Dulce y prohibido es el amor que hay entre yo y la nostalgia. Después del primer suspiro, el dolor y el insomnio me seducen y me ofrecen su compañía, amistad difícil de rechazar.
Mientras nos desvelamos, me susurran al oído sobre la vida y sus reglas, me tararean mis canciones favoritas, observan mis lagrimas caer sin juzgar motivos y me prometen regresar cada día a escuchar sobre mis sueños marchitados y mis inútiles deseos de volver el tiempo atrás.
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Nostalgias Compartidas
Puisi¿Qué hacemos con todo lo que sentimos? las tristezas y decepciones, nuestras frustraciones, el amor y el olvido, todo aquello que tenemos en el corazón pero que a veces no sabemos dónde depositar. Callemos la cabeza, dejemos que el corazón sea el q...