More than just a friend [MLB] #2 ✔︎

Capítulo 34

||Adrien||

Acatando las órdenes de Marinette comencé a subir las escaleras intentando no llamar la atención comencé a subir por los escalones, metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón algo nervioso, y no por mi, por Marinette.

—Por favor no seas impulsiva...—susurré para mi mismo deseando que de alguna manera ella me escuchara.

Siempre el impulsivo suelo ser yo. No pienso y me aviento al peligro, pero Marinette ahora con todo lo que ha pasado, solo desea sentirse útil y hacer cosas que la distraigan, entonces llega el peligro.

Ya estuvo en el hospital, Louis no está y todo parece empeorar cada vez más.

Son demasiados los pasillos, pisos y habitaciones en el hotel, no tengo la menor idea de cómo podré encontrar a Henry, podría suponer que se encontraría en uno de los pisos más altos y costosos para evitar que cualquier persona lo viera.

—Serás idiota...—dije exhausto—, puedes usar el elevador.—bufé caminando hacia la gran maquina.

Me adentré presionando el número cinco como número al azar. Mientras tanto pienso en lo que me dijo Marinette. Kagami es Hawk Moth.

Niego con la cabeza sintiéndome abatido, incluso traicionado. No puedo imaginármela así, es simplemente cuerdo y a la vez no tiene nada de sentido. Mi padre fue el villano buscando recuperar a mi madre, quizás eso quiere Kagami, recuperar a Luka.

Es ahí cuando deja de tener sentido, el nuevo Hawk Moth apareció mucho antes que los divorcios ocurrieran, tendría que haber algo más involucrado.

El sonido del elevador llegando al piso me hizo parpadear e intentando reprimir la presión en el pecho. El piso se ve vacío, camino con cuidado y me acercó a las puertas intentando descubrir o escuchar algo que me indique que Henry pudiera estar ahí.

Empecé a sentir que Marinette me mandó solo para que ella pudiera estar con Kagami sin mi, una forma de distraerme y quizás he caído, pero seguía confiado en que Henry debía estar en algún lado.

—Quiero queso —dijo Plagg asomándose por mi saco.

—Oye, escóndete —repliqué empujándolo con mi queso.—Te daré queso después.

—Si sabes que solo estamos paseando como idiotas, ¿Verdad?

—Marinette me pidió que vigilara —susurré molesto vigilando por los lados para volver a entrar al elevador.— Escóndete, es una orden.

Rodó los ojos y obedecí, presioné el botón número seis soltando un bufido. Miré mi reloj, sentí que el tiempo no pasaba, quizás se debía a la altura, pero podía asegurar que ya no escuchaba la música.