More than just a friend [MLB] #2 ✔︎

Capítulo 18

||Adrien||

Martes, 7:30 pm.

Había llegado temprano a casa, todo en mi empresa marcha bastante bien, y si hay cosas pequeñas se arreglan en segundos.

— ¡Milady! — grité esperando la respuesta por parte de ella — ¡He llegado!

Deposité mi maleta en el comedor y fui deshaciendo las mangas de mi camisa. Me dirigí a la cocina con la esperanza de encontrarla ahí, pero no fue así.

En el refrigerador había una nota.

Hola amor, he salido por unas cosas, prometo llegar antes de las nueve de la noche, luego te comento de esto, los niños ya están en casa.

Te amo.

Sonreí.

Solté un suspiro, realmente quería verla, desde temprano ambos habíamos salido a trabajar, teníamos algunos pendientes.

Mi mirada se dirigió a nuestro hámster, últimamente se mantenía cansado y algo flojo, ya no usaba su ruedita y comía muy poco.

Abrí su casa y lo cargué entre mis manos, observé y su comida seguía ahí.

— Hey flojo — lo llamé acariciándolo — Debes comer, debes alimentarte bien.

No se movió de entre mis manos, parecía estar cansado, el timbre de la casa se escuchó. Pensaría que podría ser Marinette, pero ella tiene su propia llave.

Coloqué a Adrinette nuevamente en su jaula y salí a abrir la puerta encontrándome con el rostro rojo y ojos lagrimosos de Kagami.

— ¿Pero qué...?

— Lo hemos arruinado, Adrien — soltó de golpe y entró sin pedir permiso — Todo se está desmoronando.

Dudoso la dirigí hacia la sala de la casa, intenté tranquilizarla, una vez que lo logré, ella me contó todo.

Todo.

Fue casi una hora en la que ella había hablado; yo normalmente me quedaba callado, sentía una gran presión en mi pecho.

Esto no podía ser verdad, no debía hacerlo, no así, está mentira era como una bola de nieve, con los años se iba haciendo más grande.

Y Marinette no sabía nada.

— Por favor...— susurré sintiendo que todo se venía abajo — Dime que estás jugándome una broma o juro que gritaré de la desesperación.

— ¿En serio crees que es una broma? — inquirió Kagami con su tono firme — Mierda Adrien, sabes que ambos quedamos en guardarlo, ¿Crees que a mi me gusta hablar sobre esto?

— ¿Cómo reaccionó Luka?

— Nada bien — suspiró y noté como sus ojos empezaban a ponerse rojos — Es decir, él es muy tranquilo, sabes bien que no es de los que explota fácilmente pero...vi tanta decepción en sus ojos que...— escondió su rostro entre sus manos — En serio no sé qué hacer.

Yo tampoco.

En el momento en que Kagami entró por la puerta y me miró, temí lo peor y efectivamente estaba en lo correcto.