|| Especial: Louis ||

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Los nervios invadían todo su ser, apenas y podía creer la gran noticia que le cayó como balde de agua fría hace unos días, una noticia que a pesar de todo la hacía intensamente feliz.

Pero después de esperar tanto tiempo logró encontrar una manera en la cual podría decirle a su ahora ya esposo la noticia.

Y acomodando la pequeña sorpresa fue cundo una sonrisa se escapó de sus labios.

Aún recuerda las palabras de su amiga rubia, aquellas palabras que la incitaron a hacerse aquella prueba en donde se encontraría la mejor de las verdades, una noticia que la hacía sentirse más viva que nunca, algo que desde que tiene memoria había soñado, más nunca se imaginó que sería tan pronto, aún así, la felicidad que sentía es algo que jamás podría ser comparado.

Los nervios cuando recibió la carpeta con los resultados en sus manos fueron tantos que le fue imposible verlos.

— N-No...no puedo hacerlo — negó entregándole la carpeta a su amiga — Léelos tú por favor, no soy capaz de hacerlo.

— Ay Dios mío — suspiró la rubia abriendo la carpeta — No seas dramática, creo que yo estoy más nerviosa que tú.

La azabache no respondió más y decidió seguir caminando mientras se mordía las uñas impacientemente. Su mirada recayó en la que los ojos azules quienes miraban con atención aquellos papeles.

— ¿Y bien? — preguntó la azabache — ¿Qué dicen?

La rubia miró el papel y regresó su mirada a la de su amiga, así repetidas veces, hasta que se acercó hasta ella y con una sonrisa en su rostro los alzó enseñándolos.

— Positivo — indicó — Estás embarazada...¡Serás mamá Marinette! ¡Llevas seis semanas!

La ojizarca dio un paso hacia atrás mientras se llevaba una mano a su boca y otra a su vientre, mismo que miró con sorpresa, para luego reír nerviosa.

— Lo estoy...— susurró sintiendo sus ojos picar — E-Estoy esperando un hijo...seré mamá, será un...estoy...un hijo mío, un hijo de Adrien.

— Oh preciosa...— su amiga la abrazó — Felicidades hermosa, en serio estoy tan feliz.

Marinette soltó un sollozo y sus lágrimas no pudieron ser retenidas por más tiempo, soltándose así en un mar de llanto, pero que a diferencia de lo que muchos podrían pensar eran lágrimas de felicidad, lágrimas que demostraban lo mucho que cambiaria su vida a partir de ahora.

Soltó una pequeña risa, escuchó las llaves desde afuera así mismo como el sonido de la puerta abrirse, rápido acomodo todo en la caja sorpresa posicionando todo en su lugar.

— ¡Milady! — escuchó — Cariño, ya llegué.

— E-Estoy aquí — indicó aventándose en el sofá mientras fingía leer una revista.

El rubio caminó por la casa hasta encontrarse con su amada esposa en el sofá, la examinó unos segundos para luego acariciar su rostro y besar dulcemente sus labios.

— ¿Cómo has estado? — preguntó preocupado — Nunca me han dado buena espina los mareos ¿sabes?

La forma en la que pronunció esas palabras hizo que algo dentro del corazón de la ojizarca se encogiera, sabía muy bien lo preocupado que Adrien había estado por ella, podía asegurar que él no dormía en las noches cuidándola.

— He estado mejor — sonrió — No te preocupes por mi.

— No me pidas imposibles, tú eres mi razón de vivir Marinette.

More than just a friend [MLB] #2 ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora