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Mina vio el carro de la coreana y con sus manos temblorosas se acercó desesperadamente

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Mina vio el carro de la coreana y con sus manos temblorosas se acercó desesperadamente. Agradecía que estaba algo apartado de la entrada al edificio, menos escándalo.

— Chaeyoung... Abre, abre ahora, por favor —la coreana se alertó. Si mientras Hyunjin subía, su pecho daba avisos de que no estaba bien, ahora sólo quería correr o manejar muy lejos de donde estaba. Intentaba prender el carro, pero por desgracia se había quedado congelada—. Chaeyung...  ¡Por favor!

Parecía que tal deseo no sucedería. Mina rápidamente esculcó entre sus bolsillos para sacar llaves de repuesto. Siempre habían. Sonrió con algo de sufrimiento al sacarlas y espichar aquel suave botón que abrió el carro. Haló la puerta y se entró de copiloto. 

Ver a la menor así, era extraño.  Estaba triste, se le veía en los ojos, hasta pareció haber llorado, cosa que no dudaba Mina, pero sus semblante era serio, demasiado para tal decisión. 

— ¿Puedes explicarme qué es esto? —desarrugó el papel y se lo mostró en la cara mientras intentaba aguantar las lágrimas—. Mierda, ¡¿Qué rayos es esto, Chaeyoung?! 

— ¿No lees lo que dice ahí? —respondió en desdén con otra pregunta. Muy neutra. Por fuera quería mantener la postura, pero por dentro gritar—. Es nuestro... divorcio —su tono era suave y muy bajo. 

— ¿Quieres que nos divorciemos? Por Dios, Chaeyoung... Sé que he cometido errores pero... —se recostó con fuerza en el asiento y pasó sus manos en toda la cara—. Vamos, no puedes hacerme esto.

"No quiero que nos divorciemos, te amo, Mina. Siempre lo haré. Sólo no sé si pueda aguantar. ¿Quién me asegura que no caeremos otra vez? No soy tan fuerte, si pensaste serme infiel una vez, ¿Por qué no habría otra? Y... ¿En esa sí lo serías? No creo tener la estabilidad para soportarlo. No puedo."

— ¿Hacerte esto? Mina... Sabes que las cosas no han estado bien, no, no sólo eso. Han estado horribles. Mina, es la mejor decisión — esas palabras fueron como sacar navajas por la garganta de la coreana. Sintió como de su boca brotaba sangre, no de forma literal, pero sí que era hiriente. La japonesa no evitó sacar pequeños hipidos, amenazando con llorar. Se tapó la cara.

— Chae... Por favor... —se tapó la cara con sus dos manos mientras gimoteó, en un intento de reprimir sus sollozos—. No quiero perderte... No, ¿en serio es lo que quieres?

Los labios de la coreana temblaron de manera  suave—. No quiero atarte a mí, Mina —agachó su cabeza. "Tengo miedo" explotó en la cabeza de Chaeyoung. 

— ¿Atarme a ti? —la japonesa iba a refutar pero la coreana subió su mano e hizo un gesto de silencio. Ya no aguantó el no llorar, pero su voz todaavía no se quebraba, sólo bajó su rostro para no mostrarse así.

— Sí. Así, Mina. Tú no me amas, no importa cuánto lo digas... Esto se murió el día en que falleció Miyoung. Este hogar se acabó cuando su cuerpo fue lleno de tierra. El fin de nosotras, llegó el día en el que ella tocó esa roca. Como un jarrón. Simplemente cayó y se hizo pedazos. Tú sólo estás a mi lado porque se te ha escapado de las manos un objeto que cuidaste por un tiempo, que amaste, porque yo también lo amé, también lo  amo aunque ya esté hecho polvo. Pero tú sólo necesitas un nuevo jarrón —suspiró con profundidad y ahogó sus lágrimas—, así que, te pido, que salgas de mi auto, firmes esa petición y en unos meses, nos... divorciemos. 

"Ni siquiera sé si aguantaré el proceso de divorcio, Mina"

La japonesa intentaba descifrar los gestos de su esposa, pero nada, no podía. Sentía un dolor inmenso. ¿Tanto dudaba de ella? 

"¿No recuerdas cuando temblé varias noches con frío por tú ausencia?"

"Te necesitaba cuando Miyoung murió"

"Desapareciste un mes entero después de la muerte de Miyoung. Estaba lidiando con la ausencia de mi hija, y tuve que soportar la tuya también"

"¿No recuerdas las incontables veces que pensé que me acobijarias dejando esa actitud desconocida?"

"Te necesitaba cuando me sentía sola"

"¿No recuerdas las noches donde parecías un triste robot con olor a alcohol distante?"

"¿Olvidaste cuando intenté abrazarte y me empujaste porque llegabas tarde?"

"Te necesitaba cuando estaba perdida"

"¿No recuerdas que te alejaste y no hablamos durante meses? A penas te veía salir y entrar como si fuera un cargador automático"

"¿No recuerdas cuándo olvidaste mi cumpleaños y lloré todo el día al recibir un "lo siento"? Lo resolviste diciendo que iríamos a comer el fin de semana en un semblante serio, ni siquiera me viste a los ojos"

"Te necesitaba porque pensé que tú me necesitabas a mí"

"Y aún así, ese fin de semana, lo olvidaste y me dejaste  esperando. Lo resolviste mandando un miserable domicilio. No quería ni siquiera celebrar mi cumpleaños sin Miyoung, pero quería tenerte reconfortandome, pero ¿Dónde estabas?"

"Pero tú no me necesitabas, mientras yo moría"

"Esto me desgarra el alma, pero..."

"Lo siento, Mina"

— Sólo... bájate —repuso en un tono mesurado—. No lo hagas más difícil. 

— Chaeyoung...—susurró— Chaeyoung...

— No pretendas cambiar de un día para otro algo que murió. Murió como Miyoung —dijo tosca. Se volteó y prendió el carro para irse. La japonesa entendió el mensaje y limpiando sus lágrimas, abrió la puerta del carro, sentía como el estruendo de su pecho se desmoronaba. 

Tal vez sí la perdió.

— Mina... —se acercó Hyunjin y miró las lágrimas en el bello rostro de la nipona—. En serio... lo siento mucho —puso una mano en su hombro, le dio una palmada y creó una línea con sus labios. 

Hyunjin no podía hacer nada. Notó el papel algo arrugado entre las manos de Mina, tenía algunos rastros de lágrimas. La japonesa sacó un esfero, miró el espacio que debía firmar. Se veía tan insignificante aquel tonto lugar en un pedazo de papel, pero eso la destruía. Y lo hizo, firmó, con manos temblorosas, con desconsuelo, con un labio temblando y su vida diluyéndose entre las sombras, era irónico, hasta tu sombra te abandona cuando llegas a la oscuridad. Le entregó aquel documento con rabia al chico sin voltear, porque si lo hacía, sabía que lo rasgaría en ese instante arrepintiéndose. Rompiéndolo como esas letras inscritas en una "insignificante" hoja, le rompían su persona. 

La chica no respondió, escuchó la puerta del auto cerrarse y como el motor daba indicios de que había desaparecido el auto. Una cadena de viento pasó por su cuello, dejando escalofríos en su vértebra y al tiempo, quemando el rastro de llanto en su cara, que pareció hielo. 

Este día era más frío de lo normal y, no sólo hacia referencia el clima.

Este día era más frío de lo normal y, no sólo hacia referencia el clima

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Altoque subo el otro.
Quiero que entiendan a Mina y a Chaeyoung, deben ponerse en sus zapatos. En ambos lados, sólo así podrán disfrutar verdaderamente la trama.

Les amo. ❣️🤟

-Anónima.

❛❛The last piece❜❜ |  ೃ Michaeng.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora