la pareja de mi amante sigue aferrándose, acabo con el "juego" —enfatizó las dos palabras mientras miraba al techo.
— Tú punto es realista pero cruel — respondió algo desorientada.
— ¿Yo soy la cruel aquí? Sé que esto no está bien, no me gusta hacer sufrir a las parejas de mis amantes, pero al menos les ayudo a que se den cuenta de la verdad. Sin embargo tú, eres una imbécil que puede arreglarlo —tomó el aparato y con unos toques pareció desactivarlo. Se escurrió hasta su bolso y allí lo metió—. La amas, no sé si ella es una estúpida como tú, pero, si no lo es... No la pierdas, al menos no le fuiste infiel, lo hiciste mal, pero no del todo. Al menos la respetaste —abrió la puerta de la habitación y dio una breve mirada—. Tienes que ser honesta con ella y, por último, deja de ser una imbécil ardiente. Nos vemos en el trabajo, Señora Myoui —sólo se escuchó el ruido sordo del lugar.
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<3.
Igual no se confíen. Hay que ser realistas. Pero no tengan miedo tampoco.Sólo confíen y lean mucho. Les amo.❣️